Informe estima 330,000 niņos abusados en la iglesia francesa desde 1950

Friday, Oct. 15, 2021

Por Barb Fraze
Catholic News Service
Un informe independiente sobre abuso sexual en la Iglesia Católica francesa estima que 330,000 niños han sido abusados desde la década de 1950. La mayoría de las víctimas eran niños preadolescentes de todos los estratos sociales y más de un tercio de las agresiones fueron cometidas por laicos.
El informe no intenta cuantificar el número de adultos abusados, pero indica que algunos de los agredidos se-xualmente eran monjas o seminaristas.
En el informe publicado el 5 de octubre, la Comisión Independiente sobre Abuso Sexual en la Iglesia Católica, que cuenta con 21 miembros, se describió a sí misma como “testigos de testigos”.
“El panorama descrito (por el informe) revela que el fenómeno de la violencia sexual en la Iglesia Católica desde 1950 hasta la actualidad es masivo, que ha disminuido con el tiempo, pero aún está presente, que se basa en numerosos rasgos claramente identificados de carácter sistémico. El trauma sufrido por las víctimas se ve agravado por la posición del perpetrador”, señala un resumen en inglés del informe de 2,500 páginas.
“En todos los testimonios . . . el primer grito es por justicia”, dice el informe. “Es decir, antes de proclamar ‘no debe volver a suceder nunca’, hay que reconocer, reconocer y describir el ‘eso’, se debe designar a los res-ponsables de ‘ese acto’ y, tanto como sea posible, medidas de reparación por ‘sus’ consecuencias necesitan ser encontradas. No es suficiente que la iglesia reclame conciencia, aunque sea demasiado tarde. O afirmar que el pasado es pasado y que para los niños y las personas vulnerables de hoy y de mañana, los mismos errores no se repetirán”.
“La forma en que las víctimas hablaron o rompieron su silencio -- como le contaron a la comisión sus expe-riencias -- muestra cuán largo y lleno de obstáculos es este proceso y cómo raras veces se lo toma en cuenta o se le hace un seguimiento adecuado por el séquito o la institución”, manifestaba.
El arzobispo Michel Aupetit de París dijo que los obispos franceses y las órdenes religiosas encargaron la investigación “para obtener la verdad, porque se la debemos absolutamente a las víctimas y a todos los fieles”.
“Hemos descubierto esta verdad con todos ustedes”, expresó en un comunicado del 5 de octubre, publicado en el sitio web de la Arquidiócesis de París. “Está mucho más allá de lo que creíamos saber, es aterrador”.
El arzobispo Aupetit dijo que, aunque la Iglesia se había esforzado durante varios años por responder a “esta terrible tragedia con seriedad”, estaba claro “que aún nos queda un largo camino por recorrer para acoger el sufrimiento de las víctimas, para acompañarlas en su reconstrucción,” y hacer que nuestro hogar común sea más seguro”.
“Necesitaremos de todos ustedes para iluminarnos y ayudarnos en las reformas necesarias”, acotó.
“Por favor, sepan que comparto su profunda tristeza por estas terribles revelaciones. Los invito a orar por las víctimas cuyas vidas han sido destrozadas. También les pido que oren por todos los sacerdotes, diáconos, y laicos, para que puedan seguir trabajando con dedicación. Todos estamos profundamente tristes”.
La comisión identificó seis categorías de abuso de niños: “abuso parroquial”, cometido por un sacerdote o vicario local; “abuso escolar” por parte de un sacerdote, maestro religioso, o persona responsable; abuso por parte de un miembro de la familia o un amigo cercano de la familia; abuso cometido en el contexto de “un patrocinio o movimiento scout”; abuso cometido por “un sacerdote que actúa, o dice actuar, como psicoterapeuta”; y lo que se denominó “abuso profético, cometido en el contexto de las llamadas nuevas comunidades, que fueron particularmente populares en la década de 1970”.
Con respecto al abuso de adultos, “surge un sentido general de autoridad que se transforma en poder y el control se vuelve de suma importancia, particularmente en situaciones de vulnerabilidad que son reforzadas por el contexto eclesiástico”.
La comisión dijo que no se excedió en su autoridad, sino que sintió “su creación como un organismo independiente . . . en este preciso momento de la historia de la institución -- golpeada por la aguda crisis de abuso sexual -- le confiere la responsabilidad de llegar hasta las raíces del problema, tan profundamente como la iglesia misma lo está haciendo”.
También dijo que el derecho canónico era “completamente inadecuado con respecto a los estándares de juicios justos y derechos humanos en un asunto tan sensible como el abuso sexual de niños”, y citó como un problema el clericalismo, como lo hizo el Papa Francisco en su carta al Pueblo de Dios de 2018. La comisión señaló que, desde el cambio de siglo, la Iglesia Católica había hecho grandes avances, a nivel nacional e internacional, al denunciar el abuso sexual por parte del clero.
Sin embargo, esta misma dijo que la iglesia debe establecer “un procedimiento para el reconocimiento de abusos, incluso en casos prescritos, y proporcionar una compensación por el daño sufrido. 
El gobierno de la iglesia debe reorganizarse para ser más pluralista y regular los riesgos de abuso de poder. La capacitación es una herramienta preventiva clave, que debe implementarse ampliamente”.
La comisión también dijo que, si bien “el dinero no podría compensar el daño irreparable sufrido”, la iglesia debe establecer un sistema de reparación financiera, que se pagará directamente al sobreviviente de abuso o, si esa persona hubiese fallecido, a la “víctima indirecta”. La comisión señaló que la conferencia de obispos había dicho que proporcionaría el financiamiento para una donación para estos pagos; sin embrago, la comisión dijo que no se debería apelar a los fieles para obtener donaciones. Dijo que la mayoría de las contribuciones deben provenir de la Unión de Asociaciones Diocesanas de Francia, con el apoyo de la conferencia de obispos y la Conferencia de Religiosos de Francia.
La primera de las 45 recomendaciones aborda directamente la cuestión urgente de la salvaguardia y exige que toda persona que haya cometido delitos violentos o sexuales contra niños no tenga acceso a menores. 
También recomienda verificaciones obligatorias de los antecedentes penales del clero y los trabajadores de la iglesia con acceso a niños y sugiere que la iglesia establezca una línea directa para que las personas denuncien abusos.
Las recomendaciones también sugieren una revisión de la disciplina tradicional del celibato sacerdotal para permitir la ordenación de hombres casados, y exigen que los sacerdotes rompan el sello de confesión e informen a la policía de los delitos sexuales contra niños o personas vulnerables que les sean denunciados por los penitentes.
Una de las recomendaciones decía que se debe quitar el poder a los obispos diocesanos en favor de un gobierno más democrático y sinodal de la iglesia local. 
La comisión dijo que los obispos deben examinar de cerca la “concentración de los poderes de orden y gobierno en manos de una misma persona, lo que lleva a una insistencia en el ejercicio riguroso de poder”.
El arzobispo Éric de Moulins-Beaufort de Reims, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, acogió el informe en una declaración conjunta con la hermana dominicana Véronique Margron, presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia. Sus dos organizaciones habían encargado la investigación y agradecieron el trabajo a su presidente, Jean-Marc Sauvé, vicepresidente honorario del Consejo de Estado.
Ellos dijeron que estaban “avergonzados e indignados” por los descubrimientos y prometieron estudiar todas sus recomendaciones

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2024 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.