La festividad de la inmaculada Concepción es un día de Obligación

Friday, Nov. 22, 2024
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY —El 9 de diciembre la Iglesia celebrará la solemnidad de la Inmaculada Concepción, uno de los muchos días festivos que celebran a María, la Madre de Dios. Es uno de los tres días de Obligación asociados con la Santa Madre, los otros dos son la Solemnidad de María Santa Madre de Dios el 1ero de enero y la Solemnidad de la Asunción celebrada el 15 de agosto.

La teología Católica nos enseña que por la Gracia de Dios, María fue preservada del pecado original desde el momento de su concepción y a lo largo de su vida;  es esta creencia que dió paso al dogma de la Inmaculada Concepción Ineffabilis Deus, la cual dice que “ la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano.”

Esta enseñanza viene del Concilio del texto, de las tradiciones Católicas de la Escritura y de otras fuentes autoritativas las cuales están enumeradas en el Ineffabilis Deus.

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos explica a la Inmaculada Concepción de esta manera “En anticipación a que ella iba a dar vida al Hijo de Dios, María fue redimida desde su concepción del Pacado Original. A esto lo llamamos Inmaculada Concepción. Ningún pecado la tocaría para así ser una madre adecuada y una portadora digna del Hijo de Dios.”

El Papa San Juan Pablo II enfatizó esta enseñanza en su encíclica Redenptoris Mater publicada en 1987 en donde escribió que  “de esta manera, desde el primer instante de su concepción, es decir de su existencia, es de Cristo, participa de la gracia salvífica y santificante y de aquel amor que tiene su inicio en el « Amado », el Hijo del eterno Padre, que mediante la Encarnación se ha convertido en su propio Hijo.”

Un malentendido común es que la Inmaculada Concepción se refiere a Cristo, pero el USCCB enfatiza que esta se refiere “a la concepción de María siendo concebida sin heredar el pecado original.”

A pesar de su Inmaculada Concepción María “no estuvo exenta de las temporales penalidades de Adán- desde la pena, debilidades corporales y muerte,” se lee en la Enciclopedia Católica.

Como todos los seres humanos, María recibió la Salvación a través de la acción de Jesús, pero ella sostiene una posición mayor como se lee en el Lumen Gentium, Constituido Dogmática sobre la Iglesia el cual señala que “Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas.”  

Ya que le Papa Pio  IX proclamó que la doctrina de la Inmaculada Concepción fue divinamente revelada, el dogma  “debía considerarse por toda la Iglesia,” se lee en el catecismo Católico de los Estados Unidos para adultos.

Aún antes del Ineffabilis Deus de 1984 fuese declarado formalmente como dogma la Iglesia ha tenido una larga tradición de que María fue concebida sin pecado. “La festividad fue celebrada en algunos monasterios desde comienzos del S.VIII propagándose ampliamente durante el S.XVIII,” se lee en el USCCB, citando la Guía Esencial de Festividades y de los Santos. En los Estados Unidos la celebración de esta observación predecede la Declaración de la Independencia. En 1885 los Obispos  alabaron a la nación el patronaje de María bajo el título de Inmaculada Concepción. En 1885 se convirtió en una festividad nacional.”

 Aunque la Santa Madre es venerada en la Iglesia como una poderosa intercesora y un modelo de discipulado, se debe de tener cuidado al enfatizar que “María tiene su lugar que es en todo sentido subordinado y dependiente de su Hijo, quien es el único mediador entre Dios y la Humanidad,” se lee en el USCCB.

 En otras palabras “Nuestra Señora nunca esta para ella, ella siempre está para Jesús,” dijo el Papa Francisco.

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