Por favor ore por nuestros seminaristas

Friday, Jul. 01, 2016
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André Sicard
By Special to the Intermountain Catholic

La Diócesis Católica de Salt Lake City cuenta con 10 seminaristas estudiando para el sacerdocio. Nueve de ellos en el seminario Mount Angel en Oregón, mientras que Stephen Tilley, quien fue ordenado al diaconado el 24 de junio, se encuentra estudiando en la Universidad Pontificia de Santo Tomas de Aquino en Roma. Estos hombres reciben el apoyo financiero de la Iglesia local a través del DDD y espiritualmente por las oraciones; para que nuestros lectores puedan aprender un poco más de ellos, le pedimos a los 10 que respondieran la siguiente pregunta: ¿Cuál ha sido su experiencia más significativa como seminarista? Sus respuestas las puede encontrar a continuación.
Les pedimos que por favor mantengan a estos hombres en sus oraciones.
 
Sergio Chávez Cabral
Lugar de origen: Huejucar Jalisco, México 
Nivel: Segundo año de teología en el Seminario Mt. Angel
Asignación de verano: ayudando en la parroquia de San Felipe Parish (Wendover) y en Nuestra Señora de Lourdes (Magna).
Ayudar al Espíritu Santo (porque Él lo hace todo) a construir el Reino de Dios en la tierra es un honor muy especial para mí. Ser invitado a trabajar para Él no lo puedo explicar con palabras, solo puedo decir que me siento muy feliz porque se ha fijado en mí, en mis errores y debilidades, para ser su “hombre de confianza” y ser pescador de hombres. Solo pido a Él me mantenga firme en la Fe y así luchar contra marea para lograr ese anhelado objetivo. La vocación que he recibido es ese abrazo de Dios especialmente para mí. Dedicarse al trabajo de Dios es lo mejor que me ha pasado y sé que El pagará muy bien todo.
 
Tristan Dillon
Lugar de origen: St. George.
Nivel: Segundo año de filosofía  
A pesar de que en mis tres años en el seminario he tenido varias experiencias fantásticas, el Fin de semana ‘College Beach’ fue uno de los más importantes para mí. Todos los estudiantes esperan este fin de semana pues es un tiempo de escape de las actividades del día a día en la escuela y un día para crecer en fraternidad.
Hay algo profundamente espiritual en mi cuando se trata de ir a la naturaleza, algo efímero que es difícil de describir en palabras. En la costa de Oregón, la cual es el destino de este viaje, es un lugar en donde yo puedo fácilmente abrirme y orar y entablar una comunicación natural con Dios.
Una de las partes centrales de este fin de semana en cuando nos reunimos a Adorar al Santísimo en la playa. El poder orar ante la Eucaristía y escuchar el estallido de las olas se ha convertido en uno de mis más grandes placeres. No he tenido una revelación o de pronto he adquirido algún entendimiento súbito, pero conforme veo a mis 60 hermanos unidos en oración arrodillados en la playa, puedo tangiblemente sentir que soy parte del Cuerpo de Cristo. 

Giancarlo Gazani
Lugar de origen: Lima, Perú
Nivel: Segundo año de filosofía
Mi experiencia más significativa como seminarista ha sido el servir a los demás. El año pasado, siendo mi primer año de filosofía en el seminario Mount Angel, nuestra clase recibió una asignación en la parroquia de Saint Andre Bessette en Portland, sirviendo a nuestros hermanos y hermanas indigentes de una manera en que nunca había hecho. Ya tenía experiencia llevando ministerio a los indigentes en el Buen Samaritano. Pero en Saint Andre Bessette había algo diferente, algo más que a nuestros hermanos y hermanas indigentes les hace falta, y no es hambre de alimentos, sino hambre de cariño y cuidados humanitarios. 
Muchos reciben alimentos en varios lugares, pero solo unos cuantos son tratados o inclusive vistos como seres humanos. Recuerdo muy bien un día en que, platicando con varias personas, cada uno de ellos con historias diferentes y por supuesto con ‘hambres’ diferentes. Entre ellos estaba ‘Carlos’; él es de México. Llegó a los Estados Unidos cruzando el rio (esto en sus propias palabras) en busca de una mejor vida para su familia. Dejo a cuatro hijos en México. Una vez que llego a los Estados Unidos fue contratado por una persona que lo explotaba, haciéndolo trabajar horas extras y pagándole menos, siempre amenazándolo con que si no lo hacía ‘iba a llamar a la migra’. Hasta que un buen día ‘Carlos’ decidió detener el abuso y nunca más regreso ahí. Ahora es indigente.
A veces somos indiferentes al sufrimiento de las personas que nos rodean y eso no es cristiano. Es momento de que abramos los ojos y veamos a las personas como imagen de Cristo.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”Mateo  5:6
 
Luis Uriel de Dios Hernández
Lugar de origen: Martínez de la Torre, Zacatecas, México
Nivel: Segundo año de teología
Recuerdo claramente cuando apenas comenzaba a estudiar en el seminario y fui a una pequeña comunidad a ayudar a un padre, él estaba muy ocupado pues era semana santa. 
Llegó una familia en la cual el papá estaba a punto de fallecer y querían a alguien que fuera a rezar, y pues yo fuí...recuerdo claramente que todos estábamos rezando y la persona pues falleció; después de eso me sentí triste al ver a la familia triste; cuando llegue a la parroquia iba pensando en todo eso que había ocurrido y al llegar el padre estaba cele-brando una boda ...fue entonces me  impactó...  Un sacerdote es para los buenos momentos y para los no tan buenos, los sacerdotes son para compartir alegrías y compartir tristezas, y apoyar los dolores de todas las personas...ese momento me marcó mucho... 
 
