Padre Rick Bauer: Enfrentando la pandemia de SIDA en Namibia

Friday, Jul. 13, 2007
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Namibia tiene más de 108,400 niņos que han quedado huérfanos a consecuencia del SIDA. El Padre Rick Bauer dijo que estudios recientes muestran que los casos de SIDA pueden afectarse positivamente limitando el número de parejas sexuales.

SALT LAKE CITY — Las quejas presentadas en las oficinas de la organización Catholic AIDS Action (en Español: Acción SIDA Católica) por más de 1.500 voluntarios nativos reflejan el progreso que se ha alcanzado en el tratamiento de VIH/SIDA en el país Africano de Namibia en los últimos siete años – y también el poco progreso que se ha logrado cubriendo las necesidades más básicas de los pobres de esta región.

«Nuestros clientes están recibiendo terapia anti-retroviral (TAR)», le dijo el Misionero Maryknoll Padre Rick Bauer al Intermountain Catholic. «Pero conforme se empiezan a sentir mejor, su apetito regresa. Tienen hambre, lo cual es un buen síntoma. Pero el país es tan pobre que no tienen alimentos. Poco después, el dolor causado por el hambre es peor que el miedo del SIDA, por lo que toman una decisión imposible. Dejan de tomar la TAR.»

El problema de pobreza en Namibia no es el problema de hambre extremo que el mundo ve en Sudán, dijo el Padre Rick. «Los Namibianos no sufren inanición clínica. Ellos están malnutridos. Reciben alimentos, pero en ocasiones no los reciben todos los días.»

Los Namibianos tienen hambre, pero no están tan hambrientos como para llamar la atención de las grandes organizaciones caritativas que proporcionan alimentos a toda una nación, dijo el Padre Rick. Y los que donan a los programas de VIH/SIDA algunas veces no entienden que la gente que vive con VIH/SIDA necesitan tanto las drogas anti-retrovirales como alimentos.

«Los Namibianos que reciben tratamiento para HIV/SIDA, malaria. sarampión, y otras enfermedades que plagan a los pobres no se están muriendo. Ellos no funcionan al 100 por ciento, y constantemente sufren dolor. Sus organismos no reciben la cantidad apropiada de calorías por lo que sus cerebros no se desarrollan adecuadamente, y sus cuerpos tampoco.»

Estos problemas específicos hacen la confrontación con la pandemia de VIH/SIDA en Namibia excepcional, dijo el Padre Rick. Namibia es un país de 825.418 kilómetros cuadrados y está escasamente poblado por 2 millones de habitantes. «Está bajo el radar de la mayoría de organizaciones que proveen ayuda.»

Lo que hace a Namibia diferente de Tanzania, donde el Padre Rick pasó seis años trabajando con gentes con VIH/SIDA, es que en Tanzania se pueden cultivar frutas y verduras.

A lo largo de la costa occidental de Namibia se extiende el Desierto Nambi, y el Desierto Kalaharo cubre la frontera Sureste con Botswana. «Nada crece en Namibia, especialmente en el sur, y si una persona no tiene dinero, él o ella no tiene nada para comer.»

Manteniéndo a la gente alimentada es un tremendo reto en Namibia, dijo el Padre Rick. «Si conseguimos alimentos, el hacerlos llegar a los poblados es un trabajo enorme. Cuando representantes de organizaciones de ayuda visitan Namibia, a menudo permanecen en Windhoek, la ciudad capital.» Como director de Catholic AIDS Action (CAA), la primera respuesta a la crisis de VIH/SIDA del país organizada por una iglesia, el Padre Rick les ruega a los donadores y a los representantes de organizaciones de ayuda que vayan a los poblados donde los voluntarios de CAA ofrecen cuidados y apoyo a aquellos afligidos con VIH/SIDA. Con 90 empleados, 1.500 voluntarios y solo 22 vehículos, hacen todo lo que pueden para moverse en todo el país, y eso no incluye las grandes cantidades de alimentos donados que se necesitan.

«Nuestros voluntarios son a menudo miembros de las familias de nuestros clientes, y les proporcionamos entrenamiento extensivo. De otra forma el cuidado con base en el hogar en Africa es a menudo abandono con base en el hogar», dijo el Padre Rick. «Nos reunimos con nuestros voluntarios cada mes, ayudándolos a mantenerse motivados y proporcionándoles la ayuda psicológica que necesitan para atender constantemente las necesidades de las gentes con VIH/SIDA.

