Diácono Sunday Espinoza
La Semana Nacional de Vocaciones, la cual este año se celebra del 6 al 12 de noviembre, está dedicada a la promoción de las vocaciones al sacerdocio, diaconado o vida consagrada a través de la educación y oración. Como Católicos, estamos llamados a promover e inspirar a los jóvenes a abrirse en sus respuestas conforme disciernen un llamado al servicio de la Iglesia. Nuestra participación es pivotal en ayudarlos a reconocer el llamado de nuestro Señor para que, en sus oraciones de discernimiento, se vuelvan íntimos con Él en sus vidas. Un llamado vocacional de un jóven a la vida religiosa o al sacerdocio nos involucra a todos.
“Conocer y responder un llamado vocacional se pue-de sentir como algo abrumador, especialmente cuando en el discernimiento personal nos puede ofrecer muchas opciones diferentes a futuro,” dijo el seminarista André Sicard, estudiante en el Colegio de Teología Católico y quien será ordenado al sacerdocio para la Diócesis de Salt Lake City, en el mes de junio.
“Pero yo diría que el discernimiento es realmente acerca de tomarse el tiempo para estar conscientes y para escuchar a esta voz silenciosa que le habla a nuestro corazón llamándonos ‘mi querido’. Y es entonces el tomar el siguiente paso para saltar junto con el Espíritu Santo en la aventura de la vida para así poder mas verdaderamente y, para ser totalmente quien Dios nos ha llamado a ser.”
Kenneth Rey Parsad, un seminarista en el Seminario Mount Angel, hace notar que cada persona esta llamada a una vocación. “El Señor nos ama tan íntimamente y tan infinitamente que nos llama a compartir con Su vida. Ya que el amor nunca domina, Él nos propone una vida de santidad (a través de la vida religiosa, de la vida sa-cerdotal, de la vida matrimonial, o de la vida en soltería), la cual uno puede aceptar o rechazar,” dijo Parsad. “El responder a tú llamado vocacional es una respuesta de un ‘Sí’ humilde y de agradecimiento a esa amoroso invitación a estar entretejidos con Dios en nuestras vidas. ¿No es esto lo suficientemente profundo y de una vida de un verdadero dar?
El seminarista Anthony Shumway, también en el seminario Mount Angel, concordó.
“Estamos llamados a vivir nuestra vocación en unión con Dios, ya sea en el matrimonio, la vida religiosa o de soltería,” dijo Shumway. “El responder ‘Sí’ a Dios en una vocación a la que Él nos está llamando requiere paciencia y de mucha oración. Uno no se cruza con alguien e inmediatamente lo conoce del todo; así también lo es con Dios. Oren con frecuencia, pregunten que es lo que quiere de ustedes, y entonces estén abiertos para responder el llamado a la vida a la que Él les llama. Esto les fara la más grande paz en sus vidas.”
Cuando las personas abren su corazón al amor de Dios no existen límites en lo que podamos hacer en servicio para Él y para la Iglesia. Si abrimos nuestros corazones ante la voluntad de Dios, y le pedimos al Espíritu Santo discernir la voluntad de Dios, aceptarla y vivirla, Dios trabajará en nosotros haciendo Su gran trabajo.
También es esencial durante la Semana Nacional de Vocaciones, celebrar a las muchas mujeres y hombres quienes viven vidas virtuosas y santas en sus vocaciones diarias. A lo largo de esta semana, debemos enfocarnos en las diversas vocaciones de la Iglesia. Esta semana también nos recuerda que todos estamos llamados a vivir fielmente nuestras vocaciones- bien sea al sacerdocio, a la vida religiosa, al diaconado permanente, al matrimonio o a la soltería.
La semana Nacional de Vocaciones tiene el propósito de inspirarnos para orar por quienes están discerniendo un llamado vocacional. Que nuestras oraciones abran sus corazones y mentes para decir ‘Sí’ cuando nuestro Señor nos llama. Conforme oramos por ellos y por todos quienes están comprometidos con su vocación, que nuestras oraciones también los fortalezcan y los renueven. Las vocaciones llenan nuestro servicio a Dios, a la Iglesia y a los demás en la comunidad. Que estos encuentros de trabajo vocacional inspiren para que los demás respondan sus llamados. No existe límites para el amor de Dios derramado en nosotros y para el trabajo vocacional a través del Espíritu Santo.
Si Dios ha llamado al alguien a ser sacerdote, solo hay una respuesta. Esta es ‘Sí’. Sin importar el servicio vocacional al que Dios nos llame la respuesta es ‘Sí’. Este semana renovemos nuestra oración por las vocaciones inspirados por el ejemplo del espíritu de María Madre quien se dio completamente.
El diácono Sunday Espinoza es el gerente de la Oficina de Vocaciones de la Diócesis de Salt Lake City.
Traducción: Laura Vallejo
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