Diócesis se reúne para dar gracias por la Beatificación de Monseņor Romero

Friday, Jun. 05, 2015
Diócesis se reúne para dar gracias por la Beatificación de Monseņor Romero + Enlarge
El Diácono Armando Solórzano fue el encargado de presentar la homilía durante la Misa de Acción de Gracias en honor a la Beatificación del Arzobispo Romero. IC Foto/ Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — El Arzobispo Oscar Romero se encontraba celebrando Misa un 24 de marzo del 1980 en San Salvador, cuando se escucharon varios disparos con los que fue asesinado.
El 23 de mayo del 2015 en San Salvador, El Salvador, un día antes de Pentecostés, fue oficialmente beatificado, llevándolo así a estar más cercano a ser nombrado como uno de los Santos de la Iglesia Católica Romana.
Como parte de las celebraciones, la Diócesis Católica de Salt Lake City ofreció una Misa de Acción de Gracias el 26 de mayo en la Catedral de la Magdalena.
El Reverendísimo John C. Wester, Arzobispo de Santa Fe ofició la Misa concelebrada por los sacerdotes salvadoreños de la diócesis así como otros sacerdotes y diáconos de la diócesis.
La Catedral de la Magdalena estaba desbordante de fieles Católicos de las diversas parroquias de la diócesis, algunos de ellos salvadoreños. De acuerdo con el censo 2010 el estado de Utah es el hogar de casi 8,000 salvadoreños.
Con un retrato de la imagen del Arzobispo Romero al frente del altar, la celebración estuvo llena de historia, emociones y alegrías.
El Diácono Armando Solórzano, fue el encargado de la homilía; al comienzo de la misma el diácono Solórzano expreso su sincero y humilde agradecimiento al Arzobispo Wester por la oportunidad de evangelizar en ese día.
“Esto es un gran honor para mí”, dijo el diácono Solórzano al Arzobispo Wester, para continuar así con una descripción de los eventos que sucedieron en 1980 en San Salvador, El Salvador.
El Arzobispo Romero “fue asesinado en el altar”, dijo el diácono Solórzano. “Cayó al suelo y su sangre se esparció junto al vino del cáliz…su sangre se mezcló con la sangre de Jesús…ese día se volvieron uno mismo”.
El Arzobispo Oscar Arnulfo Romero fue el arzobispo de San Salvador durante la guerra civil del país (1979-1992); en esta muchos civiles, sacerdotes y religiosas fueron asesinados por la milicia. Romero había condenado la represión por el ejército salvadoreño al comienzo de la guerra civil de entre el gobierno derechista y rebeldes de izquierda. 
“Fue él, en esa época de división y pesadumbre en su tierra [El Salvador], un líder espiritual, un valiente defensor de los derechos humanos, un protector de los vulnerables y un campeón valiente de la justicia social”, dijo el diácono Solórzano.
“Debido a que no se quedó callado ante la represión y la violencia que se suscitaba en ese entonces, el Arzobispo Romero dijo ‘Si me matan, me volveré a levantar de nuevo en la gente del Salvador’”.
“Al final las balas lo asesinaron ese 24 de marzo de 1980, pero esto no disminuyó el ejemplo de su vida, su elocuencia innata, su amor por sus semejantes, o su lealtad para todos”.
El Diácono Solórzano dijo que aunque para ser Santificado se requiere que se compruebe un milagro realizado por el ahora beato, para él el milagro ya había sucedido.
“El día de su beatificación en El Salvador, muchos de quienes se presume tomaron parte en su asesinato, estaban en la Iglesia; gobierno, milicia y pueblo juntos en el mismo lugar celebrando y honrando la vida de Romero… que maravilloso testimonio de un milagro”, dijo el diácono Solórzano.
“Muchos de ustedes, los salvadoreños ya se refieren a él como: San Romero de las Américas”.
Monseñor Romero luchó a favor de los derechos humanos y de los derechos de los más pobres, en sus homilías denunciaba los atropellos contra los derechos de los campesinos,  los obreros, y de los sacerdotes.Murió a manos de un francotirador que formaba parte de los escuadrones de la muerte de ultraderecha.

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