Por Catherine Sheehan
Catholic News Service
SYDNEY — El presidente del Centro para la protección de menores de la Pontificia Universidad Gregoria-na dijo que la mayoría de las víctimas de abuso sexual por parte del clero con quienes él se ha reunido, quieren principalmente que la jerarquía los escuche y entienda lo profundo de su sufrimiento.
“Todos están de acuerdo en que el más importante elemento básico en un posible proceso de sanación es ser verdaderamente escuchado...Todos coinciden en que este es el punto de partida – dijo el padre jesuita Hans Zollner a The Catholic Weekly, el periódico de la Arquidiócesis de Sydney durante una entrevista a finales de agosto.
El sacerdote estuvo en Australia para participar en una conferencia sobre abuso sexual por parte de clérigos.
El padre Zollner, quien también es miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, también dijo que “nunca será suficiente” lo que la Iglesia Católica haga para encarar el problema del abuso sexual por parte de sacerdotes.
El padre Zollner comentó que se han hecho pocas investigaciones para saber con qué frecuencia se da el abuso sexual entre los clérigos católicos y los estudios que existen han sido realizados en unos pocos países --incluyendo Australia y los Estados Unidos.
“Se extiende más o menos uniformemente entre 3 a 5 ó 6 por ciento de los sacerdotes en un periodo específico de tiempo... entre alrededor de 1950 al 2010”, dijo.
“Sin embargo durante los pasados 10 a 20 años, dependiendo del país, los números se han reducido casi a cero”.
Explicó que las diócesis a nivel mundial que han implementado programas de métodos de seguridad, códigos de conducta y entrenamiento para despertar consciencia sobre el abuso entre empleados, voluntarios y niños, descubrieron que “sí funciona”.
Los reportes de los medios de comunicación de dicen que el abuso sexual es generalizado en la Iglesia Católica, son incorrectos, agregó el padre Zollner. Dijo que la mayoría del abuso sexual a menores, con frecuencia, ocurre dentro de las familias.
“No podemos decir que es más frecuente (entre los clérigos católicos) y la gente que lo dice no puede presentar estadísticas”, señaló. “No hay otra institución, no hay otra denominación o religión cristiana que haya sido investigada tan exhaustivamente como la Iglesia Católica”.
“Incluso entre los grupos profesionales, no hay investigación que abarque, por ejemplo, a los maestros en las escuelas públicas... psicólogos, doctores, policías, músicos o entrenadores deportivos. No tenemos una cifra certera para comparar el número de sacerdotes católicos, especialmente si hablas sobre el total de la población de una profesión en particular”.
De la manera que sea que el abuso ocurra – explicó el padre Zollner – puede ocasionar que cualquier víctima pierda la confianza en los demás y reconstruir la con-fianza es una tarea difícil de emprender para cualquiera.
“Destruye la confianza en uno mismo, en los demás y en Dios”, dijo.
“Entonces hay muchas interrogantes que surgen del trastorno psicológico, los sentimientos de culpa”, continuó. “Hay muy a menudo algunas emociones encontradas y actitudes hacia la sexualidad y la pregunta es, muy a menudo: ¿Cómo puede alguien componer la propia identidad de uno, en términos de lo que valgo y puedo atreverme en la vida, que ha sido muy herida y frecuen-temente por tal tipo de abuso en la niñez?”
El padre Zollner también abordó las preguntas que comúnmente surgen sobre la homosexualidad en el sa-cerdocio, la práctica del celibato por parte de los clérigos y el rol del clericalismo como posibles factores que contribuyen al abuso sexual del clero.
Aunque reconoce que la investigación independiente en los Estados Unidos ha demostrado que un 81 por ciento de las víctimas de abuso de sacerdotes, son adolescentes y jóvenes de sexo masculino, el padre Zollner dijo que “la homosexualidad... no lleva automáticamente a un comportamiento abusivo y eso está claro”.
“Agregaría, por mi experiencia y por lo que he leído, que no toda la gente que ha abusado, no todos los sacerdotes, los hombres que han abusado de niños varones, se definirían a sí mismos como homosexuales. Ellos lo exteriorizan sexualmente, pero también tendrían tendencias heterosexuales, o ellos no se identificarían tan clara y únicamente con orientación homosexual”, dijo.
Sobre el celibato, el padre dijo que no hay un “efecto causal” entre la práctica y el abuso sexual infantil. “La comisión real en sí misma lo ha estipulado así”, añadió.
“Puede convertirse en un factor de riesgo cuando el celibato no se vive lo suficientemente bien al pasar de los años, entonces éste puede impulsar a la gente a convertirse en abusadores del alcohol, abusadores de la pornografía en el internet, abusadores de adultos o abusadores de menores”.
El padre jesuita agregó que “el punto es que el celibato obligatorio no es un dogma y puede ser cambiado”.
Notó que 99.9 por ciento de todos los abusadores no son sacerdotes y no viven una vida en celibato.
“En segundo lugar --agregó-- el 95 por ciento de todos los sacerdotes no son abusadores, de modo que el celibato obviamente no lleva a un comportamiento abusivo como tal”. Comentó que los estudios muestran que los sacerdotes que abusan, lo hicieron por primera vez a la edad de 39 años en promedio, “la cual es mucho mayor que la edad de un entrenador, un maestro o un psicólogo cuando ellos abusan por primera vez, que suele ser a los 25 años”.
“El celibato se convierte en un problema si el mismo no se vive, no se integra en un estilo de vida saludable”, según el padre.
Reconoció que el clericalismo sigue siendo un pro-blema, no sólo entre los clérigos, sino entre los laicos también.
“Me sorprendieron e instruyeron mucho los comentarios de personas laicas con quienes me he reunido en los últimos días aquí, que me dijeron que el clerica-lismo no es solamente para el clero. Los laicos también muestran actitudes clericalistas y eso es también un problema. Cuando ellos se aferran al prestigio y miden su importancia por el número de secretarios que tienen, el tipo de auto que conducen, etc.”.
El padre Zollner también aplaudió el gran número de mujeres en roles de liderazgo dentro de la iglesia y dijo que esperaba que el papa Francisco continuara nom-brando mujeres en posiciones importantes en la Santa Sede.
Al mismo tiempo, dijo que estaba sorprendido al escuchar a una mujer decir --durante la conferencia en la que participó-- que “simplemente sustituyendo hombres con mujeres... tu resuelves el problema de los asuntos relativos al poder. Ese no es el caso”.
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