Obispo Solis: Reflexión sobre el mes Mariano y un mensaje para el Día de las Madres

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Cada año nuestra Iglesia celebra el mes de mayo en honor a la Santa Virgen María, la Madre de Dios. Nuestras tradiciones Cristianas tienen una fuerte y profunda conexión con nuestra Santa Madre y promueve una devoción especial por ella. Su papel único en la historia de la salvación como la madre de nuestro Salvador la hace muy especial ante los ojos de Dios y de todos los creyentes Cristianos. De hecho, el Papa Francisco llamó a los fieles durante la prímer ola de la pandemia del COVID y ahora por la guerra de Ucrania a orar y a invocar su intercesión para la sanación y paz en el mundo.

Este mes es una gran ocasión para orar y para reflexionar sobre la vida de nuestra Santa Madre. Sus virtudes Cristianas ejemplares ayudan a inspirarnos en nuestra fe y en nuestra relación con Dios. Su total apertura y cooperación con el plan de Dios fue instrumental en la encarnación de Jesús, el Hijo de Dios – la Palabra hecha carne que vive entre nosotros, y el cumplimiento de la promesa de salvación. Su obediencia total, dedicación y servicio a Dios se manifiesta en humildad, simplicidad, santidad y gratitud son ejemplos que podemos imitar y seguir.

Durante el mes mariano de mayo, contamos con prácticas devocionales y eventos para fortalecer y renovar nuestra fe en Dios, especialmente durante tiempos de retos. A diario recen el Santo Rosario. Unamos nuestros corazones y oremos ante nuestra Santa Madre para que nos guíe a una unión más cercana con Dios.

El 1ero de mayo de este año, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos publicó en su página de Facebook que “conforme comenzamos el mes de mayo dedicado a Nuestra Santa Madre, imploramos por su intercesión y le pedimos por su gracia para confiar totalmente en su Hijo y en Su plan para nuestras vidas. María, Madre de nuestro Salvador, ruega por nosotros.!

El Papa Francisco también publico un Tweet pidiéndole  las personas que “en este mes dedicado a la Virgen María, aprendamos de ella que la oración es la mejor arma de la vida cristiana: la victoria sobre el mal no es posible sin perseverancia en la oración.”

Conforme honramos a Maria, la Madre de Dios, durante este fin del Dia de la Madre, recordemos también con gratitud y cariño a nuestras madres terrenales, vivas y fallecidas. Dios nos ha bendecido con nuestras madres quienes nos trajeron a este mundo, quienes nos cuidan, nos protegen, nos enseñan, nos aman, y nos transmiten la fe en Dios.  

Demos gracias y oremos:

Dios Padre Todo Poderoso, te agradecemos por el don de nuestra Santa Madre, la Virgen María. También te agradecemos por darnos a nuestras madres y abuelas terrenales quienes forman el papel maternal en nuestras vidas, dándonos su cariño, ternura, guía y cuidados necesarios. Agradecidos por sus sacrificios y desinteresado amor, te pedimos las bendigas con salud, fortaleza, alegría y paz. Las ponemos en tus amorosas manos y te pedimos que las protejas de todo peligro y mal. A nuestras madres fallecidas, dales paz en su eterno descanso.

Amén.

Feliz Día de las Madres!

Traducción: Laura Vallejo