Hermanas Sacramentinas ayudan a huérfanos con sus estudios y desarrollo en Malawi

Friday, Oct. 23, 2015

Gertrude Komba tiene  17 años,  pero su aprendizaje está a nivel de primaria.

 Su retraso en los estudios se debe a que tuvo que detener su educación después de que sus padres fallecieran y ella tuviera que mudarse a vivir con su abuela. 

Cuando más joven un vecino pagaba por su educación, pero su abuela no tiene los medios para apoyarla.

Desafortunadamente la historia de Gertrude se repite muchas veces en Malawi y en otras partes de África.

Gertrude asiste a una escuela en donde casi 150 estudiantes compartes experiencias similares.

 Todas esas niñas de la escuela han perdido por lo menos a uno de sus padres. Algunas tales como Lucia Samuele perdió a uno de sus padres por el SIDA y  padre sobreviviente también tiene SIDA. Lucia está siendo criada por una tía quien no tiene recursos para pagar por su educación.

Otras niñas comparten la experiencia de Maria Njau cuyos padres fallecieron cuando ella era muy pequeña. Por un tiempo un vecino se hizo cargo de ella, entonces se mudó con una tía quien no cuenta con los recursos para mantenerla o para enviarla a la escuela. 

Maria como muchos estudiantes, vive ahora en un orfanatorio conectado a la escuela, ambos administrados por las Hermanas Sacramentinas.

Las Sacramentinas son una orden religiosa italiana que ha servido en Malawi desde 1976. 

La Hermana Ornella Sala es de Italia; ella y las demás monjas dieron la bienvenida a nuestra delegación americana que viajo al área para experimentar la asistencia humanitaria provista por nuestra Iglesia a través de Catholic Relief Services, la agencia internacional humanitaria de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

Las Hermanas platicaron por un rato con nosotros acerca de sus esfuerzos para mejorar los índices de sobrevivencia de los niños y madres  malnutridos y vulnerables, así como de la educación de las niñas.

La escuela y el orfanato son sólo dos de los programas manejados por las Hermanas, con el apoyo técnico y financiero de CRS. 

La escuela se encuentra en la fase final del financiamiento otorgado a través de CRS como parte del programa ‘Strengthening Capacity of Women Religious in Early Childhood Development (SCORE ECD)’. 

A través del  SCORE ECD las Hermanas han podido apoyar a que las niñas en el orfanato crezcan física, mental y espiritualmente.

Una de las Hermanas, la Hna. Maria Mtepeka (quien esa semana se encontraba celebrando su 25 aniversario de servicio) es la coordinadora del programa. 

Ella nos explicó que hay mucho mas de esas 150 niñas que quieren asistir a la escuela, pero el programa ha tenido tanto éxito que ha sobrepasado sus recursos. 

Las Hermanas no tienen fondos para contratar a más maestros así es que tienen que limitar las inscripciones. 

Ellas tratan de servir por lo menos a una niña en cada familia, con la esperanza y expectativa de que esta estudiante enseñara a sus hermanos/as.

La Hna. Maria compatió varias de las historias. Una de estas tal como la de Cremetine te rompe el Corazón. Crementine perdió a su mamá cuando tenía 9 meses de edad y  a su padre un año más tarde.

Ella fue criada por una tía la cual falleció hace dos años dejándola a ella y a sus hermanos sin ninguna ayuda. Crementine ahora vive en el orfanato en donde ha podido seguir con sus estudios.

Las historias continúan de maneras trágicas. 

Gaudiosa Enguwila perdió a su padre cuando tenía 8 años y a su madre a los 11. Irene Yona perdió a ambos padres y ahora vive con su abuela y su hermano menor. 

Martha Morice también vive con sus abuelos ya que perdió ambos padres. 

Su abuelo falleció hace un mes y ahora solo vive con su abuela quien como muchas otras, no tiene recursos para criar a Martha.

Es así que hay una larga lista de nombres y de circunstancias; pero Crementine, Gertrude, María, Lucía, Gaudiosa, Irene, y Martha son también historias de esperanza. 

A través de la educación estas jóvenes quienes han perdió tanto, impactaran el futuro de su país en formas únicas. 

Desde las simples pero profundas lecciones de vida que han aprendido sobre higiene y nutrición hasta las lecciones más académicas que las ayudarán a ser ciudadanas más activas y comprometidas, estas niñas del orfanato ya están mejorando el futuro de sus villas y de su país. 

Y por lo menos una pequeña parte de su exitoso futuro será gracias al trabajo de la Iglesia a través de Catholic Relief Services.