'El llamado vocacional nunca dejó de estar en mi corazón'

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Seminarista Oscar Marquina

Nota del editor: Esto es el primer artículo de una serie de historias personales sobre vocaciones de seminaristas, mujeres religiosas, diáconos y sacerdotes de la diócesis Católica de Salt Lake City.

Seminarista Oscar Marquina

“Dinos acerca de tu llamado vocacional.”

Después de practicar y crecer más profundamente en su fe, el ser estudiante graduado de universidad y de trabajar profesionalmente por dos años, me hicieron una pregunta a forma de broma: ¿Cuándo te podemos enviar al seminario? Esa noche fue la primera vez que escuché sobre el seminario, y de camino a mi casa se volvió algo completamente claro -

Dios quería que fuera sacerdote. A pesar de que es raro tener un momento de iluminación y de suerte de tu vocación, esto fue cimentado después de dos años más de discernimiento, en donde estuve trabajando y pensando acerca del sacerdocio. Durante ese tiempo mi llamado vocacional nunca dejo de estar en mi corazón.

“¿Qué le dirías a alguien que está discerniendo una vocación a la vida religiosa?"

Si alguien ya se encuentra discerniendo una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa, en ese momento el mejor lugar para discernir es bien sea el seminario, el monasterio o en un convento. Esas instituciones son, en parte, casas de formación y discernimiento. No solo estos lugares forman sacerdotes y religiosas, sino forman santos. En la vida religiosa hay un periodo de postulación y en el seminario existe el discernimiento continuo acerca de tu vocación. Nuestra Iglesia Universal puede actuar de dos maneras: aceptando la vocación después de haber probado el compromiso, o siendo generosos al aceptar a quienes se encuentran en la búsqueda de la voluntad de Dios. La iglesia, de acuerdo con la grandiosa virtud, es caritativa y ayuda a las mujeres y hombres a discernir la voluntad de Dios en cualquier etapa en su llamado dentro de las paredes de los terrenos más comprometidos y activos de la Iglesia.

Como una sugerencia más practica a alguien que discierne una vocación, para mí, la herramienta más grande de discernimiento fue el proceso de solicitud como tal. Solicitar y dejar que el director de vocaciones dijera ‘Si’ o ‘No’. No importa que pasara después; no hay una obligación, pero si te ayuda a hacer que todo sea más claro.

Traducción: Laura Vallejo