Para el seminarista nuevo la vida comienza con pre-teología

Friday, Dec. 14, 2007
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Christopher Gray de la Parroquia de St. Olaf, es un estudiante de pre-teología en el Seminario Mount Angel en Oregon. La Diócesis de Salt Lake City tiene actualmente nueve seminaristas estudiando para el sacerdocio. foto cortesía de Christopher Gray

SALT LAKE CITY — "Ya sea que uno esté iniciando o terminando su educación seminarista, uno es siempre muy sensible al sentimiento, a la pregunta: ‘¿Se supone que debo de estar aquí?’" dijo Christopher Gray, un seminarista en el Seminario Mount Angel, en Oregon, estudiando para el sacerdocio para la Diócesis de Salt Lake City.

Muchos de nosotros estamos familiarizados con el rostro y los talentos de Gray quien se graduó de la Universidad de Utah con dos licenciaturas, en Matemáticas y en Literatura Española. Gray trabajó por cuatro años como reportero y técnico informático en el Intermountain Catholic (IC). Durante esos años no solo fue el editor de la publicación mensual Utah Católico y estuvo a cargo del sitio del IC en la Internet, siendo reconocido dos veces por su excelencia por la Catholic Press Association (en Español: Asociación de la Prensa Católica), sino también creó el programa de video por caudales (en Inglés: streaming video) del periódico y su "podcast," "His Own Words ," con el Obispo John C. Wester (grabación electrónica de presentaciones del Obispo Wester). Gray trabajó muy de cerca con su madre Maria-Cruz Gray, directora de la Oficina Diocesana del Ministerio Hispano, y con su padre, Diácono Forrest Gray de la Oficina de Formación Continuada para Diáconos.

En la diócesis durante su primera visita al hogar paterno desde que ingresó al Seminario Mount Angel en Agosto, Gray compartió con nosotros sus primeras impresiones de la vida en el seminario.

"Todos tienen una historia interesante sobre una crisis de fe o una experiencia de conversión," dijo Gray. "Y todos están muy conscientes de una señal personal de alto que les dice, ‘¿Es esto para mí? ¿Soy yo para esto?’ Es como si vivieramos en una olla de presión."

Debido a su grado universitario, Gray fue colocado en el programa de teología del seminario, el primer año del cual consiste de estudios en pre-teología. Su formación, él dijo, no se limita a sus maestros, sus consejeros, sus compañeros de clase, y al profesorado del seminario, quienes están juntos todo el tiempo. "Todos tienen algo que ver con nuestra formación. Aún los estudiantes laicos que estudian en el seminario."

Gray dijo que no pretende entender todavía todo lo que incluye la vida en el seminario, "pero es obvio que hay muchas cosas y es muy emocionante."

"Llegué al seminario en un carro empacado, modestamente, yo creo, con solo las cosas que pensé iba yo a necesitar. Fuimos recibidos por seminaristas en todos los niveles de estudio quienes nos ayudaron a desempacar las cosas y a llevarlas a mi cuarto en el edificio Anselm Hall. Uno de los hombres que cargó mis cosas fue un diácono."

Su semana de orientación empezó con la Liturgia de las Horas. Después, su primera semana de clases empezó con la Misa, una presentación por el Abad Nathan Zodrow de la Abadía Mount Angel, un día de campo, y el oficio de Vísperas.

Durante su primera semana en Mount Angel, el seminario y la abadía estaban instalando campanas nuevas en una torre nombrada en honor de la Visita de María a Isabel. Gray documentó la instalación fotográficamente.

Como en la abadía, las horas en el seminario se marcan con las campanas llamando a la comunidad monástica a la oración siete veces al día.

"Vivimos en una comunidad," dijo Gray. "Aprendemos a convivir con las personas que nos rodean. Y aprendemos la forma que la oración toma, y que es lo que nos lleva a la santidad. Ahora estamos formando relaciones."

Gray dijo que la mayoría de los hombres en Anselm Hall saben que su puerta está siempre abierta para todos aquellos que lo quieran visitar. "No hay televisión, y no me preocupa porque nunca estuve muy interesado en ella. Algunos de los hombres en Anselm Hall tienen experiencia militar. Tenemos hombres que vienen de Portland, Bend, Yakima, y ciudades y poblados de California. Todos estudiamos con hombres y mujeres de órdenes religiosas, y hombres y mujeres laicos.

"Estando rodeado por gentes con tanta diversidad que buscan la santidad me ha dado un sentido de visión para el futuro," él dijo. "Me encuentro preguntándome a mi mismo, ‘¿Qué es lo que el Señor quiere que yo haga?’ Las ideas vendrán después."

En el inicio de sus estudios, Gray dijo, están aprendiendo primero como ser buenas personas "basándose en sus buenas cualidades y añadiendo a ellas. Estamos apenas empezando. Después aprenderemos más acerca de los aspectos pastorales."

