Pastor local responde al motu propio del Papa Benedicto

Friday, Aug. 10, 2007

SALT LAKE CITY — Aunque el anuncio del Papa Benedicto XVI el sábado 7 de julio sobre el uso de la Misa Tridentina en el culto Católico no tomará efecto hasta el 14 de septiembre, varios asombros ya se han manifestado y los pulsos se han acelerado aquí en la Diócesis de Salt Lake City. Sin embargo, algunos también recordarán que el rito de 1962 , el cual precede al Segundo Concilio Vaticano, se ha observado en la diócesis en varias ocasiones durante los últimos 20 años.

«Después de que el Papa Juan Pablo II relajó las restricciones en el uso de la Misa Tridentina en 1988, en la Iglesia de St. Ann celebrabamos en esta diócesis la Misa Tridentina una vez al mes», dijo el Monseñor M. Francis Mannion, Párroco de la Parroquia de San Vicente de Paúl en Salt Lake City. «Al final se tuvo que cancelar por falta de asistencia.«

«No siento que en mi parroquia o en la iglesia en general en Utah haya necesidad para una celebración de la Misa Tridentina», dijo Monseñor Mannion. «Tengo una razón sólida para decir esto. Cuando era rector de la Catedral en los 1980s, teníamos una celebración mensual en Latín del Misal del Papa Pablo VI – la Misa que vino después del Concilio Vaticano II y que ahora se usa universalmente – y también – por falta de interés, fracasó.»

Monseñor Mannion, un teólogo, escribe una columna para Our Sunday Visitor la cual se reimprime regularmente en las páginas de Opinión del Intermountain Catholic.

«Mi propia limitada investigación hecha para escribir un ensayo que publiqué hace algunos años, muestra que alrededor del uno por ciento de Católicos Americanos quieren la Misa Tridentina. Hay un grupo más grande – aunque aún es relativamente pequeño – de Católicos Americanos que piensan que "sería bueno" tener una Misa en latín de vez en cuando. No creo que estas sean las gentes a quienes el Papa está respondiendo con su motu propio.»

En las palabras del motu propio, titulado «Summorum pontificium», «un grupo estable de fieles» en una parroquia puede pedir que se celebre la Misa Tridentina. Estos miembros de la congregación, se supone, habrán tenido una formación significativa en liturgia, y serán capaces de entender latín, la lengua del rito. Aún más importante es el hecho de que «el documento papal enfatiza que tal iniciativa debe evitar discordia en las parroquias y debe de llevarse a cabo en un espíritu de unidad». dijo Monseñor Mannion. «Cualquier parroquia o sacerdote que celebre la Misa Tridentina debe hacerlo en un espíritu de unidad y cooperación con el obispo.»

Aunque «Summorum pontificium» permite un proceso más fácil para establecer en la parroquia una Misa en el rito Tridentino en forma regular, también establece claramente que el Misal post-Vaticano II del Papa Pablo VI continúa siendo la expresión primaria de la liturgia en la Iglesia Católica Romana.

«Sacrosantum Concilium», la Constitución de la Sagrada Liturgia promulgada por el Papa Pablo VI en 1963 después de haber sido aprobada por una abrumadora mayoría de los obispos en el Segundo Concilio Vaticano, trata notablemente con el uso de la lengua en el ritual de la Misa, la administración de los sacramentos, y la Liturgia de las Horas para promover una participación activa y completa en la liturgia por todas las gentes.

En el artículo 36, la constitución establece: «Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular. Sin embargo, como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida, ante todo, en las lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos, conforme a las normas que acerca de esta materia se establecen para cada caso en los capítulos siguientes,» permitiendo el uso de otras lenguas más comunes en la liturgia.

El rito Tridentino no es simplemente la Misa en una lengua diferente; más bien es un ritual algo diferente que surgió de la contra-reforma del siglo XVI. Bajo las directrices establecidas por el Papa Benedicto en «Summorum pontificium,» ahora puede celebrarse como otro enfoque al misterio de los sacramentos.

«El papa establece que en el centro de su preocupacion está el deseo de crear reconciliación con el clérigo y la gente desafectada a causa de la liturgia post-Vaticano II», dijo el Monseñor Mannion.

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