Misa en el estacionamiento brinda un espacio seguro y mantiene a los feligreses unidos en la fe

Fotos de Cortesía

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El altar que se diseñó para la adoración nocturna la cual se celebra el primer viernes de mes.

MIDVALE — Al igual que muchas de las parroquias en la Diócesis Católica de Salt Lake City, la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús en Midvale tuvó que encontrar maneras creativas para dar la bienvenida a sus feligreses, siguiendo todas las restricciones y recomendaciones debidas a la pandemia por el COVID-19.

El 25 de julio, decenas de feligreses se reunieron para la Misa en el estacionamiento celebrada por el padre José Barrera, administrador de la parroquia, quien armado con un micrófono y grandes bocinas logró que las personas tanto en sus automóviles, como las que estaban distribuidas por todo el estacionamiento escucharan la Santa Misa.

Aprovechando el buen clima del verano, la Misa en español de los sábados a las 6:30 p.m. fue cambiada a las 7 3:00 p.m., y en lugar de reunirse en el interior de la parroquia, ahora los feligreses se reúnen en el esta-cionamiento.

“Fue impresionante ver a muchas familias que no había visto desde que comenzó la pandemia. También vimos a nuevas familias,” dijo el padre Barrera.

Debido a las restricciones por el distanciamiento social impuestas por las autoridades de salud, la parroquia limita el número de personas que pueden asistir a la Misa al interior de la parroquia. Aquellas personas que desean asistir a la Misa se deben de registrar, una vez que se alcanza el limite nadie más puede ingresar.

Así es que algunas familias no se podían registrar para asistir a la Misa, “o no pueden seguir los protocolos, o simplemente no se sentían tranquilos dentro de la Iglesia, así es que ya no venían,” dijo el padre Barrera, quien transmite todas las Misa por el Facebook live.

Peor el padre quería llegar a todos sus feligreses. La idea de  la Misa en el estacionamiento surgió como una manera “de darle la oportunidad a más familias para asistir a la Misa,” dijo el padre Barrera.

Después de ver la respuesta a la primer Misa en el estacionamiento, el padre Barrera decidió seguirla ce-lebrando, mientras que el clima lo siga permitiendo.

El éxito de la misma también abrió la puerta para recomenzar a celebrar en la parroquia, la adoración nocturna de los viernes. Antes de la pandemia esta se realizaba en la parroquia comenzando a las 6 p.m. el primer viernes de cada mes y siguiendo hasta las 6 a.m. del sábado.

Cuando las restricciones del distanciamiento social fueron impuestas, la celebración en persona fue cancelada, y la celebración se mantuvo en línea por Facebook live de las 6 p.m. hasta la media noche.

“Las personas oraban desde sus casas,” dijo el padre Barrera.

Pero al ver la respuesta de la Misa en el estacionamiento, “decidimos que también podíamos celebrar la Adoración de la misma manera.”

El 7 de agosto la primer Adoración se llevó a cabo en el estacionamiento, decenas de personas asistieron.  

“Diseñamos un altar muy bonito, y nuestros hermanos y hermanas estaban muy contentos,” dijo el padre Barrera. “Ellos me dijeron lo mucho que habían extrañado estar presentes en la Adoración, desde el mes de marzo que no la había.”

El padre dijo que el ver la respuesta que han tenido los feligreses lo ha llenado de mucha alegría.

“Siento que tenía ese compromiso con ellos, tenía que darles una respuesta pastoral, ya que ahora más que nunca todos necesitamos estar mas cerca de Dios,” dijo el padre.

El tener la Misa y la Adoración en el estacionamiento, es “una manera más en que la Iglesia sale al encuentro de nuestros hermanos y hermanas, y nos recuerda que la misericordia de Dios no tiene límites,” dijo el padre Barrera agregando que los párrocos “tenemos la responsabilidad de ver y encontrar maneras durante esta pandemia (y siempre) para que las personas no se sientan separadas de la Iglesia.”

El padre Barrera invita a todas las personas que deseen participar en la Misa o en la Adoración en el esta-cionamiento a llegar con una silla y una botellita de agua.

“Algunos pueden decir que las personas ya no quieren ir a la Iglesia, pero yo creo que no es eso… ellos solo están siguiendo las nuevas restricciones o sienten que deben de proteger a sus familias,” dijo el padre. “Cuando unos les ofrece varias alternativas, vuelven a venir.”