SALT LAKE CITY — Jóvenes Católicos de las parroquias de Saint George, de San Francisco Javier y del Newman Center, acompañados por familiares y chape-rones acudieron a la Jornada Mundial de la Juventud 2013 en Rio de Janeiro Brasil.
Después de trabajar arduamente para recolectar los fondos, un grupo de 19 feligreses de la parroquia de St. George pu-dieron realizar el viaje.
"Fue un regalo de Dios", dijo Joe Reed, feligrés de la parroquia de St. George quien ayudo a organizar el viaje.
Reed asistió a JMJ junto a su esposa e hijos.
"Fue una experiencia muy hermosa; todos regresamos transformados", dijo Reed.
Similar a la experiencia de Reed fue la de Jacinto y Roció Román, quienes junto a tres de sus hijos, trabajaron muy duro para poder reunir los fondos necesarios para realizar el viaje.
"Desde el principio sentimos que iba a ser un viaje muy especial, que Dios nos estaba guiando", dijo Rocio. "Dios siempre provee y debido a esto fue que pudimos ir".
Rocio se refirió a una ocasión en que la fecha límite para el viaje se aproximaba y ellos estaban todavía muy cortos de dinero.
"Estaba afuera de mi casa y una persona se acercó de la nada y me pregunto si vendía una camioneta que teníamos arrimada atrás de la casa, no tenía ningún letrero de se vende ni nada….corrí a buscar a Jacinto y le pregunté que si la podíamos vender pues ya habíamos estado platicando que a lo mejor sería una buena idea. Él aceptó y la vendimos", dijo Rocio.
Pero la fecha limite se acercaba más y más y todavía les faltaban mil dólares para poder solventar el viaje, así es que creían que ya no irían.
Entonces Rocio recibió una llamada de otra feligrés, diciéndole que habían recibido una donación de exactamente mil dólares.
Con la llamada el corazón de Rocio se llenó de alegría- su familia se iba a Rio de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud.
"Dios es el proveedor. Solo con su gracia es que pudimos ir", dijo Rocio. "Todo esto ha sido una gran bendición para nosotros, y más como familia".
Rocio puede ver los resultados del viaje en su vida diaria: sus hijos se reúnen todos los días para orar juntos, y su interés en su religión se ha incrementado.
"Estamos más unidos como familia. Ha sido una gran bendición. Mis hijos están más motivados y más orgullosos de su fe", dijo Rocio.
Christian, el más grande de sus hijos, de 19 años de edad, comparte el sentimiento de su madre.
"Mi fe ha crecido desde el viaje", dijo Christian. "Antes yo pensaba que solo éramos unos cuantos católicos aquí en el pequeño Utah, pero el ver a más de 3 millones de jóvenes en la playa (en Rio de Janeiro) con el Papa realmente me abrió los ojos", dijo Christian. "Fue increíble".
Christian también siente que gracias a la Jornada Mundial de la Juventud, su familia se ha unido más.
"Me abrió los ojos a mi fe de varias formas… probablemente sin la fe no hay esperanza y sin esperanza no hay nada. Tener fe en Dios es algo realmente poderoso. Con el poder de Dios no hay montaña que no pueda ser conquistada".
Rocio recuerda vívidamente el día después de que participaron en la reunión con el Papa Francisco. Fueron llevados a un centro de convenciones en donde esperaban cerca de 40 mil personas.
"Más de 100 mil personas se reunieron", dijo Rocio. "No sabíamos muy bien lo que iba a pasar. Vimos a muchos obispos y a muchos sacerdotes, y entonces supimos que era una reunión para las vocaciones".
Al final del evento, los sacerdotes llamaron a los jóvenes a aproximarse si sentían que habían recibido el llamado. Rocio dijo que miles de jóvenes, hombres y mujeres, se acercaron. Entre ellos dos jóvenes de la parroquia de Saint George.
"Yo quiero… he estado pensando mucho acerca de ir a una misión católica ya que el haber estado allá [en Rio] me ha hecho pensar mucho si es que quiero ser sacerdote o ser un padre de familia", dijo Christian. "Creo que el ir a una misión me ayudará a discernirlo bien… si es que quiero ser sacerdote, o si quiero ser un padre de familia".
Su madre también espera la respuesta. "Sé que sea lo que sea será la voluntad de Dios", dijo Rocio.
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