Nos unimos al sentimiento de pesar por la trágica pérdida de vidas en las Vegas y oramos para que las víctimas, sus familiares, las personas que respondieron a la ayuda, las multitudes afectadas por este acto de violencia sin sentido, encuentren consuelo,
La vida es un don de Dios. Tenemos la obligación de respetarla y protegerla, La triste realidad es que las personas son asesinadas por armas de fuego en nuestro país en un alarmante y consistente ritmo. No podemos seguir pretendiendo que las armas de fuego no forman parte de esto.
Necesitamos abordar que el predominio de las armas de fuego en nuestros vecindarios y la alarmante tendencia de ver la proliferación de estas peligrosas armas no solo no es aceptable, sino deseable. Llamamos al Congreso para que no solo lamenten a las víctimas de la violencia con armas de fuego en Las Vegas, Sandy Hook, Orlando o en cualquier otro lugar, sino a que tomen acciones concretas para limitar el acceso a las armas que hacen que estas tragedias sean cada vez más y más devastadoras.
Traducción: Laura Vallejo
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