Vaticano pide que conductores practiquen la virtud en las carreteras

Friday, Oct. 03, 2008

SALT LAKE CITY — La Iglesia se preocupa por cómo conduces tu vida… y tu automóvil también. El Consejo Pontificio para la Pastoral de Emigrantes e Itinerantes ha creado un nuevo decálogo para los conductores pues "manejar un vehículo es básicamente una manera de relacionarnos y acercarnos con otros, y de integrarnos en una comunidad de personas"; pero igualmente puede ser una "ocasión de pecado".

De acuerdo con el documento que el Vaticano expidió llamado Pautas para el cuidado pastoral de la carretera, la virtud de la templanza nos ordena que evitemos cualquier tipo de exceso: el abuso de comida, alcohol, tabaco, o medicina. Además "incurre en grave culpabilidad a todo aquel que por embriaguez o por el amor a la velocidad, pone en peligro su seguridad y la de otros en la carretera, el mar o el aire".

El primer mandamiento es "No matarás". Y es que la meta principal del nuevo decálogo es disminuir el número de muertes en las carreteras. Según el documento de la Santa Cede, hubieron más de 1,000,000 de muertes ocasionadas por accidentes automovilísticos en el año 2000, y alrededor del 90% de ellos fueron causados por errores humanos.

En 2007, hubieron 299 muertes en las carreteras de Utah. Casi el 25% de ellas fue debido a personas manejando bajo la influencia de drogas o del alcohol o a personas manejando cansadas. De acuerdo con estas estadísticas, es igual de peligroso manejar fatigado que manejar embriagado, dijo Adán Carrillo, Oficial de información pública del Departamento de Transportes de Utah.

Sin embargo, la causa principal de muertes en las carreteras es la falta de uso del cinturón de seguridad o su uso inapropiado. La segunda causa es manejar en exceso de velocidad.

Estas causas son eludibles; por lo tanto, el estado se ha puesto como meta el tener cero muertes en las carreteras. "Algunas personas dicen que esta meta es imposible y a esas personas les preguntamos, ‘¿Cuántas muertes permitirías en tu familia?’ La respuesta es ‘ninguna’, por eso cero es nuestra meta", dijo Carrillo.

"Si fuéramos conscientes que corremos peligro y si pensáramos en los demás con actitud de prudencia, evitaríamos muchos accidentes", dijo el padre Javier Virgen, Vicario Episcopal Diocesano para los Asuntos Hispanos. "Esto incluye revisar el carro y asegurarnos que esté en buenas condiciones".

El padre Virgen dijo que los 10 mandamientos para el conductor son una manera práctica de crear conciencia en el chofer y que son un reflejo de la preocupación de la Iglesia por que se respete la vida del ser humano.

Añadió que el automóvil no solo puede atentar contra la vida humana, sino también contra su alma. "A algunos les afecta la moral y la espiritualidad pues se llenan de vanidad y soberbia…llegando al borde de utilizar(lo) como un medio para humillar a los demás", dijo.

"Cada quien es libre de tener lo que quiera…pero, ¿por qué gastar el dinero superficialmente en cosas vanas, no prácticas y sin sentido, si se podría utilizar en cosas a beneficio de los demás?", añadió.

Otro de los mandamientos para el conductor es "Reúne en el momento oportuno al conductor culpable con su víctima, para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón". Según el padre Virgen, este es un mandamiento muy importante para poder "experimentar la liberación de sentimientos –muy humanos- como el rencor, el odio, y así poder remplazarlos con paz y amor".

El diácono Ricardo Arias coincide con el Padre. "La reacción natural es empezar a echar culpas y enojarse…pero ha de ser muy hermoso poder decir ‘Perdona. Me equivoqué. Cometí una imprudencia’".

La Iglesia también se dirigió al constante problema del enojo excesivo de algunas personas en las carreteras pues puede tener graves consecuencias en el bienestar de los conductores, en algunas ocasiones causando hasta la muerte como en el caso de Michael Rakes en la ciudad de Centerville.

Rakes se enfureció porque la mujer que manejaba el carro frente a él lanzó un cigarrillo por la ventana. Él aceleró, y para gritarle, se acercó a ella por el carril para dar vuelta a la izquierda. Desafortunadamente, Rakes perdió el control de su motocicleta y no llevaba un casco puesto. Sufrió graves heridas en la cabeza mientras su hijo de 10 años que lo acompañaba solo sufrió heridas leves, pues él si llevaba un casco puesto. Rakes murió una semana después.

"Necesitamos…(atraer) las tendencias nobles del espíritu humano, a un sentido de responsabilidad y autocontrol para prevenir manifestaciones de un retroceso psicológico que está frecuentemente conectado con manejar un medio de transporte", dijo el Vaticano en el documento.

Para lograr que el automóvil sea un instrumento de ayuda y no de destrucción, el padre Virgen recomienda santiguarse antes de emprender un viaje.

"Nos santiguamos para invocar la presencia, auxilio y protección de la Santísima Trinidad. Esto muestra que tenemos la confianza puesta en Dios, que estamos concientes que vamos a manejar bien y que contamos con la protección de Dios", dijo.

En el documento, el Vaticano también recomienda rezar en voz alta, y si hay pasajeros, alternar oraciones con ellos como se haría cuando se reza el Rosario, el cual por su ritmo y repetición no distrae al conductor. "Es placentero para mí rezarlo, especialmente cuando hay mucho tráfico", dijo el diácono Arias.

El Vaticano espera que los Diez mandamientos para el buen conductor sean una guía para practicar la caridad y las virtudes de prudencia, justicia y esperanza en las carreteras.

El diácono Arias dijo que el decálogo para el conductor es muy útil, pero que el memorizarlo no es de gran preocupación ya que al igual que el decálogo original, se puede resumir en dos mandamientos sencillos: "Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". "Estos van orientados a mirar a la otra persona como imagen de Dios. Si la amamos y nos preocupamos por ella, no necesitamos guías", dijo.

 

Los Diez Mandamientos para el buen conductor

1. No matarás.

2. La carretera sea para ti un instrumento de comunión entre las personas y no de daño moral.

3. La cortesía, la honradez y la prudencia te ayudarán a abordar los acontecimientos imprevistos.

4. Se caritativo y ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente.

5. Los autos no serán para ti una expresión de poder y dominación, y ni una ocasión de pecado.

6. Convence con caridad a los jóvenes y a los que ya no lo son a que no se pongan al volante cuando no están en condiciones de hacerlo.

7. Ayuda a las familias de víctimas de accidentes.

8. Reúne a la víctima con el automovilista agresor en el momento oportuno, para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón.

9. En la carretera, ampara al más débil.

10. Siéntete tú mismo responsable de los demás.

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2024 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.