La semana de vocaciones, ocasión para orar y meditar

Friday, Jan. 16, 2009
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El padre Javier Virgen, Director asociado de vocaciones y Vicario de asuntos hispanos, y el padre Colin F. Bircumshaw, Director de vocaciones, oran junto al monseņor John C. Wester, Obispo de la Diócesis de Salt Lake City, frente al Santísimo Sacramento durante La Noche de Oración y Bendición en la Catedral de la Magdalena, el 11 de enero. La Noche de Oración y Bendición fue parte de la Semana de Vocaciones, la cual se observa desde 1976, cuando la Conferencia Nacional de Obispos Católicos la estableció.  foto del IC por Priscilla Cabral

SALT LAKE CITY — La Semana Nacional de las Vocaciones es enero 11 – 17 de 2009, comenzando con la Celebración del Bautismo del Señor. Durante este periodo, los católicos son llamados a orar especialmente por un incremento en las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa y a meditar en su llamada a seguir a Jesús, recibida en el bautismo.

"Somos llamados y formados a ser uno con Cristo en su pasión y resurrección", dijo el monseñor John C. Wester, Obispo de la Diócesis de Salt Lake City durante La Noche de Oración con Bendición, parte de la Semana Nacional de Vocaciones, en la Catedral de la Magdalena, el 11 de enero.

El bautizo, dijo el Obispo, nos llama a practicar el misterio de la vulnerabilidad y la bondad así como Dios todopoderoso la practicó al hacerse hombre.

Es difícil responder a este llamado, especialmente cuando las imágenes que encontramos en todos lados nos dicen que debemos poner la violencia y el poder como ideales.

Las celebridades y las armas que cargan son un buen ejemplo de que en nuestra cultura "la violencia y el poder incrementan en cada generación", dijo el obispo Wester.

Humphrey Bogart cargó una pistola, después Clint Eastwood trajo un rifle, Silvestre Stallone le siguió con un cañón y finalmente Arnold Schwarzenegger llegó con una bazuca, dijo.

"Estamos entrenados a ser poderosos… pero somos llamados a tomar un papel diferente, aquel de un siervo", dijo el Obispo parafraseando las palabras de la lectura de esa noche:

Así dice el Señor: éste es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará justicia a las naciones. No clamará, ni gritará, ni alzará su voz por las calles. No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia; no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. Las costas lejanas esperan su enseñanza. (Isaías 42: 1- 4).

Como siervos, somos llamados a pensar en alguien más antes que en nosotros mismos, a llevarle esperanza, amor, paz y valor a los demás y a reconocer que somos vulnerables y frágiles.

"Cuando sabemos que somos débiles… Cristo puede trabajarnos y usarnos", dijo el obispo Wester.

La Noche de Oración con Bendición fue organizada por la Oficina de Vocaciones y la Oficina de Liturgia en un esfuerzo por reunir a la comunidad para orar por las vocaciones frente al Santísimo Sacramento.

La noche comenzó con una iluminación tenue en la catedral, para acentuar la presencia del Cirio Pascual. Cada miembro de la asamblea encendió la vela que cargaba mientras el cirio pasaba resguardado por los Caballeros de Colón.

"Le pedimos al Señor que encienda en nosotros la llama de la fe", dijo el Obispo durante la homilía.

Después de la bendición, el obispo Wester le dio gracias al padre Colin F. Bircumshaw, Director de vocaciones y al padre Javier Virgen, Director asociado de vocaciones y Vicario de asuntos hispanos, por ayudarle en el altar y al coro por su emotiva música. Continuó dándole gracias a los Caballeros de Colón por el estipendio que colecta para los seminaristas.

"Yo se que a veces es un sacrificio para sus miembros conseguir (el estipendio)", dijo.

Igualmente, invitó a la asamblea a unirse nuevamente en oración.

"La oración tiene un poder especial cuando trabajamos juntos".

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