El Arzobispo Niederauer instalado en San Francisco

Friday, Mar. 03, 2006
El Arzobispo Niederauer instalado en San Francisco + Enlarge
En su primera liturgia con el clero de la Arquidiócesis de San Francisco, el Arzobispo-designado George Niederauer aparece en frente del retablo de la Iglesia de la Misión de San Francisco, actualmente llamado la Misión Dolores. Abajo, el nuevo Arzobispo Niederauer está circundado por dragones chinos después de su Misa de Instalación.fotos del IC por el Diácono Lynn Johnson

SAN FRANCISCO, Calif. — Durante dos días, el Arzobispo George Niederauer, el octavo Arzobispo de San Francisco, cuidadosamente estableció el tono de su próximo término. Durante su primera Misa en la presencia del clero de San Francisco, en un almuerzo con sus hermanos obispos de los Estados Unidos, en su Misa de instalación y la recepción después, y en una cena con sus familiares y amigos, él habló de servicio.

El Arzobispo Niederauer prometió servir al clero y a la gente de la Arquidiócesis de San Francisco así como a la ciudad en general. Él elogió el servicio del clero, de los religiosos y de las mujeres y hombres laicos de la Diócesis de Salt Lake City, donde su término como el octavo obispo terminó con su nombramiento a San Francisco, y él llamó al clero, a los religiosos y a la gente de su nueva arquidiócesis al servicio de la iglesia y de los unos a los otros.

Los sacerdotes de la Arquidiócesis de San Francisco, sus diáconos y sus esposas se reunieron el 14 de febrero en la Basílica Misión Dolores para lo que para la mayoría de ellos fuera su primera liturgia con su nuevo arzobispo, el aún por ser instalado Arzobispo George Niederauer. El servicio, en memoria de San Cirilio, monje, y San Metodio, obispo, comenzó a las 4 p.m. El Arzobispo fue recibido en la basílica por dos de su predecesores en San Francisco, Arzobispo Emérito Joseph Quinn y Arzobispo Emérito William Levada, amigo de muchos años y compañero de clases del nuevo arzobispo, y ahora el Prefecto Vaticano de la Congregación de La Doctrina de la Fe. Los dos obispos auxiliares de la arquidiócesis, Obispos Ignatius Wang y John C. Wester, quien durante los últimos seis meses actuó como administrador apostólico de la arquidiócesis, recibieron a su nuevo arzobispo con sonrisas y apretones de mano.

Cuando el Arzobispo Niederauer se paró en el santuario de la basílica luciendo una capa blanca, él recibió un gran aplauso, la primera de muchas ovaciones que él recibiría en su nueva diócesis.

De la Diócesis de Salt Lake City, Monseñor Michael J. Winterer, párroco de la Parroquia Cristo Rey de Cedar City, y el Padre Dominicano Peter Rogers, párroco de Sta. Catarina de Siena del Centro Newman en la Universidad de Utah, también participaron en la liturgia.

El coro de la Basílica Misión Dolores, bajo la dirección de Jerome Lenk, director de música y liturgia, cantó la composición hecha por Lenk de la "Oración de San Francisco", las palabras de la cual se atribuyen a San Francisco de Asís, el santo patrón de la arquidiócesis.

La liturgia bilingüe incluyó salmos, cantos, y una lectura de la segunda carta de San Pablo a la Iglesia en Corintia.

«Aquí, los siervos se reúnen», dijo el Arzobispo Niederauer en su homilía, «y mañana los siervos se reunirán con aquellos que son servidos – en realidad todos somos llamados a servir.»

El Arzobispo dijo que los sacerdotes Católicos son ministros de servicio, ordenados por los sacramentos, especialmente el Sacramento de las Ordenes Sacerdotales, «Nosotros no merecemos ni tampoco ganamos este honor.»

El Arzobispo Niederauer urgió al clero a que no se vea intimidado por el pequeño número de sacerdotes, por la soledad, o por el desaliento. Citando al Padre Robert Barron de la Arquidiócesis de Chicago, él les recordó; «Sus vidas no son propias de ustedes. Procedan con precaución … todo debe ser por la gloria de Dios.»

La luz de Cristo brilla por encima de la oscuridad, él dijo, agregando que aunque todos ellos son vasijas de barro, la luz de Cristo es más importante que su humanidad.

El Arzobispo Niederauer prometió ser padre, hermano, amigo y colaborador cercano de los sacerdotes y los diáconos y sus esposas.

«No puedo prometerles ser un siervo-lider perfecto, pero juntos podemos hacerlo mejor. Les pido que recen por mí como yo rezaré por ustedes. Pidan ayuda si la necesitan. Debemos depender los unos de los otros. Sean humildes. Amén. Sepan que lo que decimos, lo decimos por Cristo; lo que hacemos, lo hacemos por Cristo. Somos llamados para enfrentar las necesidades que encontremos en el contexto de la oración y de un buen pastor en medio de su rebaño.»

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2024 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.