El Diácono Arias es recordado como un hombre bondadoso con mucha fe

Friday, Apr. 07, 2017
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El Reverendísimo Oscar A. Solis, obispo de Salt Lake City, bendice el ataúd en donde descansa el cuerpo del Diácono Ricardo Arias durante la celebración de su Misa funeraria celebrada en la Catedral de la Magdalena.
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducido por: Laura Vallejo
Intermountain Catholic
SALT LAKE CITY — El Diácono Ricardo Arias, director de la oficina de Vocaciones de la Diócesis de Salt Lake City, vivió una vida “basada en la glorificación de Dios en todo lo que hacía,” dijo el padre Javier Virgen durante su homilía en la Misa funeraria realizada el 31 de marzo.
El Diácono Arias falleció el 26 de marzo. Su Misa funeraria en la Catedral de la Magdalena fue celebrara por el Rev. Obispo Oscar A. Solis, quien dijo que a pesar de haber conocido al Diácono Arias hace muy poco, él le causó gran inspiración debido a su fe en Dios y a que fue infalible en su ministerio.
Concelebrado la Misa estuvieron Monseñor  Colin F. Bircumshaw, vicario general; Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito; el padre  Martin Diaz, rector de la catedral; así como varios sacerdotes de la diócesis. A la Misa también  asistieron un gran número de diáconos, así como mujeres religiosas de la diócesis.
“Cuando Ricardo nos dejó,  fue realmente cierto que el vivió con y en la bondad que tanto el cómo Esperanza mostraron, el confort que compartieron, y el amor que trajeron a nuestras vidas,” dijo la Hermana de la Santa Cruz Mary Ann Pajakowski  en una carta publicada en los Ministerios de la Santa Cruz, lugar en donde Espe-ranza trabaja.
La Hna. escribió que el haber contado con la pareja como parte de la familia de los Ministerios de la Santa Cruz ha sido un honor y una gran alegría, “Cuando, era algo relacionado con la comunidad, bien una persona o un grupo se acercaba a Ricardo y a Esperanza Arias, y su respuesta era siempre sí con una sonrisa. Siempre con la sonrisa y con la alegría de servir, ayudar u orar. Era una sonrisa radiante e inolvidable, y un momento para recordar ya que su voluntad y espíritu divertido estuvo durante la celebración de los Ministerios de la Santa Cruz de los Reyes Magos en enero. Cada año en ese mes, todos nuestros colegas y sus familias eran invitados a un desayuno y a una visita de los Reyes Magos. Y sí, Ricardo estaba muy contento de ser uno de los reyes, haciendo su gran entrada para el deleite de los niños, con tambores, campanas, incienso, música y un muy simpático séquito que lo precedía. Ricardo junto a los otros reyes magos saludaba a los niños y les daban regalos. Esta magia duraba hasta que se iban. Capturaba el deleite uy la alegría que veíamos Ricardo cada vez que venía, con alegría extra cuando las Hnas. de la Santa Cruz lo visitaban para ver como seguía – la Hna. Verónica Fajardo, la hna. Suzanne Brennan y las demás hnas. Y personal de los ministerios que lo querían oraron mucho por el en sus últimos días.”
El padre Javier Virgen, párroco de St. Joseph the worker, quien anteriormente fungió como director de la oficina de vocaciones, recordó la risa única del Diácono Arias y dijo que su sentido del humor le daba mucha energía al espíritu del diácono. “El basó su vida en la verdad de la Santa Palabra de Dios, en lugar mismo a lo demás,” dijo el padre.
El Diácono Arias nació el 4 de marzo de 1953 en Cartago, Colombia; él y Esperanza inmigraron a los Estados Unidos en 1995; fue ordenado como diácono para la diócesis de Salt Lake City el 24 de enero del 2004 en la Catedral de la Magdalena por el Obispo George H. Niderauer. Sirvió como diácono en las parroquias del Sagrado Corazón, Saint Joseph en Ogden y San Pedro y San Pablo.
El Diácono Paul Graham, quien fue compañero del Diácono Arias durante el programa de cuatro años de formación para el diaconado, dijo que el Diácono Arias fue “el más gentil, bondadoso diácono y amigo que yo haya tenido el placer de conocer. Sé que ahora estará cuidando de todos nosotros aquí en Salt Lake, cuidando de todos y orando por todos, así como nosotros lo estaremos haciendo por él, él seguirá en nuestras oraciones y su familia y amigos también.”
Como director de vocaciones el Diácono Arias fue un hombre muy dedicado que se aseguraba que los seminaristas tuvieran todo lo que necesitaban, dijo el padre Jorge Martínez, quien fue ordenado el año pasado. “Él era como un padre...siempre estuvo cercano a nosotros.”
En Colombia, los Arias fueron parte del Encuentro Matrimonial y el diácono Arias fue una gran persona con una fe muy fuerte, él siempre fue y será un gran ejemplo a seguir,” dijo Roberto Mercado, quien es parte del Encuentro Matrimonial Hispano así como parte del programa para ministerios eclesiales laicos en español conocido como EMAUS.
Aunque los Arias enfrentaron varios retos al inmigrar, el diácono aceptó la semilla que fue plantada en él, cuidándola y haciéndola crecer, dijo el diácono Carlos Cortez durante la homilía del servicio funerario rea-lizado el 30de marzo en la parroquia de San Pedro y San pablo. “Esa semilla floreció y toco a muchas personas, y a muchos corazones dejando en nosotros una semilla de amor. 
El diácono Ricardo siguió el ejemplo de vida de Jesús. Una de sus más grandes alegrías fue compartir el Evangelio el cual lo hacía con gran alegría.”
Como lo hizo el padre Virgen el diácono Cortez recordó la alegría característica del diácono Arias. “Una de las cosas que recuerdo personalmente fue su gran sentido del humor y su sonrisa, una sonrisa que reflejaba bondad,” dijo el diácono Cortez.
José Ramírez, feligrés de San Pedro y San Pablo dijo que el Diácono Arias siempre trabajó muy duro. “Para mí fue un honor el haber conocido a una persona tan amorosa y tan cariñosa como él lo fue.”
“Él fue un hombre de mucha fe... Vivió su fe siempre con toda su familia,” agrego Beatriz Godina, feligrés de Nuestra Señora de Guadalupe.
Al Diácono Arias le sobreviven su esposa Esperanza, su hijo Juan Pablo (Shawntai); cuatro nietos, sus padres Magnolia Martínez y Guillermo Arias Sr., sus hermanas y hermanos Maria Eugenia, Nora Elena, Carlos Eduardo  Martha Lucia y una familia cariñosa.
Fue precedido en muerte por su hermano Guillermo.
El Diácono Arias descansa en paz en el cementerio Mount Calvary. 

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