Gray dijo que los seminaristas que han alcanzado el estado del diaconado han sido de mucha ayuda, mostrando liderazgo a los recién llegados. "Ellos han sido mucho más abiertos, hablando acerca de sus experiencias de fe."

Para un hombre de 24 años que nunca ha tenido problemas de hacer varias cosas al mismo tiempo, Gray dijo que él está agradecido de que el seminario le ha permitido enfocarse. "Puedo realmente dirigir mis pensamientos hacia solo una cosa a la vez."

Para Gray, y sospecho que para la ma-yoría de los seminaristas, el proceso de discernimiento en el que están involucrados es profundamente personal. "Es como estar enamorado," él dijo, "o no estar enamorado."

"Todos somos humanos, y tenemos un potencial infinito para desastres," él dijo riéndose. "Todos tenemos nuestras buenas y nuestras malas cualidades, pero es una hermandad. Estamos unidos por un mi-nisterio y una misión compartida pero las tentaciones aún son muchas. Trabajamos con y para los otros."

El seminario en sí mismo, él dijo, es fabuloso. Tiene una biblioteca sorprendente. Ocupa un entorno pastoral que es verdaderamente tranquilo. Me gusta muchísimo.

La biblioteca en el Seminario Mount Angel está llena de luz natural y sus cole-cciones de libros, algunas traídas de abadías Europeas que tenían la esperanza de preservar sus colecciones durante la Primera y Segunda Guerra Mundial enviándolas a abadías en los Estados Unidos, son muy extensas. Algunas de las colecciones albergadas en la Biblioteca del Seminario Mount Angel provienen de abadías y seminarios que no sobrevivieron las guerras, dijo Gray. "La biblioteca tiene una colección de la Guerra Civil que es un verdadero tesoro. Todos queremos ser una parte del seminario, no solo como estudiantes, porque pensamos que algún día, de alguna forma, todo esto tendrá un efecto en nuestras vidas y en las vidas de otros."

El seminario también le ha dado a Gray un sentido de libertad, "la capacidad de tomar mis propias decisiones y, al mismo tiempo, la realización de que, paso a paso, perdemos nuestra libertad personal con cada decisión que tomamos."

En solo unos pocos meses, él dijo, él ha ganado más de lo que ha perdido.

"Hay reglas con las que tenemos que vivir, y las descubrimos año tras año, yo creo. No he escuchado por seguro, pero creo que los seminaristas tienen prohibido ir a las tavernas en Mount Angel.

"Nuestra primera regla es que se espera que seamos bondadosos los unos con los otros y con otras personas. Se espera que seamos la clase de gente con las que otras personas quisieran estar."

Gray considera su clase de Griego como su favorita. "Nuestro propio Diácono Owen Cummings enseña esa clase. El es una joya entre las joyas."

Sus clases también incluyen Latín, Filosofía moderna, Filosofía clásica, y Espiritualidad Cristiana. Él pasa otras horas estudiando, tocando el órgano de la capilla por lo menos una vez a la semana (lo cual lo remonta a sus responsabilidades cuando servía en la Parroquia de San Olaf, en Bountiful, en la Parroquia de Nuestra Sra. de Lourdes, en Magna, y en la Iglesia Luterana en Bountiful), guiándo al grupo de jóvenes en una parroquia en Salem, Oregon, y participando en un cuarteto vocal. Él también pasa mucho tiempo "haciéndose presente" a aquellos que lo rodean, escuchándolos y siendo escuchado.

"Básicamente hay cuatro areas de formación al sacerdocio," dijo Gray. "Están la formación académica, la formación pastoral, la formación espiritual, y la formación humana. Todo está relacionado con como debemos de ser, como ser una buena persona, como ser una buena persona en público y en la iglesia, y como ser bueno moralmente.

"Nuestros maestros, nu-estros formadores, y nuestros consejeros académicos, nuestros supervisores donde tenemos responsabilidades pastorales, y nuestros directores espirituales están todos presentes para ayudarnos durante este proceso. Mi consejero espiritual supervisa la formación de mi vida de oración. Cada uno de nosotros tiene un director de formación que supervisa nuestra formación humana. Todo se reconcilia al final porque cada area de nuestra formación es igual a las otras.

La vida en el seminario es una experiencia compartida, dijo Gray, y puede ser abrumadora. "Ahora estamos solo tratando de apoyarnos los unos a los otros, como seminaristas, como parte de la iglesia en general, como parte de las diócesis y órdenes religiosas. Es rigoroso para nosotros, especialmente en vista de lo que la Iglesia Católica ha tenido que pasar por durante los últimos 10 años."

Todos los días los retos para Gray son muchos, pero él es un hombre que está listo a enfrentarlos y cada día está aprendiendo más acerca de sí mismo y acerca de su re-lación con Dios.

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