Dedican un nuevo centro educativo religioso en la Iglesia Católica de St. Joseph en Ogden

Friday, Oct. 09, 2015
Dedican un nuevo centro educativo religioso en la Iglesia Católica de St. Joseph en Ogden + Enlarge
El Administrador Diocesano Monseņor Colin F. Bircumshaw, y el Padre Kenneth Vialpando, párroco de St. Joseph, cortan el listón durante la celebracion de la dedicacion del Nuevo centro de educacion religiosa de la parroquia. El Padre Raúl Cervantes (a la derecha) es el vicario parroquial. IC Foto/Marie Mischel
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Trauccion: Laura Vallejo
OGDEN — Orando y dando las gracias la comunidad de la parroquia de St. Joseph en Ogden se reunieron el 3 de octubre para la dedicación de su nuevo centro educativo, el cual fue bendecido por el Administrador Diocesano, Colin F. Bircumshaw,  quien cuando fue párroco de esa iglesia se encargó de la compra del edificio que previamente estaba en el sitio.
“Me hubiera gustado tener esto cuando fui párroco”, dijo Monseñor Bircumshaw a los presentes.
Entre los dignatarios que estuvieron presentes en la festividad estuvieron  Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito; el Padre Trapista Brendan Freeman del convento  Our Lady of the Holy Trinity en Huntsville, y los padres  Raúl Cervantes y  David Trujillo, vicarios parroquiales.
Los monjes Trapistas del monasterio de Huntsville donaron $500 mil dólares para el proyecto los cuales “nos permitieron no solo un piso, sino dos; no solo un salón de clases, sino 16”, dijo el Padre Kenneth Vialpando, párroco de St. Joseph, quien fungió como maestro de ceremonias durante el evento.
Como reconocimiento del regalo, la parroquia dedico el salón social principal del centro a los monjes.
El Padre Vialpando dijo que en promedio St. Joseph cada año cuenta con entre 500 y 600 niños y adultos en las clases de educación religiosa  y “ese fue un punto importante con los monjes trapistas. Cuando supieron que teníamos cerca de 500 niños sentados como sardinas en el pequeño centro educativo, pensaron ‘Wow, debemos hacer algo’”.
Todos en la parroquia podrán usa el nuevo centro “de alguna o de otra manera, desde educación religiosa para nuestros niños en primaria, secundaria y preparatoria, hasta los adultos en RICA- y cada grupo o comité estar aquí por lo menos una vez o varias durante la semana, durante los meses y durante el año”, dijo el Padre Vialpando.
Además del área de recepción y de los salones de clases, el nuevo centro alberga las oficinas principales de la parroquia, las cuales fueron mudadas de la rectoría.
La campaña para el edificio comenzó hace más de 8 años. Durante el corte del listón el Padre Vialpando reconoció “no sólo a los grandes donadores, sino a todos los que contribuyeron con uno, diez, veinticinco o más centavos. Es así que estamos pagándolo”.
Durante la ceremonia el Padre Vialpando agradeció a los feligreses diciéndoles “ustedes son quienes hacen que este lugar sea lo que es. Estamos aquí para celebrarlos a ustedes”.
Durante sus comentarios el Padre Vialpando recordó a aquellos quienes fueron asesinados el 1ero. de octubre en la matanza en la universidad comunitaria de Oregón, “como una forma de pedirles que oren por todos nosotros conforme nosotros también oramos por ellos, para que este iglesia y este centro educativo se llene con la semilla de la vida- con la sangre de Cristo- para que al ser llamados para profesar nuestra fe, nosotros como aquellos mártires, podamos anunciar ‘Soy Cristiano’”.
El Padre agrego que “ustedes y yo estamos aquí para pedirle a Dios que bendiga este edificio para que sea un seminario, una semilla de fe para que  ayude a nuestros estudiantes- niños , adolescentes y adultos – sepan quienes son en Cristo… Oremos pata que nuestro seminario, nuestra semilla de fe aquí en el centro educativo de  St. Joseph sea un lugar sacro en donde todos los estudiantes, junto con ustedes y conmigo, seamos capaces de aprender a practicar las virtudes del perdón, de la misericordia, de la compasión y del amor, no solo durante este Año de la Misericordia sino a lo largo de nuestras vidas. Si el centro educativo de St. Joseph será esa semilla de fe, nosotros como párrocos, padres de familia y maestros debemos impregnar en todos nuestros estudiantes que para que podamos detener la violencia que nos asesina a todos, ustedes y yo debemos ser el corazón y las manos de Cristo. Debemos de ser esa esperanza en la sombra de la desesperanza. Debemos de ser la sal de la tierra y la luz del mundo…”
Hablando en español el Padre Cervantes agradeció a Dios por el regalo del centro. 
Y dijo a todos los presentes que “ese era el resultado de todos sus esfuerzos, de todo  su arduo trabajo”,pidiendo la bendición de  Dios para todos.

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