El tiempo es el primer pilar de la Corresponsabilidad o Stewardship

Intermountain Catholic

+ Enlarge

El Reverendisimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City

El artículo de hoy de la corresponsabilidad enmarca el tercero de una serie de reflexiones acerca de la Corresponsabilidad: Una forma de Vida. En la primer reflexión hable del hecho de que la corresponsabilidad no es solo un programa es una espiritualidad, una forma de relacionarnos con Dios y con el mundo. En la segunda reflexión me concentre en la gratitud la cual es un tema sobresaliente de esta forma particular de vida. En esta ocasión, deseo hablar acerca del tiempo, uno de los tres pilares de la co-rresponsabilidad. Los otros dos pilares son el talento y los tesoros, pero de estos hablaré en las siguientes reflexiones.

Sin lugar a dudas, el tiempo es uno de los regalos más preciados que Dios nos ha dado. Constantemente hablamos del tiempo. Para algunas personas no hay suficiente tiempo, para otras pasa muy despacio; para otras mas pareciera algo inmanejable. Una cosa es segura: el tiempo, no espera a nadie!. Nosotros no estamos a cargo de este - no, este es un regalo muy especial que Dios nos dio. De hecho, es lo único que verdaderamente es de nosotros. Piensen en ello - todo lo que digo que me pertenece, mis posesiones, el dinero, mis pólizas de seguro, realmente no son mías. Cuando muera alguien más las heredara, algunas serán pagadas al tío Sam y el resto simplemente se desva-necerán ( o serán tiradas a la basura). Pero el tiempo es realmente mío. Es la ‘cosa’ de mi vida, la esencia de ésta.

Cada momento que pasa maca mi e-xistencia como una existencia irrepetible que no me precede y que no será después de mi muerte.

Mi tiempo es mi vida. De hecho, una reflexión importante es tomar a la palabra ‘tiempo’ y reemplazarla con ‘vida’ en cualquier expresión. Por ejemplo, " Oh, sólo estoy matando ‘la vida’’ o "Perdí la ‘vida’" o "Pasaste una Buena vida’?". Este ejercicio subraya la importancia de que la vida es preciosa. Si yo te brindo el regalo de mi tiempo, no lo puedo pedir de regreso. Te he dado un pedazo de mi vida. Aquellas personas que se han casado por la Iglesia han dado sus vidas uno al otro al hacer el compromiso de pasar el tiempo juntos. Y Dios nos quiere con El siempre, inclusive después de los tie-mpos!. El tiempo es en verdad el regalo infímo.

Es importante recordar que Dios nos ha dado tan solo el tiempo justo: no mucho ni poco. Cada momento es exactamente lo que Dios ha querido que tengamos. Como en una sinfonía de Mozart, no existe una sola nota fuera de lugar. Agregar o quitar una milésima de segundo seria contradecir la amorosa providencia de Dios. Cada momento es para que lo vivamos plenamente. Cuando lo compartimos con alguien, le estamos dando un regalo muy preciado. Que mejor regalo le puedo dar al Señor que el regalo de mi tiempo? Cuando me encuentro con mis hermanos o hermanas en necesidad, cuando paso tiempo en oración, cuando me ofrezco de voluntario para visitar al enfermo, le estoy regresando mi vida a Dios con gratitud y alabanza. La manera en que paso mi tiempo es un gran indicador de cuáles son mis prioridades. Yo creo que Dios es mui prioridad en la vida, en mi tiempo, si nunca me doy tiempo de hacer oración en mis horarios, entonces me estoy engañando. El tiempo el núcleo de la gratitud. No es cuanto tengo sino como lo utilizo y como Dios más lo ha dado lo que hace la diferencia.

Estaremos comenzando con la corres-ponsabilidad o Stewardship: una forma de vida, muy cerca. Todos nosotros tendremos la oportunidad de reflexionar en cómo es la mejor manera de expresar nuestra gratitud a Dios por todo lo que nos ha dado, en particular el regalo del tiempo, el regalo de la vida. Estoy realmente esperando el unirme a todos mientras recibimos la corresponsabilidad en nuestra Diócesis. De hecho , Ya era tiempo!!.