El Papa: Cuaresma es tiempo para recibir misericordia de Dios

Friday, Feb. 23, 2018
By Catholic News Service

Por Cindy Wooden

Catholic News Service

ROMA (CNS) -- La Cuaresma es temporada para que los cristianos sincronicen sus corazones con el corazón de Jesús, dijo el Papa Francisco.

“Deja que el Señor sane las heridas del pecado y cumpla la profecía hecha a nuestros padres: ‘Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne’”, dijo el Papa el 14 de febrero durante Misa en la cual se distribuyeron cenizas para el comienzo de la Cuaresma.

Después de una oración breve en la Abadía de San Anselmo, el Papa Francisco caminó en la tradicional procesión del Miércoles de Ceniza hasta la Basílica de Santa Sabina.

Él recibió cenizas en su frente por el cardenal Jozef Tomko, de 93 años, cardenal titular de la basílica, y entonces él le puso cenizas a los cardenales – tres benedictinos y tres dominicos – así como a una pareja italiana con dos hijos y miembros de la Academia Pontificia para el Culto de los Mártires, que promueve la tradicional peregrinación de Cuaresma por las “iglesias-estación” en Roma.

Él dijo en su homilía que la iglesia le da a los cristianos los 40 días de Cuaresma como tiempo para refle-xionar sobre “todo aquello que pudiera enfriar u oxidar nuestro corazón”.

Todos sienten tentación, dijo el Papa. La Cuaresma es tiempo de detenerse y apartarse de las situaciones que llevan al pecado, tiempo de ver cómo Dios está obrando en los demás y en el mundo y especialmente tiempo de regresar al Señor sabiendo que su misericordia es ilimitada.

La Cuaresma, él dijo, es tiempo de “dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del corazón de Jesús”.

Para reiniciar, dijo el Papa, se requiere un descanso de los “sentimientos amargos que nunca nos llevan a ningún lado” y del paso frenético de la vida que deja poco tiempo para la familia, los amigos, los hijos, los abuelos y Dios.

La gente necesita dejar de buscar la atención de otros, dejar de despreciar a otros, de dar “miradas arrogantes”, él dijo. Se necesita mostrar ternura, compasión y hasta reverencia por los demás.

“Detente un poco ante el ruido ensordecedor que atrofia y aturde nuestros oídos y nos hace olvidar del poder fecundo y creador del silencio”, dijo el Papa.

Usen las pausas de la Cuaresma “para mirar y contemplar”, él sugirió. Los cristianos pueden aprender al mirar “los signos que impiden apagar la caridad, que mantienen viva la llama de la fe y la esperanza”.

“Miren los rostros vivos con la ternura y la bondad de Dios obrando en medio de nosotros”, dijo el Papa señalando los rostros de las familias que luchan para sobrevivir pero continúan amando, los rostros arrugados de los ancianos “que reflejan la sabiduría de Dios obrando” y los rostros de los enfermos y sus cuidadores “que nos recuerdan que el valor de cada persona nunca puede ser reducido a una cuestión de cálculo o utilidad”.

“Miren los rostros arrepentidos de tantos que intentan enmendar sus errores y equivocaciones y que desde sus infortunios y sufrimientos luchan para transformar sus situaciones y siguen adelante”, dijo el Papa Francisco.

Pero más que todo, él dijo, “miren y contemplen el verdadero rostro de Cristo crucificado por amor a todos, sin excepción. ¿A todos?, Sí a todos. Ver su rostro es una invitación llena de esperanza para este tiempo de Cua-resma, para poder derrotar los demonios de la desconfianza, la apatía y la resignación”.

La invitación, él dijo, es “regresar sin miedo a los brazos extendidos y ansiosos de su Padre, que es rico en misericordia, que te espera”.

“Regresen sin miedo a unirse a la celebración de los perdonados”, dijo el Papa. “Regresen sin miedo a sentir la ternura sanadora y reconciliadora de Dios”.

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