El padre Stephen Tilley es el nuevo administrador de St. John the Baptist

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padre Stephen Tilley

El primero de agosto 13 sacerdotes en la Diócesis de Salt Lake City asumieron sus funciones bien sea como párroco o como administrador de una parroquia a la que han sido asignados. Los perfiles de los otros 12 sacerdotes aparecieron en las publicaciones del 5 y del 19 de julio del Intermountain Catholic

El padre Stephen Tilley nació en Ft. Polk, Louisiana. Habla inglés, alemán, español e italiano. Tiene un titulo en Ciencias de la Universidad Weber State, uno más en Artes del Seminario Mount Angel y un título de maestría en teología Sacra de la Universidad Pontificia de St. Thomas Aquinas – y uno más de la Universidad Angelicum en Roma.

Fue ordenado al sacerdocio el 30 de junio del 2017 en la Catedral de la Magdalena por el Reverendísimo Oscar A. Solis, Obispo de Salt Lake City. Después de su ordenación sirvió como vicario parroquial de la catedral por unos meses antes de regresar a Roma para terminar sus estudios. En agosto del 2018 comenzó como vicario parroquial de la Iglesia de Saint Joseph en Ogden.

¿Qué le gustaría que sus nuevos feligreses supieran de usted?

Que me entusiasma mucho ser sacerdote! También me gustaría que supieran que mi puerta siempre esta abierta para ellos y para cualquier necesidad que pudiesen tener.

¿Qué desea de su nueva asignación?

Conocer a nuevas personas y aprender acerca de esta maravillosa comunidad. Ya tengo un mes en SJB y debo de decir, ha sido una maravillosa experiencia. ¡Este campus nunca descansa!. Entre todo, estoy entusiasmado por ver lo que Dios hará en nuestra comunidad. El amor de Dios y su gracia siempre son suficientes para las necesidades de Su pueblo.

Como sacerdote, ¿cuál ha sido su mayor reto?

Honestamente, el mayor reto de ser sacerdote es el poder estar en todos lados que me gustaría estar. Necesito trabajar en el bilocación.

Como sacerdote, ¿cuál ha sido su mayor experiencia?

Ser testigo de la Gracia de Dios cambia las vidas de las personas. ¡La generosidad de Dios nunca se acaba! Frecuentemente me encuentro sorprendido por la bondad de Dios.