Después de dos aņos de lucha, mineros son vindicados

Friday, Jul. 14, 2006
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Allyson Kennedy, ex-minera de la Co-Op, da un historial de la huelga y de las siguientes batallas legales que eventualmente condujeron al intento de C.W. Mining Company de demandar a más de 150 gentes, incluyendo mineros, periodistas, representantes de iglesias y agencias que ayudaron a los mineros en huelga los dos y medio aņos pasados.fotos del IC por Barbara Stinson Lee

PRICE — El 4 de junio fue un día de discursos y de gratitud sincera por parte de los representantes de los 75 mineros que trabajaban en la mina Co-Op, y quienes han mantenido por más de dos años y medio una lucha para sindicalizar y mejorar la seguridad de la mina Co-Op la cual es propiedad de la poderosa familia Kingston. También buscaban salarios semejantes a los que pagan en otras minas en el área y un tratamiento más digno.

Aunque la sindicalización de la mina nunca se convirtió en una realidad, los mineros y sus partidarios, incluyendo los Mineros Unidos de América (UMWA), Trabajos en Utah Con Justicia, la Parroquia de Nuestra Sra. de Lourdes en Price, la Misión San Rafael en Huntington, The Salt Lake Tribune y un número de sus periodistas, The Militant Newspaper, The Price Sun Advocate, el Emery County Progress, y el Intermountain Catholic, entre otros, celebraron la desestimación voluntaria el 1 de mayo de una demanda por difamación entablada por los dueños de la mina.

Entre los más de 150 demandados, se nombraba especificamente al Padre Donald E. Hope, párroco de la Parroquia de Nuestra Sra. de Lourdes en Price y de la Misión San Rafael en Huntington; al Obispo (ahora Arzobispo de San Francisco) George Niederauer; a la Editora del Intermountain Catholic Barbara Stinson Lee y a Catholic News Service.

Dee Rowland, enlace gubernamental de la Diócesis de Salt Lake City, y una fuerte partidaria de los esfuerzos de los mineros, sintió un gran alivio cuando la demanda, la cual muchos pensaban carecía de bases, fue desestimada.

Bill Estrada, uno de los líderes de la huelga que empezó el 22 de septiembre del 2003 y que ocasionó el despido masivo de los mineros que buscaban sindicalizarse, invitó a los partidarios a una comida y a una reunión en el salón de la UMWA en Price.

Estrada, cuyo despido por querer organizar un sindicato provocó la huelga, recordó los largos y fríos días y noches pasadas en los piquetes tanto por mineros como por sus partidarios, muchos de los cuales vinieron de lugares tan lejanos como Kentucky para mostrar su solidaridad con los mineros de Utah. Docenas de los mineros huelguistas eran indocumentados y se vieron enfrentados con deportación durante la huelga y los siguientes despidos. Sin embargo, conforme la disputa se prolongó, la mayoría de los mineros encontraron trabajo en otras minas. Allyson Kennedy, una de los líderes de la huelga, dijo que ninguno de los mineros fue deportado.

«La fuerza de nuestra huelga ha ganado respeto más allá de Utah», dijo Estrada.

Los trabajos de los mineros fueron reintegrados en septiembre del 2004, después de una mediación. El Consejo Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) y representantes del sindicato acordaron que se efectuarán elecciones para elegir representantes sindicales, pero la demanda acusando a los mineros y a sus partidarios de difamación, «Moviendo el campo de batalla del piquete a la corte», puso fin a la colaboración y hubo más despidos, dijo Estrada.

«Confiamos que nuestra lucha aquí en Utah pondrá a los mineros de otros estados en una posición mejor para luchar por la seguridad, los derechos y la dignidad de los mineros», dijo Estrada.

Mike Dalpiaz de la UMWA en Price agradeció a todos los que «vinieron al rescate de los mineros», y, a través de la prensa, «hicieron nuestra lucha una lucha mundial».

Dalpiaz especialmente agradeció a las comunidades Católicas de Price y Huntington, y a la Oficina Diocesana del Ministerio Hispano «por el continuo apoyo que les brindan a los trabajadores inmigrantes».

Bob Buerto de la Región 4 de la UMWA dijo que la lucha por los derechos de los trabajadores «sólo será ganada cuando todos los trabajadores en el mundo tengan los mismos derechos y prestaciones. Trabajadores buscando justicia no migrarán si encuentran justicia en sus países… Cuando se le hace algo malo a un trabajador se le hace a todos, y un daño hecho a uno es un daño hecho a todos.»

Kennedy citó el apoyo de los mineros a sus compañeros de trabajo y en general el apoyo de la comunidad y la prensa «como causa del aumento en el interés por sindicatos en el área«.

«Todos los aquí presentes han cambiado debido a la lucha», dijo Kennedy. «Ustedes son ejemplos para trabajadores en otras partes que pelean por seguridad en las minas, salarios justos, y dignidad en el sitio de trabajo.»

George Nichols de Trabajos Con Justicia dijo que los mineros y sus partidarios «establecieron un ejemplo maravilloso de unión y apoyo del uno hacia el otro en medio de la intimidación y la derrota».

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