Traducido por: Laura Vallejo
BERYL JUNCTION — Los Católicos en Beryl Junction solo los domingos pueden tener un acceso fácil a la Eucaristía, cuando un sacerdote viaja por 50 millas desde St. George para celebrar la Misa a las 9 a.m. en la Misión de San Pablo.
Para Janet Riquelme, quien es residente de Beryl Junction, el poder asistir a Misa los domingos aunque sea por unos cuantos minutos es una gran bendición aunque “sería increíble si esto fuse a diario.”
Ya que la misión se ubica en un área muy remota, el edificio que se encuentra entre los acres de tierra y desierto paralelos a la carretera 18, significa que el sacerdote solo puede ir una vez a la semana. La Iglesia Católica más cercana está en Cedar City a 40 millas de distancia en la desolada carretera.
El censo del 2010 arrojó que la población de Beryl Junction es de 197, pero el 27 de octubre, por lo menos la mitad de esas personas, incluyendo invitados de St. George y de American Fork, llenaron la Misión para la celebración de la Eucaristía. Hombres, mujeres y niños llenaron las sillas amontonándose hasta llegar a la cocina. Las sillas estaban tan juntas que las personas tenían poco espacio para siquiera poder estirar sus brazos.
Todos llegaron para celebrar el mes de Octubre como el mes extraordinario de las Misiones, el cual fue llamado por el Papa Francisco en el 2017. “Para el mes de octubre del 2019, le pido a la Iglesia vivir un tiempo extraordinario de actividades misioneras,” dijo el Santo Padre.
Como respuesta el padre Sébastien Sasa, vicario parroquial de la Iglesia Católica de St. George, organizó varios eventos a lo largo del mes para que así los feligreses oraran, reflexionaran y tomaran acciones concretas. La Misión de San Pablo es una de las iglesias misioneras por lo que el 26 de octubre un día antes de la Misa, cada familia Católica del área recibió una visita con una invitación personal para asistir a la Misa. Además después de la Misa se celebró una reunión social organizada pro miembros de los Misioneros de Jesús y de María.
Angie Gomez, feligrés de la parroquia de St. George quien ha estado involucrada con los Misioneros de Jesús y de María, dijo que estos se reúnen semanalmente en St. George para orar el Rosario, y cada viernes se reúnen para formación que incluye lectura de la Biblia y otros libros.
Durante sus comentarios en la Misa en la Misión de San Pablo, Gomez dijo que “estamos aquí para compartir las alegrías de vivir en Cristo. Así es que unámonos y celebremos y alabemos al Señor por todas las gracias y bendiciones que nos da día a día.”
Ella invitó a todos los presentes a ser misioneros en su comunidad.
“Uno no tiene que ir muy lejos para servir al Señor. Uno puede simplemente orar en sus hogares con su familia, leer la Biblia con ellos, o invitar a algún amigo a Misa,” dijo Gomez.
Exhortó a los asistentes a unirse como comunidad para orar y leer la Biblia, y “para animarse a estar juntos y a perseverar en la fe.”
Después en una entrevista Gomez dijo que los Misioneros de Jesús y de María esperan poder visitar Beryl Junction más frecuentemente y trabajar con el padre Sasa para cumplir con las necesidades de la comunidad.
Durante su homilía el padre Sasa dijo que tenía 9 años de edad cuando les dijo a sus papás que probablemente un día serviría a Dios. Dirigiéndose a los jóvenes y niños presentes el padre dijo “esta es la ocasión para que ustedes lo piensen, ‘tal vez un día yo pueda servir a la Iglesia’.”
Jesús les dijo a sus seguidores que se amaran los unos a los otros, dijo el padre Sassa. “Es importante que lo hagan, pero necesitamos poner a Jesús al centro de nuestras vidas y de nuestro amor.”
Esto es especialmente crítico para las parejas casadas. “Si ponen a Jesús en el centro de sus vidas, ustedes verán a Jesús en su esposo, en su esposa. Y ustedes amarán a su esposa, a su esposo, tal como Jesús los ama.”
Mencionando la presencia de los Misioneros de Jesús y de María, el padre dijo que la presencia de Jesús estaba en los asistentes, “juntos iremos a pescar otros hermanos y hermanas aquí en San Pablo para salvarlos.”
Mientras que la congregación que se reunió el 27 de octubre fue inusual, la Misión de San Pablo es un lugar especial, dijo John Cordova, quien junto a su esposa Cherryl, son voluntarios en varios ministerios. “La cultura es muy santa,” dijo Cordova.
Para Margarita Morales, la misión ofrece una manera de “sostener la fe.”
“Aquí en donde vivimos, la vida es muy dura. Trabajamos todos los días de la semana y los domingos generalmente aprovechamos para ir a comprar los alimentos para la semana,” dijo Morales.
Hasta hace muy poco la Misa semanal se celebraba en la vigilia del sábado “pero muchas personas trabajan los sábados; para mí es mejor tener la Misa los domingos. El domingo uno puede ir a Misa y ya después seguir con su trabajo.”
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