El Padre Eugenio Yarce celebra 20 años de servicio sacerdotal en Utah

Intermountain Catholic

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El Padre Eugenio Yarce, Pastor de la Iglesia del Sagrado Corazón en Salt Lake City

SALT LAKE CITY- Ordenado el 22 de febrero de 1992 en la Iglesia de San José en Ogden por el Reverendísimo R. William K. Weigand, entonces Obispo de Salt Lake City, el reverendo Eugenio Yarce ha estado desde ese entonces sir- viendo en Utah.

Esos 20 años han estado "llenos de experiencias las cuales me han ofrecido una cadena de amistad sólida con la comunidad", dijo el Padre Yarce.

Originario de Santa Rosa en Colombia, el Padre Yarce ya no se siente extranjero en Utah, sino que se siente como en su hogar. Sus estudios seminaristas los realizó tanto en su natal Colombia como en Mount Ángel en Oregón, para después ser ordenado sacerdote y desde entonces servir en diferentes parroquias en el estado de Utah. "No me siento como extranjero, me siento como en casa", dijo el Padre Yarce.

Su primer asignación fue como Vicario Parroquial en la Iglesia de San José en Ogden, posición que también sostuvo en la parroquia del Sagrado Corazón en Salt Lake City, en la parroquia de Santa Margarita en Toole, en la entonces misión de San Felipe en Wendover y en la parroquia de Notre Dame en Price. Como pastor ha servido durante seis años en las misiones de Saint Bridget en Milford y San Juan Bosco en Delta para después regresar a la Misión de San Felipe. En el 2009 comenzó su Segundo periodo como Pastor de la Iglesia del Sagrado Corazón en Salt Lake City. "Trato de estar disponible para la comunidad siempre", dijo el Padre Yarce quien siempre esta ahí cuando lo necesitan. "La mayor riqueza que Dios me ha dado es el sacerdocio. Me gusta mucho lo que hago".

Cuando los feligreses lo cuestionan acerca de qué es lo que lo mantiene y cómo es que sigue adelante el simplemente responde "porque me gusta lo que hago. Inclusive el día de hoy tengo la misma alegría y entusiasmo que cuando comenzó mi vida como sacerdote".

El Padre Yarce llegó a Utah a través de una invitación realizada por el Padre Francisco Gómez cuando todavía estaba en el seminario de Santa Rosa en Colombia. A pesar de que el Padre Yarce tenía otros planes pero a base de perseverancia y esfuerzo llegó a Utah.

Después de la invita-ción del Padre Gómez, el Padre Yarce junto a otros 6 seminaristas solicitaron la visa, pero al ser esta negada no se dieron por vencidos hasta conseguirla.

"En ese entonces yo dirigía el grupo vocacional", dijo el padre Yarce "y después de mucho papeleo, llegamos a Miami y después a Utah".

Su travesía en este estado ha incluido a mucha gente , muchos lugares, muchas experiencias y muchas alegrías. Recuerda particularmente el tiempo que paso en las misiones de Utah en donde celebraba la Misa en los campos y llevaba la Biblia a los hogares de las personas para proclamar la Palabra.

"Celebrábamos misa al aire libre, y poco a poco cuando la comunidad creció íbamos a las casas y oficiábamos misas en estas", dijo el Padre Yarce.

Wendover también le trae muchos recuerdos.

"Las molduras de la parroquia están pintadas por los niños de la comunidad", dijo el Padre Yarce. "Un día les puse unos frasquitos con pintura roja y otro con pintura dorada les di unos pinceles y se pusieron a pintar en el piso".

El Padre Yarce está muy agradecido con la comunidad y con muchos de los sacerdotes por su apoyo y amistad pero principalmente agradece a Monseñor Terrence J. Fitzgerald por su guía.

"He aprendido mucho de la comunidad, de mis compañeros sacerdotes", dijo el Padre Yarce.

"Es simplemente maravilloso", dijo María Santillán, feligrés y secretaria de la Iglesia del Sagrado Corazón. "Es muy bonito tener a alguien que te escucha que tiene esa sensibilidad y el Padre Yarce da eso. Personas de Wendover, Heber, de diferentes partes vienen aquí para ver al Padre Yarce".

"Mi ministerio es maravilloso, el ser sacerdote es un tesoro muy especial", dijo el Padre Yarce. "Yo creo que cuando uno hace lo que le gusta, uno siempre está contento y puede proyectar eso".