El Papa dice que el enfoque sobre moralidad puede obscurecer el mensaje del Evangelio

Friday, Sep. 27, 2013
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El Papa Francisco accedió a una larga entrevista con el Padre jesuita Antonio Spadaro, editor ode la revista La Civilta Cattolica.

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El Papa Francisco concedió una entrevista, con su característica franqueza, y habló acerca de los riesgos de enfatizar en exceso las enseñanzas católicas sobre ética sexual y médica; y habló también de las razones de su estilo de dirigir por medio de deliberaciones y consulta y su más alta prioridad para la iglesia de hoy. Fue una entrevista larga y amplia de temas sostenida con un miembro de la misma orden de jesuitas a la que ha pertenecido.

Los comentarios del Papa aparecieron en una entrevista con el padre jesuita Antonio Spadaro, editor de la revista ita-liana La Civilta Cattolica. La entrevista, hecha en agosto pasado, fue la base de un artículo de unas 12,000 palabras, publicado el 19 de septiembre en la revista America, de los EE.UU., y simultáneamente en otras publicaciones jesuitas en otras varias lenguas.

De acuerdo con el editor de América, el padre jesuita Matt Malone, el Papa Francisco habría revisado personalmente el artículo y aprobado su publicación.

"No podemos insistir solamente en asuntos relacionados con el aborto, la unión de parejas del mismo sexo y el uso de métodos anticonceptivos", dijo el Papa en la entrevista, haciendo notar que "había sido reprendido" por no hablar con frecuencia sobre esos tópicos. "No es necesario hablar sobre estos asuntos todo el tiempo".

"Las enseñanzas dogmáticas y morales de la iglesia no son todas equivalentes", añadió el Papa. "El ministerio pastoral de la iglesia no puede estar obsesionado con la transmisión de una multitud de doctrinas desarticuladas para ser impuestas insistentemente.

"La proclamación al estilo misionero se enfoca en lo esencial, en las cosas ne-cesarias", dijo. "Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio pues de otra manera hasta el edificio moral de la iglesia corre el riesgo de caer como una baraja, perdiendo la frescura y fragancia del Evangelio.

El Papa reafirmó uno de sus más importantes temas: la necesidad de misericordia en lugar de enjuiciamiento cuando se señale el pecado.

"La cosa que más necesita la iglesia de hoy es la habilidad de sanar heridas y de encender el corazón de los fieles. Se necesita cercanía, proximidad", dijo.

"La iglesia se ha encerrado en sí misma en pequeñas cosas, en reglamentaciones de mente estrecha. La cosa más importante es la primera proclamación: Jesucristo lo ha salvado a uno", dijo el Papa.

"El confesionario no es una cámara de tortura", dijo; "sino el lugar en donde la misericordia del Señor nos motiva a obrar mejor.

"Los que hoy en día siempre buscan soluciones disciplinarias, los que anhe-lan una ‘seguridad’ doctrinal exagerada, los que tercamente tratan de recobrar un pasado que ya no existe, tienen un punto de vista de las cosas estático e invertido", dijo el Papa Francisco. "De ese modo, la fe se convierte en una ideología entre otras ideologías".

El Papa Francisco también habló extensamente sobre su forma de dirigir la iglesia.

"Muchos creen que los cambios y reformas pueden llevarse a cabo en corto tiempo", dijo el Papa. "Creo que siempre necesitamos tiempo para colocar los cimientos de un cambio verdadero y efectivo. Y este es el momento de discernir.

"A veces el discernimiento nos impulsa a hacer precisamente lo que uno al principio pensó hacer después. Y esto es lo que me ha pasado a mí en meses recientes", añadió; a pesar de que no especificó la acción a la que se podría referir.

El Papa describió la evolución de su estilo de dirigir, empezando con su nombramiento como superior de la provincia de Argentina de los jesuitas cuando tenía 36 años.

"Mi manera autoritaria y rápida de tomar decisiones me llevó a tener serios problemas y de haber sido acusado de ser ultraconservador", dijo el Papa Francisco, añadiendo: "Nunca he sido del ala derecha. Fue mi manera autoritaria de tomar decisiones lo que creó problemas".

Más tarde, como arzobispo de Buenos Aires, adoptó un nuevo acercamiento, con reuniones frecuentes con sus obispos auxiliares.

"Creo que hacer consultas es muy importante", dijo el Papa, haciendo referencia al establecimiento del llamado Grupo de los Ocho, cuerpo de consulta formado por cardenales. "Quiero ver que sea una consulta real y no meramente ceremonial".

Con respecto a la burocracia del Vaticano, cuya reforma ha tenido en lugar prioritario en sus seis meses de pontificado, el Papa Francisco señaló la necesidad de devolver mayor autoridad a las iglesias locales.

Algunas dependencias del Vaticano "corren el riesgo de convertirse en instituciones de censura", dijo. "Es de admirar el número de denuncias que llegan al Vaticano por falta de ortodoxia. Creo que las Conferencias Episcopales de cada localidad deben estar a cargo de investigar los casos, que, por lo demás, pueden recibir valiosa asistencia de Roma. De hecho, se puede hacer frente a esos casos mucho mejor de una manera local. Las congregaciones romanas son mediadoras; pero no intermediarias ni directrices".

En materias de creencia y no tanto de dirigencia, el Papa Francisco dijo que el papa y los obispos comparten la autoridad con los laicos.

"La iglesia es el pueblo de Dios en su peregrinación a través de la historia", dijo. "Pensando con la iglesia, por lo tanto, es mi manera de ser parte de estos pueblos. Y todos los fieles, considerados en su conjunto, son infalibles en materia de creencia".

Y el Papa añadió prontamente que "debemos tener cuidado de no pensar que esta ‘infalibilidad’ de todos los fieles, de la que hablo a la luz del Vaticano II, sea una forma de populismo. No; es la experiencia de ‘la santa iglesia, la iglesia jerárquica’, como San Ignacio la llamó, la iglesia del pueblo de Dios, pastores y pueblo juntos".

Entre otros temas que el papa abordó en la entrevista fue el de encontrar un papel más visible para las mujeres con un sacerdocio compuesto por puros hombres.

"Me siento cauteloso ante una solución que pudiera reducirse a una especie de ‘machismo femenino’ pues la mujer está hecha diferente al hombre", dijo. "La iglesia no puede ser ella misma sin las mujeres y el papel que representen. Las mujeres son esenciales para la iglesia. María, mujer, es más importante que los obispos. Y digo esto pues no debemos confundir la función con la dignidad".

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