El centenario de la parroquia del Sagrado Corazón: 100 aņos de fe gratitud y comunidad

Friday, Jul. 21, 2017
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El edificio que antiguamente albergaba la Iglesia de Nuestro Divino Salvador fue adquirida de los Bautistas Suizos en 1918, y renovada para servir las liturgias católicas; permaneció en servicio por 34 aņos.
By Special to the Intermountain Catholic

Armando Solórzano

Especial para el Intermountain Catholic

El Reverendísimo Obispo Joseph Glass, el 24 de septiembre de 1917 declaró la  parroquia de Nuestro Divino Salvador, ese mismo año la Primer Guerra Mundial llegó a su fin, la cual causó la muerte de 16  millones de civiles y militares. El Papa Benedicto XV en unión con los obispos americanos y europeos, hizo una profunda pregunta a los líderes mundiales: ¿En dónde hemos fallado?” Los Católicos y el resto del mundo, sintieron la pesadumbre que previene de la muerte, dolor y desesperanza.

En Salt Lake City inspirados por la gracia de Dios, los Católicos acogieron a nuestro Salvador y Redentor Jesucristo como la última solución para el sufrimiento y la violencia. Así la iglesia de Nuestro Divino Salvador, a pesar de ser una parte microscópica del misterio divino , nació. Algunas de las primeras personas fueron invitadas a asistir y recibir los sacramentos en la Iglesia del Divino Salvador en donde los soldados Católicos de Utah regresaban al fuerte Douglas en Salt Lake City.

La Iglesia de Nuestro Salvador fue planeada para unir los lados este y oeste de la ciudad; los límites de la parroquia eran 7 este y 3 oeste. El padre Henry J. Wientjes fue el primer párroco, facilitando la primera donación de mobiliario de la parroquia incluyendo el altar y los rieles de la fuente bautismal que llegaron de la Catedral de la Magdalena, la cual, en ese entonces, se encontraba siendo renovada. La Iglesia creció con la llegada de los mineros Católicos. Para 1929 la Iglesia servía a 110 familias, algunas sufrieran lo que fue la Gran Depresión. Monseñor Michael F. Sheehan fue el párroco de 1930 a 1950, fue quien instaló el agua potable, la plomería y el gas. El divino Salvador se transformó en un lugar de solace espiritual y material para los feligreses empobrecidos pro la lI guerra mundial la cual también dejo marcas en la parroquia. Más de 60 millones de personas perdieron la vida y el mensaje universal de Cristiandad - amor, paz y compasión- se convirtió en la preocupación en la conciencia nacional y en a comunidad Católica de Salt Lake City.

En 1950, respondiendo a la necesidad de crear una identidad más fuerte como Católicos e Utah, y para promover las virtudes del Sagrado Corazón de Jesus, el padre William E. Vaughn inició la construcción de una nueva Iglesia. Dos años más pasaron y el padre Vaughn supervisó la re dedicación de la Iglesia de Nuestro  Divino Salvador y su nuevo nombre de la Iglesia del Sagrado Corazón. Una de las partes más notables fueron las 20 ventanas alineadas en los lados este y oeste las cuales reflejan la historia del catolicismo en las Américas y la historia de la iglesia Católica en Utah. En 1992, la parroquia celebró su 75 avo aniversario. Peggy Fletcher Stack, una reportera del Salt Lake Tribune subrayó la composición multiétnica de la parroquia: “El día de hoy (1992), el Sagrado Corazón cuenta con una diversidad étnica. Cerca del 60 por ciento son Hispanos- muchos, primera generación de inmigrantes de México, El Salvador, Colombia, Guatemala, Ecuador, Argentina, Chile, Honduras, Perú y Puerto Rico. La población restante está compuesta por Afroamericanos, indio americanos y miembros de descendientes italianos, irlandeses, libaneses, polacos, filipinos y vietnamices.

Al pasar de los años, en la parroquia han servido 38 sacerdotes, 26 monjas y hermanas y 5 diáconos. A pesar de su pequeño tamaño- el edificio solo puede acomodar a 400 personas- la Iglesia del Sagrado Corazón posee un carisma que invita a todas las personas a morar junto al amor de Dios desde una manera profunda e íntima. A lo largo de 100 años , la Iglesia Católica del Sagrado Corazón ha sido conocida como “el hogar lejos del hogar’, “el pequeño hogar”, “la iglesia inmigrante”. “la pequeña Iglesia con hermosas ventanas”, “la iglesia de la ciudad”, y “la casita”. Todos esos nombres reflejan el estatus del Sagrado Corazón como un san-tuario de espiritualidad para las personas que buscan ser aceptadas como parte de la historia de la salvación.

Hoy en día la parroquia se enfrenta a tres cambios significativos, todos los cuales persistirán en el futuro. El primero es la necesidad del incremento de sacerdotes que participen en la vida sacramental de la Iglesia. El padre Eleazar Silva Galván, el 15 avo párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón dijo: “Los deberes del sacerdote no se acaban al interior de las paredes de la Iglesia; un sacerdote también debe visitar a los enfermos, a los prisioneros y llevar la Eucaristía a quienes no pueden asistir a Misa, organizar comités diversos, especialmente para los jóvenes quienes son el futuro de la Iglesia, pero sobretodo trabajar junto a las personas llevando el amor, armonía y paz en sus vecindarios.”

Un segundo reto es la unión de las antiguas generaciones de feligreses con los nuevos inmigrantes quienes buscan hospitalidad e inclusión.

El reto final es el producir modelos Católicos solidos a seguir quienes puedan promover el mensaje de justicia e inclusión en la compleja comunidad de Salt Lake City.

El centenario del Sagrado Corazón es un testimonio del poder de la gracia de Dios, de la presencia del Espíritu Santo quien nunca deja de renovar, y del cumplimiento de la promesa de que Dios siempre camina junto a su pueblo.

El diácono Armando Solórzano, quien fue ordenado en el 2001, es el autor de tres libros y actualmente es el profesor asociado de estudios étnicos en la Universidad de Utah.

Traducido por: Laura Vallejo

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