Residente de Utah comparte su experiencia en Roma durante el coronavirus
Friday, Mar. 20, 2020
By Linda Petersen
Intermountain Catholic
ROMA — La plaza de San Pedro casi completamente vacía sin filas o citas para los tours de Scavi; esas vistas son las que Rachel Le Melle residente de Cottonwood Heights con 20 años de edad, prescenció en Roma no hace más de dos semanas. Aunque no se ha anunciado un cierre y confinamiento total, el coronavirus ha cerrado casi toda la ciudad.
“Las personas usaban máscaras; las restricciones de viajes cada vez eran más estrictas,” dijo Le Melle. “Uno no podía viajar al norte, que fue lo que yo decidí para poder regresar al hogar ya que quería asegurarme de poder regresar a los Estados Unidos antes de junio. No había mucha gente en las calles- y allí viven del turismo todo estaba como muerto.”
Le Melle es estudiante de la Catholic University of America en el campus de Washington, D.C.. Estaba en Italia para un semestre en el extranjero en el campus de la universidad en Roma, semestre se suponía terminaría el 15 de mayo. Le Melle dijo que decidió participar en este semestre ya que sabía que el Obispo Oscar A. Solis estaría en Roma en febrero para su visita ad limina, y un grupo de peregrinos de la diócesis también estarían allí.
Le Melle arribó a Roma el 10 de enero. El 1ero de marzo ella junto a otros 20 estudiantes americanos en el programa recibieron la notificación de las autoridades universitarias de que debido al coronavirus, necesitaban regresar a sus casas en los Estados Unidos.
“Se nos dijo cancelar los planes para las vacaciones de semana santa; yo iba a ir a Polonia. Nos dijeron cancelar todos los planes y encontrar los vuelos para regresar a casa lo más pronto posible,” dijo. “Yo me entristecí mucho ya que quería tratar de quedarme, conozco a mucha gente allí y era muy difícil solo dejarlos.”
Durante la primer semana de marzo las clases continuaron, aunque la asistencia era optativa ,los exámenes también eran optativos. Con un horario más relajado en los días antes de regresas a casa, los estudiantes americanos visitaron sitios sacros y otros sitio turísticos. Uno de los profesores de Le Melle visito el museo de Villa Borghese, el cual usualmente requiere de un registro previo y de meses de espera, así como el Scavi y varios sitios más en el mismo día, algo que normalmente resultaría imposible debido a las multitudes.
Antes de irse al aeropuerto justo un día antes de partir de Roma, Le Melle escaló la Cúpula del domo de Miguel Angel en la Basílica de San Pedro (el tiempo de espera normalmente para hacerlo es de 60 a 90 minutos). Ella y otros estudiantes estuvieron en lo que era una plaza de San Pedro casi totalmente vacía para escuchar el mensaje diario del Papa Francisco, el cual fue transmitido en grandes monitores.
“No había nadie en la plaza,” dijo. “Realmente fue triste ver todo vacío.”
A pesar de los cambios, ella o sintió ningún tipo de pánico entre los estudiantes o entre los residentes locales.
“Las noticias de los medios de los Estados Unidos definitivamente estaban más alarmantes sobre el virus de lo que nosotros estábamos en Italia antes de recibir la carta oficial,” dijo Le Melle. Los días siguientes el haber estado en Roma, el corazón del mundo Cristiano, fue un confort para ella.
“La práctica de la Eucaristía se ha realizado por cerca de 2,000 años, bajo persecución, a pesar de plagas, a pesar de todo... Uno ve la estatua de Miguel el Arcángel en frente del Castillo de San Angelo quien fue el protector durante otros tiempos de plaga,” dijo Le Melle. “Uno fue el últimos de los últimos, hablando físicamente, pero uno no está hablando de la fe, los Católicos no temen a la muerte; el haber estado en Roma te recuerda de esa perspectiva de la eternidad con la gente con la que estas y con la situación en la que estas.”
“Nunca mi vida se sintió como ‘Oh Dios ¿que está pasando?’, nunca ni una vez me desolé...fue un tiempo sombrío pero de paz.”
Su experiencia en el Vaticano le enseñó que “Roma no es sobre las cosas materiales, no es sobre las hermosas iglesias. Es acerca del hecho de que la fe ha estado y ha sido venerada y practicada por 2,000 años,” dijo Le Melle.
Ella dejó Italia antes de la implementación de las restricciones más recientes, las cuales esencialmente pusieron a Italia en un toque de queda. Las Misas públicas fueron canceladas el día después de que ella partió. Cuando el 7 de marzo llegó a los Estados Unidos en el aeropuerto John F. Kennedy Airport, le revisaron su temperatura corporal y le dieron varios cuestionarios antes de permitirle abordar un avión hacia Utah. Una vez en casa ella inmediatamente comenzó una cuarentena de 14 días recomendados por el Centro de Control de enfermedades.
Aún después de dos semanas de aislamiento, no puede regresar al campus en DC de la Catholic University of America.
Junto a muchas otras universidades nacionales, Catholic University of America ofrece sus clases en línea y el campus está cerrado hasta fines de marzo, así es que Le Melle terminará el semestre desde casa. Ella espera que el coronavirus estará lo suficientemente contenido para poder reunirse con los demás Católicos en la diócesis para, juntos, celebrar la Pascua.
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