Haga un acto heroico este verano

Friday, Aug. 02, 2013
By Jean Hill
Director, Diocese of Salt Lake City Office of Life, Justice and Peace

Es tiempo para los estrenos de verano. Súper héroes, Súper vill-anos, rescates heroicos y peligrosos escapes.

Pero que es de nosotros los simples mortales? Que actos heroicos haremos el día de hoy? Muchos no rescatáramos a un niño de un edificio en llamas a pararemos una bala, por lo menos no hoy. Pero los actos de heroísmo no son nece-sariamente actos de súper humanos. En estos tiempos, un acto heroico puede ser simplemente hacer una llamada a los oficiales electos a favor de alguien que no puede hacerlo por sí mismo. Lo que hace que la llamada sea un acto heroico no es la dificultad de la acción – es el simple proceso- pero la falta de voluntad de tantos, incluyendo a personas que se dicen de gran fe, de hacer el esfuerzo.

Cada domingo en misa escuchamos las historias de los profetas, las voces de discípulos proclamando la palabra de Dios. Existe un verdadero peligro que escuchamos pero no comprendemos, o que olvidamos que el mensaje es más importante que el solo compartir las palabras sino que es una llamada de acción. Todos tenemos la capacidad de hacer una llamada para ser voces profetas, para difundir el mensaje del Evangelio en nuestras vidas diarias. No es una llamada para que nos paremos y gritemos que el fin se acerca. Es una llamada para recordarnos que las personas que solo con la educación básica, con un techo , con comida en la mesa y con ropas en nuestros closets debemos de hablar por aquellos que no las tienen.

En pocas palabras, si usted está leyendo esto, usted pro-bablemente cuenta con la educación y los recursos necesarios para ser una voz profética.

De hecho, este mes de agosto es el tiempo ideal para comprometernos en varios actos heroicos; no solo nuestros re-presentantes y senadores de los Estados Unidos están en casa del 3 de agosto al 8 de septiembre, también existen varios problemas sobre la mesa que afectan a millones de personas sin voz. Una llamada de dos minutos durante el receso de agosto podrían salvar a cientos de miles cortes catastróficos en los programa de asistencia alimenticia, proteger a millones de familias de ser divididas por deportaciones, o asegurar el cuidado médico para miles de personas en Utah que no cuentan con seguro médico o que no les alcanza para pagar uno.

Una llamada preguntando por el Representante Bishop, Chaffetz, Steward o Matheson para apoyar el camino a una ciudadanía para los inmigrantes que viven en los estados Unidos puede no sentirse como profética o ni siquiera de uso. Pero el llamar para decir ‘ soy un católico, voto, y me preocupa este tema moral ya que creo en la dignidad y santidad de todas las vidas’ es difundir el Evangelio.

Similarmente profética es una llamada a un representante o senador o a la oficina del gobernador para pedirles su apoyo al Medicaid. Una voz que diga ‘ayude a que nuestros vecinos mantengan una vida productiva y significativa a pesar de su diabetes o de su condición cardiaca pudiendo costear visitas regulares a sus doctores. Una voz que diga ‘Ayuden a que los trabajadores pobres reciban los mismos cuidados que muchos tenemos, sirviendo a los pobres tal y como se nos ha llamado a servir.

Una llamada a los representantes diciendo ‘Paren de tatar de reparar el presupuesto federal a costa de los pobres recortando las estampillas de alimentos es un acto heroico.

Pareciera tonto pedirle al congreso que proteja al pobre de pasar hambre y de estar malnutrido – no deberían ya de estar haciendo eso?, pero tales actos son necesarios.

El mensaje de los profetas no siempre fue escuchado o aceptado, pero sus voces importaron, y todavía importan, profundamente. Son parte de los héroes. Son personas que se pueden imitar a diario con actos simples. Y una llamada de un católico, cuando se combina con otras llamadas de otros católicos, se suma rápido.

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