Cardenal: ¿Puede la iglesia dar un paso adelante para proteger a menores?

Friday, Mar. 01, 2019
By Catholic News Service

Por Carol Glatz

Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO — Solo unidos, compartiendo humildemente sus experiencias, alentándose y con asesoramiento correctivo, pueden los obispos y líderes de la Iglesia Católica trabajar para prevenir el abuso a menores y ayudar con la sanación a las víctimas, dijo un cardenal de la Conferencia de Obispos Católicos de la India.

Los líderes de la iglesia también deben cooperar plenamente con las autoridades locales porque el abuso sexual de menores es también “un comportamiento criminal”, no solo una violación de la ley divina y de la iglesia – dijo el cardenal Oswald Gracias de Bombay, India.

El cardenal, quien también sirve como asesor papal en el Concilio de Cardenales, habló ante el Papa Francisco y casi 190 representantes de las conferencias episcopales del mundo y las órdenes religiosas – el 22 de febrero – ahondando en la obligación de rendir cuentas en una iglesia colegial y sinodal.

Su discurso de 30 minutos fue matizado con frases expresadas por las víctimas con las que se reunió y las perspectivas y repercusiones resultantes de esos encuentros.

Dijo que estaba impresionado y sin habla después de reunirse con 12 víctimas hace pocos días. Contó que pudo sentir su “enojo y resentimiento, frustración, sufrimiento y desesperanza”. “Aunque nos reunimos sólo con 12 – dijo – habría decenas de miles más que no conocemos. ¿Cómo les respondemos a ellos? ¿Cómo los ayudamos? Este es nuestro reto”.  

El cardenal Gracias considera que invitando a los presidentes de las conferencias nacionales de obispos y representantes de órdenes religiosas a la cumbre, el Papa ha mostrado la manera en que “la iglesia debe enfrentar esta crisis” – con un espíritu y proceso sinodal y de compañerismo.

Nunca un obispo debe creer que está encarando solo el problema del abuso y nunca un obispo debe decir que el problema del abuso en la iglesia “no me preocupa porque las cosas son distintas por mi lado del mundo”.

Haciéndolo, se olvida que la misión de los obispos otorgada por Cristo es de “preocuparse por el mundo entero” y reconocer que ellos son “conjuntamente responsables de enfrentar el problema del abuso sexual a menores por clérigos en todo el mundo”.

Los obispos deben examinar sus acciones, encarar los hechos, reconocer las deficiencias, pedir perdón y comprometerse a tomar los pasos necesarios para prevenir futuros abusos, entretanto se expande la preocupación más allá de la diócesis local de uno a “todas las iglesias con las cuales estamos en comunión”.

El cardenal Gracias dijo que los obispos deben reconocer de qué modo han sido responsables por la crisis preguntándose: “¿Promovemos realmente una conversación abierta y señalamos honestamente a nuestros hermanos obispos o sacerdotes cuando notamos un comportamiento problemático en ellos?”.

 “Debemos cultivar una cultura (de corrección fraternal), la cual facilita esto sin ofenderse entre sí y al mismo tiempo reconocer la crítica de un hermano como una oportunidad para cumplir mejor nuestras funciones”, dijo.

Algunas veces esta necesidad de compañerismo y de escuchar a los hermanos obispos, ha sido ignorada por aquellos que creen que “sólo el Papa puede darnos órdenes”, agregó.

En vez de un enfoque centrado en Roma, dijo el cardenal, debería haber más diálogo entre las conferencias episcopales y la Curia Romana para tomar en cuenta y aprovechar las diversas habilidades y experiencias de “pastores responsables” de las iglesias locales.

Igualmente preguntó si más descentralización para afrontar el abuso “aseguraría una justicia más rápida”.

El cardenal Gracias subrayó la importancia de restablecer la justicia civil cuando alguien ha sido víctima de violación. Después de todo – dijo – “aquellos a los que se les atribuye culpa por un comportamiento criminal, son debidamente responsables ante la autoridad civil por ese comportamiento”.

“Aunque la iglesia no es un agente del estado, la misma reconoce la legítima autoridad de la ley civil y del estado. Por lo tanto, la iglesia coopera plenamente con las autoridades civiles en estos asuntos para que se haga justicia a las víctimas y al orden jurídico”, dijo.

A lo largo de la historia – dijo – la iglesia frecuentemente sirve de ejemplo en la defensa de los valores, derechos humanos, inmigrantes, mujeres, la familia y los pobres.

“¿Se convertirá la iglesia en un modelo y llevará la delantera en cuanto a la protección de los derechos del niño?”, preguntó.

“Ninguna solución fácil o rápida” va a acabar con la crisis de abusos a menores – dijo –, pero “somos una iglesia peregrina aprendiendo de nuestros errores, constantemente tratando de mejorar, para ser fieles al Evangelio. Todos cometemos errores y necesitamos aprender de ellos”.

“Debemos arrepentirnos – y hacerlo juntos, concertadamente – porque a lo largo del trayecto, hemos fallado. Necesitamos buscar el perdón” y discernir los próximos pasos – dijo el cardenal.

“El camino a seguir no está trazado con gran detalle y muy clara precisión – dijo – y debemos estar dispuestos a pagar el precio de seguir la voluntad de Dios en circunstancias dolorosas e inciertas”.

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