En Navidad celebramos el cumpleaños del Mesías y Salvador del mundo. Recordamos el significado profundo del misterio de la Encarnación cuando del Hijo de Dios tomó la forma humana y habitó entre nosotros (Jn 1:14). Este momento especial en la historia humana de la Palabra encarnada tiene mucho significado para nosotros. En un tiempo cuando las personas se han vuelto indiferentes ante Dios, negando y alejando Su presencia en el mundo, nos regocijamos en la divina economía de la Salvación de Dios hace que el cielo y la tierra se unan y establezcan Su unión con la humanidad.
La Navidad nos brinda el mensaje del amor de Dios a través de Su Hijo Jesucristo. Nos recuerda del poder transformador de Su gracia en nuestro mundo y nos ofrece la tan necesitada esperanza, alegría y paz que el mundo clama en el medio de las dificultades ocasionadas por la insensible violencia, pobreza, calamidades naturales y polarización. Durante estos tiempos, Dios nos asegura de Su presencia entre nosotros. Fiel a Su promesa, Emanuel permanece con nosotros, nunca nos abandona y comparte con nosotros las alegrías, al igual que las penas y sufrimientos que este mundo conlleva.
Conforme celebramos ls Navidad, reflexionemos acerca de este gran misterio de nuestra fe y abramos nuestros corazones reconociendo y acogiendo los dones de Dios a través de Su Hijo y de su amor misericordioso. Cristo rompió las barreras del pecado que nos separa de Dios y construyó un puente de unidad con Su amor. Este es un momento crítico para dar la bienvenida a un nuevo comienzo y a una nueva relación de la comunión de la humanidad con Dios.
La Navidad anuncia el amanecer de la salvación y la invitación de Dios a la comunión con Él. Oremos juntos para que a través de la intersección de nuestra Santa Madre las bendiciones del nacimiento de Cristo nos ayuden a ser uno con Dios y con nuestros semejantes, para que nos de las fuerzas para sobreponernos a las divisiones, y para que nos inspire a su instrumentos del amor de Dios, de la misericordia y de la unidad, y para que todos vivamos en armonía, alegría y paz.
Oro para que el bebé Jesús nos de sus bendiciones con una ¡Feliz Navidad y con un Año Nuevo lleno de gracias!.
Traducido por: Laura Vallejo
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