Estudio desacredita el mito acerca de los inmigrantes y el índice de crímenes

Friday, Mar. 04, 2011
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El Obispo John C. Wester
By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

La semana pasada, en este espacio, res-pondí a la aseveración de que los indocumentados pueden y deberían ‘ponerse en regla’ y convertirse en ciudadanos legales de los Estados Unidos. Otro mito muy común en relación con los indocumentados es que el índice de crímenes entre ellos es mayor que el de los ciudadanos Norteamericanos o mayor que el de aquellas personas que llegaron legalmente a los Estados Unidos.

Numerosos estudios nacionales han refutado este mito, pero el Dr. Charlie V. Morgan, profesor asistente de sociología de la Universidad Brigham Young con el apoyo de John Cutter han sacado un estudio que se basa específicamente en el estado de Utah.

El departamento de información de correcciones del 2002 al 2010 demuestra que el promedio porcentual de reclusos detenidos por el Departamento de Inmigración y Aduanas fue de 4.6 por ciento de la población total de las cárceles. El porcentaje concuerda con lo que se ha aceptado con el porcentaje de personas indocumentadas que vivieron en Utah durante esos años. En otras palabras, los indocumentados no están sobre representados en la población de las cárceles.

El Dr. Morgan denota que los porcentajes son mayores cuando las categorías de asesinatos y ofensores sexuales son revisados. Partidarios a esto han usado estas cifras para crear el mito de que el índice de crímenes de los indocumentados es mayor, pero investigaciones más profundas demuestran la razón de la distorsión.

Los inmigrantes indocumentados no son candidatos para libertad condicional, así es que es posible que los indocumentados cumplan mayores sentencias cuando los documentados son puestos en libertad por buena conducta. Esto es parcialmente cierto en tanto a los ofensores sexuales, los cuales participan en un programa de rehabilitación que los ayuda a salir de la prisión antes. Además existe un efecto acumulativo con los inmigrantes indocumentados que pasan más tiempo en la prisión, que con el tiempo se convierten en un porcentaje mayor de la población de los presos.

Los partidarios hacen también mención del gran número de inmigrantes indocumentados en las cárceles de los condados de Utah y Weber sin explicar que esos dos condados han sido designados como centros de detenciones federales y detienen a inmigrantes que están esperando ser deportados.

Aquellos detenidos en estas cárceles no solo provienen de todo el estado de Utah sino también de estados como Idaho y Montana, estados que no cuentan con centros de detención federales.

Es importante recalcar que un porcentaje significativo de esas personas son detenidas con cargos menores o por no contar con documentos legales para residir en este país, no por haber cometido delitos graves.

El Dr. Morgan hace mención del crimen del robo de identidad, haciendo notar que cerca de 50 mil niños de Utah han sufrido el robo de su número social a manos de inmigrantes indocumentados para que estos puedan trabajar y contribuir formalmente a la economía. La solución a este crimen es que los sistemas de gobierno establezcan una forma que les de a los trabajadores una manera de registrarse y obtener trabajo legalmente en nuestro país. Creo que no solo el gobierno federal tiene la autoridad para establecer dicho sistema.

En conclusión, debemos darnos cuenta que mientras que el número de personas nacidas en el extranjero y de los inmigrantes hispanos que viven en los Estados Unidos ha aumentado, el índice de crímenes de propiedad y violentos ha disminuido en el mismo periodo. No debemos dejar que miedos sin fundamentos ni la repetición de estadísticas distorsionadas interfieran con ofrecer la bienvenida a los extraños.

(Una copia del estudio completo al que se hace referencia en este artículo "How Much Crime Do Undocumented Immigrants commit in Utah?"puede ser consultado en www.sutherlandinstitute.org)

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