El Padre Rick se reúne mensualmente con sus empleados y voluntarios. Sus sesiones siempre empiezan con la Palabra de Dios. «Cantamos, a menudo rezamos el rosario; reconocemos que Dios nos está guiando en nuestro ministerio.»

La oración es seguida por trabajo psicológico y emocional dirigido por el Padre Rick quien obtuvo su Maestría en trabajo social en la Universidad de Utah. «Hacemos lo que podamos para librarnos del estrés. Hablamos acerca de nuestros éxitos."

Una tercera parte vital de nuestras reuniones mensuales incluye la colecta de datos estadísticos, haciendo el papeleo que nos permitirá obtener más fondos para el programa. «Nunca omitimos los dos primeros elementos de nuestras reuniones; esas partes nos ayudan a enfrentarnos al tercer elemento – los números», él dijo.

El Padre Rick dijo que él espera perder alrededor de un cinco por ciento de sus voluntarios cada año; la mitad de ellos mueren, «aunque es bueno cuando perdemos un voluntario debido a que el entrenamiento que le hemos dado le ha permitido encontrar un buen empleo. Namibia tiene un desempleo del 60 por ciento.»

A menudo el Padre Rick se encuentra proporcionando alimentos a los clientes de CAA, a los voluntarios, y aún a sus trabajadores de su cuenta de la misión con los Padres y Hermanos Maryknoll. Originalmente ordenado para la Diócesis de Salt Lake City, el Padre Rick se unió a los Padres y Hermanos Maryknoll después de servir con la orden a gentes con VIH/SIDA en Tanzania.

«El día de hoy, CAA, un departamento de la Conferencia de Obispos Católicos de Namibia, tiene 14 oficinas en nueve de las 13 regiones políticas del país», él dijo. «En las otras cuatro regiones trabajamos muy de cerca con los Luteranos, y con otras organizaciones de ayuda no gubernamentales (ONGs) cada vez que podamos. Los cuatro objetivos principales de CAA son: cuidados familiares con base en el hogar y ayuda psicológica, educación de los jóvenes y prevención, cuidado y apoyo a los huérfanos y niños vulnerables, y ayuda psicológica y pruebas diagnósticas voluntarias.«

Con el transcurso de los años, dijo el Padre Rick, los tratamientos del SIDA han cambiado.

«Ahora tenemos 35.000 gentes en tratamiento. Antes teníamos 200.000 o 300.000 gentes en espera de tratamiento. Estimamos que ahora tenemos 105.000 gentes que necesitan tratamiento. Los regímenes de TAR han tenido un éxito fenomenal.»

De gran ayuda ha sido el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA que el Presidente George Bush formuló en 2003, y el cual es administrado por USAID, dijo el Padre Rick. Invirtió casi $24,3 millones de dólares en Namibia en 2004 y más de $42,6 millones en 2005 para apoyar un programa integral de prevención del VIH/SIDA, tratamiento y cuidados.

Por años, el Padre Rick dijo, el público ha alegado que el alto índice del SIDA en Africa se ha debido a la pobreza del continente y a sus costumbres que mantienen a la mujer en un plano secundario. «Pero encuestas recientes han demostrado que índices aún más altos de VIH/SIDA se ven en culturas en las cuales las gentes tienen múltiples parejas sexuales en forma simultánea y en culturas en las cuales no se practica la circuncisión masculina.«

«Aún no sabemos que hacer con esta información», él dijo. «Si sacamos la noticia de que hay una vacuna en el mercado con una eficacia del 70 por ciento, la gente la aceptaría de inmediato. Pero no es fácil pedirle a las gentes que cambien sus hábitos sexuales o que cambien lo que está arraigado en las culturas.»

El Padre Rick dijo que el paciente más importante es siempre el que esté frente a uno en ese momento, aún si él o ella está eligiendo dejar el TAR para no tener que sufrir los dolorosos retortijones de hambre.

«Queremos darles todas las oportunidades posibles para que triunfen, para que sobrevivan. Cuando dicen, "No podemos aguantar el hambre", tengo que decirles: "déjenme ver lo que puedo hacer".»

Ustedes pueden ayudar al Padre Misionero Maryknoll Rick Bauer con su ministerio con la gente de Namibia.Donativos pueden enviarse a: Maryknoll Fathers and Brothers, P.O. Box 302, Maryknoll, N.Y. 10545. Por favor escriban los cheques a nombre de Maryknoll Fathers and Brothers y pongan una nota: For the Mission Account of Fr. Richard W. Bauer.

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