"No hay nada que de mayor alegría que ayudar a una persona necesitada"

Friday, May. 07, 2021
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By Laura Vallejo
Intermountain Catholic

SALT LAKE CITY – Conforme Catholic Community Services de Utah regresa a sus operaciones en persona después de casi 14 meses de ofrecer servicios limitados por la pandemia del COVID-19, una gran necesidad de la agencia para mantener su misión, son los voluntarios.

Desde  1945 CCS ha servido a millones de personas necesitadas; cada mes la agencia sin fines de lucro sirve a más de 6,700 indigentes; cerca de 270 casos de personas refugiadas son tratados y cerca de 185,845 libras de alimentos son distribuidas en Salt Lake y en Ogden.

Antes de la pandemia, “contábamos con varias parroquias, instituciones e individuos que venían de voluntarios,” para ayudar con la preparación y distribuciones de las comidas clientes en el comedor de Saint Vincent De Paul en Salt Lake City, pero esos voluntarios no han regresado ahora que las operaciones han vuelto a ser en persona, dijo Monica Rich, coordinadora de voluntarios del comedor. “La necesidad sigue aquí, las personas aún están sufriendo.”

El comedor está abierto los siete días de la semana; cada día necesita de cerca de 60 voluntarios para poder preparar y servir los alimentos.

“Esto nos ayuda a seguir los lineamientos del distanciamiento social y los protocolos de salud, para que nadie se tenga que preocupar por esto, las personas pueden estar tranquilas al estar sirviendo a los demás,” dijo Rich.

Los voluntarios deben de ser mayores de 13 años de edad y poder ayudar por dos horas.

“Tenemos varios turnos en los que las personas nos pueden apoyar,” dijo Rich. “Escuelas, organizaciones, familias, individuos todos son bienvenidos para ayudarnos como voluntarios.”

Anna Gammangasso, feligrés de la parroquia de  St. Vincent de Paul, está dentro de los voluntarios del comedor quien ha regresado a seguir apoyando. “Debido a la pandemia existen muchas personas en necesidad. Si una persona tiene un poco de tiempo libre, “realmente se siente bien si ayudas a alguien más,” dijo Gammangasso. “Es tiempo de volver a ser bondadosos, es tiempo de volver a estar alegres, y no hay nada que te de más alegría que el ayudar a alguien en necesidad.”

Otra de las oportunidades para apoyar a CCS, es a través del programa de cuidados temporales para refugiados, el cual necesite de familias temporales.

“Ahora mismo es un tiempo muy importante para que las familias consideren la crianza adoptiva de refugiados y adolescentes inmigrantes, ya que la necesidad es realmente alta,” dijo  Erica Astle, gerente del Programa de Cuidados temporales para refugiados.

CCS asiste con el reasentamiento de menores de 18 años que llegan sin compañía, colocándolos con familias temporales. Los adolescentes pueden permanecer en custodia de CCS y recibir sus servicios hasta que cumplen 21 años de edad.

Con los cambios de expansión que la actual admi-nistración federal está contemplando para que un mayor número de refugiados sea reasentado en los Estados Unidos, Astle dijo que “solo podremos reasentar a más jóvenes si tenemos a más familias … Cuando uno decide ser una familia temporal, tu panorama mundial crece. Uno integra una nueva cultura a su hogar. Su corazón crece; uno se da cuenta de la capacidad que se tiene de querer a los demás tal y como son.”

Reconociendo que ser padres sustitutos es difícil, Astle dijo que “con entrenamiento y apoyo, su confianza crece, ya que las personas se dan cuenta que pueden con el reto.”

CCS ofrece entrenamiento cultural y terapéutico para los padres sustitutos así como entrenamiento educativo continuo, y grupos de apoyo una vez que una familia da la bienvenida a un joven en su hogar.

“Cada familia temporal cuenta con un consultor familiar. El trabajo del mismo es apoyar a los padres sustitutos: escucharlos, colaborar con ellos y apoyarlos,” dijo Astle.

El consultor familiar está disponible para consultas diarais y para visitas mensuales a los hogares temporales.

Las familias temporales reciben reembolsos mensua-les por los gastos y por las necesidades de los jóvenes que han sido asignados a sus hogares.

El dar hogar a un refugiado que llegó solo, es algo muy significativo, dijo Shauna un padre sustituto de CCS.

“Si de repente estallase una guerra con luchas y vandalismo en mi vecindario y yo fuese asesinada, me gustaría saber que en algún lugar existe una persona que está dispuesta a querer y cuidar de mis hijos como si fueran de ellos. Es por eso que yo soy madre sustituta de dos niños de África.”

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