Oscar  Marquina
Lugar de origen: Caracas, Venezuela
Nivel: Tiene con un título en ingeniería ambiental de la Universidad Utah State, este otoño comenzará la pre-teología.
Una de mis primeras y más significativas experiencias de fe me ocurrió al final de mi carrera en la universidad. Al comienzo de mi último año de la universidad, empecé a aplicarme a la iglesia y a asistir a la misa dominical. 
Después de un año de continua asistencia a las misas dominicales, salí de misa y me encontré con dos amigos para ir a estudiar en la biblioteca. Mientras caminábamos, sentí una felicidad que nunca había experimentado. Esta alegría hizo mis entrañas brillar como el sol y me hizo gritar, “¡Dios es grande, me encanta la misa!”
Mis amigos sonrieron ya que no se esperaban esto especialmente porque nunca tocábamos el tema de religión. Pero esto era un momento único, Dios estaba presente y tangible en mi vida - este pudo ser el “punto virginal” al que Thomas Merton se refería y contemplaba en su vida como monje. En este momento había recibido la gracia divina de la Fe.
 Después de un año de esforzarme constantemente para conocer a Dios, tomé un paso más allá de la obediencia y abrí mi corazón. Tomé un salto a la rendición completa y recibí el regalo de la fe, porque desde ese momento Dios obtuvo mi confianza completa. 
Ahora sigo disfrutando la misa mucho, pero no creo que desde entonces he vuelto a gritar y tirar las manos al aire en júbilo después de misa. 

Dominic Sternhagen
Lugar de origen: Austin, Texas
Nivel: Primer año de teología
Asignación de verano: ayudando en la parroquia de Notre Dame de Lourdes 
Mi experiencia más significativa como seminarista fue tal vez la elección del Papa Francisco, y no solo en una pequeña parte pues tuve la fortuna de estar allí. Ese martes, el segundo día del conclave, me aventure a decir que ese día sería electo, así es que en lugar de ir a clases, acampe en la plaza de San Pedro desde las 10 de la mañana hasta su elección las 7 p.m. El humo salió de la chimenea - era gris. No blanco, y todas las personas corrían por todos lados. ¡Yo estaba abajo del balcón en una atmosfera de alegre expectación y entonces apareció! Nadie sabía quién era, pero fuese quien fuese irradiaba simplicidad y humildad, y esas características, asi como su perpetua alegría, han sido mi inspiración y mi modelo 
  Su primera acción como Papa fue la de pedir que oráramos por el Papa Benedicto, y esto fue muy significativo para mí, pues siempre he visto una gran continuidad entre los dos. Si el Papa Francisco ha marcado mi apreciación por mi vocación, las palabras del Papa Benedicto en la Misa de inauguración de su pontificado fueron una gran inspiración cuando estaba en mi primer año en el seminario: “No estamos tal vez todos temerosos.. ¿Si dejamos que Cristo entre completamente en nuestras vidas, que es lo que nos va a quitar?... ¡NO! Si dejamos que Cristo ingrese en nuestras vidas, no perdemos nada, nada, nada de lo que hace que la vida sea libre, belle y grandiosa... No tengas miedo a Cristo. Él no te quita nada, y te da todo”. Esas palabras me llegaron muy íntimamente y con el tiempo mi apreciación de ambos ha crecido, particularmente viéndolos vivir su pontificado, tanto Benedicto como Francisco son mis más grandes inspiraciones en este camino hacia el sacerdocio.
 
Anthony Shumway
Lugar de origen:  Taylorsville, UT
Nivel: Segundo año de filosofía
Mi experiencia más significativa que he tenido como seminarista ha sido el poder sentir el amor y la apreciación que las personas tienen no importa a donde vaya. Cualquiera que sea el estado en el que haya estado, cuando las personas se enteran de que soy un seminarista, abran sus brazos y quieren tener una conversación. Es una gran bendición el poder escuchar sus historias, el poder estar allí para ellos y el poder ser una inspiración para ellos y ellos ser una inspiración para mí. 

