El 25 de mayo el Padre Eleazar Silva y yo viajamos a St. George para celebrar el funeral del Diacono Jack O’Brien. El Diacono Jack sufrió de la enfermedad d Parkinson durante varios años y aun así cargo su cruz con gran coraje, paciencia y heroísmo. Su maravillosa esposa, Rita así como sus familiares y amigos fueron un gran apoyo para él, en especial en sus últimos días. El Diacono Jack trabajo sin parar en el sur de Utah en la construcción de la fe católica y sirviendo a las misiones de esa área, así como su legendario servicio en la parroquia de St. George. El diacono Jack fue un verdadero símbolo de la fidelidad a Dios y su ministerio representó la fidelidad de Dios al prestar sus servicios por más de 30 años. Todos extrañaremos al diacono Jack y oramos por él y por su maravillosa familia, especialmente por Rita.
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