Madre deportada recibida en refugio al otro lado de la frontera

Friday, Feb. 24, 2017

Por Nancy Wiechec
Catholic News Service
PHOENIX (CNS) – La madre que estuvo en los titulares como la posible primera inmigrante no autorizada deportada de Estados Unidos bajo las órdenes de inmigración del presidente Donald Trump estaba alojada durante la noche del 9 de febrero en la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, México.
El padre jesuita Sean Carroll, director ejecutivo de la organización, confirmó en un correo electrónico a Catholic News Service que Guadalupe García de Rayos estaba recibiendo ayuda del grupo de apoyo a los migrantes.
“Ella llegó a nuestro comedor y se está alojando en nuestro refugio esta noche”, escribió el sacerdote. “En general ella está bien”.
Agentes estadounidenses de inmigración arrestaron y deportaron a García de Rayos después que ella llegó a la oficina del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (conocido como ICE por sus siglas en inglés) en Phoenix el 8 de febrero para una visita obligatoria.
Ella había estado reportándose anual o bienalmente a ICE desde el 2008, después de ser arrestada y condenada por dar un número de Seguro Social falso para trabajar. Según su familia, cada dos veces que ella se había reportado a ICE se le interrogaba y se le permitía regresar a su casa en Mesa, suburbio al este de Phoenix.
Cuando se le preguntó el 9 de febrero si ella hubiera hecho algo de manera distinta, García de Rayos contestó: “No me arrepiento porque lo hice todo por amor a ellos”.
Sus dos hijos adolescentes, ciudadanos nacidos en Estados Unidos, estaban sentados al lado de su madre mientras hablaban con la prensa desde el comedor de la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales después de su deportación.
“Anoche me sentí tan vacía sin ella”, dijo Jacqueline, 14, la hija de García de Rayos.
“El único crimen que cometió mi madre fue irse a trabajar para darle una mejor vida a sus hijos”, Jacqueline le dijo al periódico estadounidense The New York Times el día anterior.
“Es una pesadilla que le quiten la madre a uno”, dijo el hijo de 16 años, Ángel.
Durante una entrevista transmitida en vivo con The New York Times en Nogales, Jacqueline dijo que su madre insistía todas las noches en hacerles la señal de la cruz en sus frentes y desearles las buenas noches besándolos.
García de Rayos vino a Estados Unidos con sus padres cuando tenía 14 años. Ellos eran del estado central mexicano de Guanajuato. Más tarde en Estados Unidos ella se casó con otro inmigrante que no tenía permiso legal y la pareja tuvo dos hijos. Ella no había regresado a México durante esos 21 años.
El comedor de la Iniciativa Kino para la Frontera, donde García de Rayos llegó después de ser deportada, está ubicado directamente frente al cruce fronterizo Mariposa. Este sirve comidas y diariamente ayuda a docenas de migrantes deportados. La iniciativa refugia a mujeres y niños deportados en unos apartamentos cerca.
Mientras García de Rayos estaba en la instalación del ICE en Phoenix el 8 de febrero, defensores de los inmigrantes junto con su familia protestaron para que le dejaran regresar con su esposo y sus hijos. Un sacerdote de la parroquia de la familia oró con ellos mientras esperaban comunicación sobre el destino de la madre.
Algunos manifestantes, de los cuales siete fueron arrestados más tarde, bloquearon la salida del refugio a la camioneta gritándole a los agentes que tuvieran vergüenza.
El obispo Joe S. Vásquez de Austin, Texas, director del comité sobre migración de los obispos estadounidenses, advirtió que el aumento en detenciones y deportaciones de inmigrantes prometido por Trump rompería la unidad de familias y “causaría miedo y pánico en las comunidades”.
Los obispos estadounidenses consistentemente han pedido una reforma integral de inmigración que incluya entre otras cosas un programa de legalización, un programa de trabajadores legales y un aumento en el número de visas familiares disponibles para poder acelerar la reunificación familiar.
La orden ejecutiva sobre inmigración que Trump firmó a fines de enero incluye varias categorías de inmigrantes no autorizados que la administración dice que los oficiales que aplican de las leyes de inmigración deben priorizar para remover personas del país.
Durante su administración, el presidente Barack Obama deportó más de 2.5 millones de personas, más que todos los presidentes que le precedieron. Los que critican la orden de Trump dicen que esta le da a las autoridades del orden público amplia discreción al decidir a quién deportan, mientras que Obama le dio a las agencias de orden público órdenes de expulsar a los inmigrantes no autorizados que fueran una amenaza para la seguridad nacional, que estuvieran involucrados en actividad pandillera criminal o que fueran ofensores repetitivos.

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