Semana Santa en la Diócesis de Salt Lake City

Friday, Apr. 06, 2018
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El Jueves Santo el Obispo Oscar A. Solis, lavó los pies de 12 feligreses, como parte de las acciones de Jesús realizó al instituir el sacerdocio. Durante su homilía, el obispo Solis recordó a la congregación que en la Última Cena, Jesus ofreció su vida pro la humanidad y le enseñó a sus discípulos una importante lección: que el amor verdadero está definido por acciones concretas. Aunque Jesús fue Dios encarnado, Él lavó los pies de Sus discípulos, realizando una tarea de un sirviente. “Sus acciones hablaron claramente de lo que el amor verdadero es – dándonos así un modelo para todos los Cristianos de cómo vivir y a quien seguir. Él nos enseñó que el más grande entre nosotros es quien sirve,” dijo el Obispo Solis. Aún sabiendo que sus discípulos lo abandonarían y negarían, Jesús “sirvió y dio su vida no solo por el bien de todos sino por su infinito amor. Es una hermosa enseñanza – que el amor Cristiano no debe de elegir, que uno debe amar y servir a todos, aun a aquellos a quienes resulta amar.”

Jesús estableció el Sacramento de la Santa Comunión “como el símbolo vivo de Su sacrificio y de su contínua presencia entre nosotros,” dijo el Obispo agregando que sin los sacerdotes no habría Eucaristía, así que pidió orar por las vocaciones. El Obispo también dijo que ha escuchado quejas de personas que no pueden entender por qué algunos sacerdotes son extranjeros, y su respuesta fue que “los sacerdotes solo hablan un lenguaje, el lenguaje del amor, el lenguaje del servicio de Dios a la Iglesia. Ellos salieron de sus hogares y de sus países para servirnos. En lugar de quejarse sobre su acento, oren por ellos, quiéranlos, apóyenlos, ya que necesitamos de la Eucaristía, y necesitamos de los sacerdotes.”

El Viernes Santo dirigiéndose a la congregación el Obispo Solis dijo “el Hijo de Dios, Jesucristo, se humilló, sufrió una terrible agonía en la Cruz, y dio su vida para salvarnos y redimirnos. La historia no suena tan bien, y es espantosa, pero aun así este Viernes es llamado ‘Santo’ porque la misión de Cristo como el salvador del mundo se ha logrado; nuestra redención ganó. Cristo… sacrificó su vida por nuestros pecados para que podamos llegar a la Vida Eterna. Él llevo el gran peso de la Cruz y murió por nosotros, murió por una sola razón- por su puro, incondicional y generoso amor, y por esto, el Señor nos ha salvado a ti y a mí. El Cielo está abierto aun para los pecadores.”

El Obispo dijo que ante los ojos el mundo la Cruz de Jesús es un símbolo de escándalo, un instrumento de muerte y sufrimiento, pero para los creyentes Cristianos, es un símbolo de la Gloria de Dios, una manifestación de un sacrificio generoso y heroico, un instrumento de perdón y redención. Jesús dijo “si alguien quiere seguirme, debe tomar Su Cruz y caminar conmigo. “así es que debemos de aprender a amar a Cristo, a acoger Su Cruz, y a aprender a amar a todos tal y como Él nos ama, aun cuando duela.”

Durante su homilía en la Vigilia Pascual, el Obispo Solis dijo que el ambiente era de alegría y celebración “ya que Cristo, Nuestro Señor ha resucitado de entre los muertos. Ha resucitado para dispersar la obscuridad y el pecado y para darnos una vida nueva.” El cirio Pascual el cual se enciende justo antes de la Liturgia de la Eucaristía es un símbolo del resplandor de Cristo resucitado y de la luz que Jesús nos da, dispersando la obscuridad del pecado. El mensaje de la Pascua es que “Cristo no está muerto. Ha resucitado, para darnos una vida nueva. Este es un momento de alegría para el mundo que recibe la luz de Cristo y el regalo de la vida nueva. Asia s que debemos regocijarnos con los poderes celestiales y juntos regocijarnos por Él…Esta noche, oramos porque la Gracia de Dios nos dé el entendimiento de Su amor y del don maravilloso de esta vida nueva que nos ha dado. Agradezcamos a Dios por esta bendición divina, que lleva esperanza y alegría al mundo. Pongamos una vez más a Cristo en nuestras celebraciones y en nuestras vidas. Seamos gente de Pascua y testigos de Cristo en nuestras vidas – El está vivo. Gente de Pascua, creyentes en Jesús, gente de alegría y esperanza. Ellos saben cómo celebrar. Y mis queridos amigos, alegrémonos juntos y celebremos con Cristo, sabiendo que Él está vivo. ¡¡¡Aleluya Aleluya!!!

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