André Sicard
Lugar de origen: Sandy, UT
Nivel: Segundo año de filosofía 
Asignación de verano: ayudar en la parroquia de Santa Teresita del Nino Jesús (Midvale).
Durante mi primer año en el seminario, tuve una experiencia u eme impacto mucho al participar en el “Red Doors Retreat’ en el ministerio para indigentes en la parroquia de Saint Andre Bessette en Portland, Oregón. Este fue un retiro en donde los seminaristas durante un día tuvimos la oportunidad de trabajar junto a los voluntarios sirviendo y estando presentes para los indigentes, a quienes los voluntarios se refieren como sus invitados.
Tuvimos la oportunidad de servirles desayunos, de ayudarlos a encontrar alimentos, y de estar presentes para ellos. Lo que fue realmente significativo para mí, fue que el ministerio se realiza dentro de la iglesia. Conforme uno entra por las puertas de la iglesia, al lado izquierdo está el santuario y a la derecha el área en donde se desarrolló el ministerio. Después de haber sido voluntario pudimos asistir a Misa junto a los demás voluntarios y algunos de los invitados a quienes habíamos servido. Recibir la Eucaristía al lado de los voluntarios y los invitados, después de haber trabajado y servido juntos fue una imagen vivida de lo que la Iglesia es. Como el Papa Francisco le dijo a un grupo de asociaciones Católicas en el 2013 “No podemos ser Católicos almidonados, muy respetuosos quienes hablan de teología mientras toman te. Debemos ser cristianos valientes y buscar a quienes más nos necesitan”. En esa ocasión hubo un valor real en todo el ministerio y equipo de voluntarios para ser profetas, sacerdotes y el rey que todos estamos llamados a ser por el bautismo. Esta fue una experiencia maravillosa que me ayudo a darme cuenta mejor de lo que el ministerio pastoral s: un encuentro verdadero de acompañamiento con nuestros hermanos y hermanas en Cristo quienes más nos necesitan, motivados por el amor de Dios que se encuentra en la Eucaristía y en la Iglesia , como el Cuerpo de Cristo.
 
Romnel Tan
Lugar de origen: West Valley City, UT
Nivel: Segundo año de filosofía
Asignación de verano: ayudar en la Catedral de la Magdalena.
Cuando se me hizo la pregunta de cuál ha sido la experiencia más significativa que he tenido como seminarista, pensé en tres ‘momentos,’ como los podríamos llamar, que resaltaron. Primero, la fraternidad presente desde el comienzo, después la oración en la Liturgia de las Horas y como tercero el desarrollo de la vida de oración.
La belleza de la fraternidad en el seminario no se basa en que solo te caiga alguien bien, que se tengan los mismos intereses, que se tengan las mismas metas, o el estar con las mismas personas. Todo eso es importante, pero es algo mucho más profundo que eso. Es la unión con Cristo: día a día todos nos encontramos en la capilla tratando de escuchar esa voz que dice “Ven y Sígueme”.
La Liturgia de las Horas se ha convertido en una gran compañera. Hay tantas cosas que me gustaría platicar acerca de esta maravillosa oración de la Iglesia, pero una que me impacto este año fue la que el abad Jeremy Discroll OSB dijo en una conferencia con los seminaristas.  “Cuando oran la Liturgia de las Horas aun estando solos están unidos con toda la Iglesia es este ‘sacrificio de alabanza’… No solo están unidos a la Iglesia aquí en la tierra sino también en el cielo. Ustedes están unidos con Cristo mismo, quien oró estas mismas palabras cuando estuvo en la tierra. La Liturgia de las Horas es orar las palabras del Espíritu Santo, dicha por el Hijo, alabando al Padre todo poderoso”.
Lo último que quiero decirles esas palabras de San Benedicto las cuales me han ayudado en mi vida de oración…”Escuchen con el oído de su Corazón.”

Diácono Stephen Tilley
Lugar de origen: Ogden, UT
Nivel: Cuarto año de teología
Asignación de verano: en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe (SLC).
La experiencia más significativa que he tenido como seminarista ha sido mi ordinación al diaconado (transitorio). La experiencia fue la culminación de siete años de oración, estudios, y trabajo; pero más que nada fue la culminación de muchas relaciones que me han ayudado durante mi camino hacia el sacerdocio. Ya que la ordenación fue hace tan solo unos cuantos días, sigo procesando lo que sucedió. Sin embargo, hay una parte del rito de la ordenación que encuentro muy emotiva y bella. Durante el rito, el arzobispo Wester puso el libro de Evangelio en mis manos y dijo “Recibe la Palabra de Cristo, de quien ahora eres mensajero. Cree las palabras que lees, enseña lo que crees y practica lo que enseñas”. 
Este momento fue una experiencia maravillosa ya que subrayó la naturaleza transformativa del Evangelio de Jesucristo. Cristo pacientemente me ha ido moldeando a lo largo de mies siete años en el seminario, y su Palabra ha sido un instrumento en esta formación. El Evangelio constantemente a sido el ejemplo de esperanza, alegría y amor los cuales me han motivado en mi tiempo en el seminario.
La experiencia ha sido muy personal ya que he tenido el gran honor de ser ordenado por el arzobispo Wester, anterior Obispo de Salt Lake City. Durante el tiempo en que fue Obispo, desarrolle   un gran respeto y admiración por él. 
Después de la desafortunadamente muerte de mi hermano menor, el arzobispo Wester hizo un tiempo en su horario para estar presente en el entierro. Sus acciones fueron un ejemplo de lo que el servicio desinteresado y de sacrificio es. Él es realmente alguien que practica lo que predica.

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