Con gratitud a Dios

Intermountain Catholic

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Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City

Mientras nuestra nación realiza una pausa para dar Gracias, mi voz se une a la de ustedes dirigiendo esa gratitud hacia el dador de todos nuestros Buenos regalos, Nuestro Señor Jesús Cristo, Rey del universo.

Es providencial que la celebración en nuestro país del Día de Acción de Gracias sea tan solo a unos días del útimo domingo del Año Litúrgico, el Domingo de Cristo Rey. El Papa Pio XI estableció esta solemnidad en 1925 como una manera de recordarle al mundo que cada vez más y más se ve atrapado en la dictadura y sistemas de gobierno que niegan la existencia de Dios, que sólo existe un solo Dios, un solo Rey, quien merece nuestra completa y total lealtad: el mismo Jesucristo, por quien y a través de quien todo existe y sigue existiendo.

Tristemente, en nuestro mundo muchos siguen poniendo a Dios de lado. Este año, mientras ustedes y yo nos reunimos con nuestras familias y amigos, oro para que pasemos un tiempo regresando a dar las gracias a Cristo, tal como lo hizo el leproso limpiando sus heridas, expresando nuestra gratitud a quien nos dio la vida y todas las bendiciones que esta tiene.

Que nuestro Día de Acción de Gracias sea un símbolo de nuestra voluntad para quitarnos rencores, buscar el perdón por la ofensas, absolver a quienes nos han lastimado e interiorizar en el amor que nos hace hermanos y hermanas en Cristo. Este día de celebración nacional es un eco de la Misa: Cada vez que nos reunimos en la mesa Eucarística, estamos unidos en un coro que da gracias a Jesucristo cuya muerte y resurrección abrieron las puertas del cielo a la humanidad. Es en este espíritu que nuestra Iglesia local de la Diócesis de Salt Lake City entra en estos días de Acción de Gracias y al final de los días del Año Litúrgico.

Suyo en Cristo,

+ Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City