La mayoría de nosotros, después de escuchar las noticias diarias por cerca de cinco minutos, podemos llegar a pensar las muchas cosas que podríamos cambiar para hacer del mundo un mejor lugar para nuestros nietos. Algunas de las tendencias involucran la violencia, abuso de drogas, disparidades económicas, salud ecológica injusticias de todas las naturalezas siendo nada alentadoras. ¿Cómo es que esto puede ser cuando Jesús vino a darnos vida y abundancia?
Recordamos que Jesús también nos envió un defensor y nos prometió que haríamos cosas aún más grandes de las que Él hizo.
¿Qué hicimos mal?
Bueno, una gran parte de nosotros debemos de verdaderamente aceptar y desarrollar los dones de ese Defensor y debemos ponerlos en acción siendo quienes le dan forma a este mundo, en lugar de estar esperando a que alguien más le dé forma y lo construya. Si los cristianos no construyen el Reino de Dios, Satán estará contento de construir su reino. Ultimadamente no existe un punto neutro.
La construcción del Reino y las enseñanzas de la nación son un gran trabajo y prontamente nos damos cuenta de que, aunque se hagan esfuerzos heróicos y sin fin, si los individuales el trabajo no será hecho. Necesitamos ser parte de un grupo más grande, enfocado y razonablemente bien organizado. Necesitamos una organización diversa de varios pisos que apoye esta misión.
Es así como yo aprecio mejor la necesidad de ser parte de una parroquia, de una diócesis, de una conferencia nacional y de ultimadamente una Iglesia global. Esto es lo que me motiva a contribuir en el esfuerzo anual del Obispo conocido como el ‘Diocesan Development Drive’.
Los muchos servicios y habilidades ofrecidas por los ministerios y el personal de la Diócesis de Salt Lake City proveen un nivel crítico de apoyo a la misión de la construcción del Reino.
Las publicaciones de este año de la Oficina de Corresponsabilidad y Desarrollo detallan más específicamente los muchos servicios y ministerios ofrecidos ori nuestra diócesis. En la Iglesia de St. John the Baptist Parish, estamos realizando todos los esfuerzos para tomar en serio en mandato de Jesús de “Ir y enseñar a las naciones,” desarrollando y dando alcance que se pueda medir con números y con recursos. Estamos dispuestos a pagar nuestra parte y a orar para encontrar muchos socios en la diócesis para que apoyemos, no solo como un aparato institucional, sino una misión real. Esta misión realizada exitosamente es esencial si queremos un mundo que se asemeje más al Reino de Dios en lugar de la alternativa para nuestros nietos.
El padre Rick Sherman es el párroco de la Iglesia de St. John the Baptist en Draper.
Traducido por: Laura Vallejo
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