El Arzobispo Leonard Blair, Presidente del la Congregación para el Culto Divino de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos publicó un memorándum diriguido a todos los Obispo de los Estados Unidos.
En este el Arzobispo escribió que:
”Mientras el Miércoles de Ceniza no es un día de obligación y mientras que no existe un requisito para que tanto el clero como los fieles reciban la imposición de las cenizas, este se observa como una celebración de alta importancia, y muchas personas desean participar aún a pesar de las dificúltales actuales.”
El Arzobispo compartió un mensaje de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que ha publicado una nota en la que explica la modificación del rito del Miércoles de Ceniza, adaptándose a las medidas de seguridad sanitarias establecidas en este tiempo de pandemia.
“El sacerdote pronunciará la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás».
Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asi mismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada”.
El Arzobispo Blair nota que: “estos cambios minimizan la necesidad de contacto físico entre el ministro y quien recibe las cenizas y remueve la necesidad del mi-nistro de hablar cuando este cercano a quien recibe las cenizas. Este tipo de distribución de cenizas es común en algunos países de Europa, pero no en los Estados Unidos. Es así que el comité anima a que los ministros brinden una explicación a los fieles, para evitar confusiones innecesarias. Recordemos que las cenizas no son mandatarias, pero son un símbolo tradicional de nuestra conversión interior. Este es la base de nuestro camino de Cuaresma y nuestra continuo camino de fe.”
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