Los cambios en la ley inmigratoria afectan a los sacerdotes de origen internacional

Friday, Mar. 22, 2024
By Linda Petersen
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — Un  nuevo cambio a la  póliza migratoria está provocando el retraso para sacerdotes y hermanas religiosas que buscan hacer ministerio en los Estados Unidos. La Diócesis de Salt Lake City, la cual depende mucho de clero de procedencia internacional, para servir en sus parroquias y misiones, es una de las varias diócesis misioneras afectadas por este cambio, el cual retrasa el proceso de solicitudes de visas inmigratorias para trabajadores religiosos.

Debido a sus habilidades bilingües y multiculturales, nuestros sacerdotes internacionales pueden cubrir una gran parte de terreno y así proclamar el Evangelio en muchas parroquias a lo largo y ancho del estado de Utah, lo cual no sería posible sin la generosidad y disponibilidad de dejar sus países, familias y amigos,” dijo el padre Kenneth Vialpando, vicario diocesano del clero.

“Aunque nuestros sacerdotes nativos siguen proveyendo excelentes ministerios a lo largo del estado, nosotros, somos sacerdotes dentro de la Diócesis de Salt Lake City, siempre estamos dispuestos a dar la bienvenida a sacerdotes de otros países por lo que tienen que ofrecer a la mesa, conocida como el Altar del Señor, como los son sus culturas, costumbres, tradiciones, lenguajes, etc,” dijo el padre. “Por sus dones y talentos ministeriales, siempre hemos estado dispuestos a ayudar a que  nuestros sacerdotes internacionales  soliciten Ministerio en nuestra diócesis trabajando con y a través del sistema legal para obtener sus visas con la esperanza de servir en la diócesis por tres o cinco años o con la esperanza de que tengan una residencia permanente.”

De los 72 sacerdotes activos sirviendo en la diócesis cerca de 20 no son originarios de los Estados Unidos. De esos sacerdotes 9 cuentan con una Visa R-1 visas de trabajadores religiosos no inmigrantes, cuatro cuentan con residencia permanente en los Estados Unidos, y seis son ciudadanos naturalizados.

Para poder dar la bienvenida a sacerdotes provenientes del otro lado del mundo, la diócesis debe solicitar a su nombre una petición Inmigratoria Especial 1-360. Una vez que esta es aprobada, los sacerdotes deben solicitar una visa R-1 de tres años. Al final de ese tiempo pueden solicitar una extensión de tres años. Sin embargo, aún si esta es recibida, al termino de los seis años deben obtener una ‘Green Card’ deben de salir de los Estados Unidos por lo menos un año antes de volver a solicitar una visa.

En el mes de abril del 2023 el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció una ‘regresión’ en sus pólizas la cual trataba de que los inmigrantes de Honduras, El Salvador, y Guatemala llegaran con las mismas categorías que el resto del mundo. Como parte de ese cambio, el Departamento de Estado indicó que solo los trabajadores religiosos con una petición 1-360 aprobada antes del 1ero de septiembre del 2018 podían solicitar una ‘green card’. Esto ha creado un atraso significativo en el proceso de las solicitudes de ‘green cards’.

Anteriormente el obtener una ‘green card’ tardaba de tres a cinco meses, dijo Marilyn Acosta, secretaria ejecutiva del Obispo Oscar A.  Solis. Con el cambio el proceso ahora toma más de dos años, y mientras están en espera de la ‘green card’ muchos sacerdotes se ven forzados a regresar a sus países originarios antes de que se les permita regresar a los Estados Unidos.

 “La más fuerte consecuencia de este cambio es que los trabajadores religiosos que busquen ajustar su estatus ahora tendrán que hacer una elección de salir de los Estados Unidos por lo menos un año o de apresuradamente encontrar otro camino legal para permanecer en los Estados Unidos hasta que la fecha prioritaria sea actual,” se lee en la carta con fecha del 17 de noviembre del 2023 de la Catholic Legal Immigration Network, Inc. y de los Servicios Migratoria y de Refugiados del USCCB.  “pero para la mayoría de los trabajadores religiosos, caminos alternos para permanecer en los Estados Unidos o no están disponibles o requerirán que el solicitante deje a su empleador y por ende a su comunidad religiosa sin apoyo suficiente.”

La carta fue dirigida a Ur Jaddou, director de Servicios de inmigración y ciudadanía de los Estados Unidos así como a otros oficiales.

“El director Jaddou y otros representantes gubernamentales han estado en comunicación acerca del tema y han recalcado que una solución Congregacional es necesaria, además de haber expresado receptibilidad a opciones administrativas,” se lee en la carta. “Mientras que seguimos defendiendo una solución compresional para este problema, el resultado ciertamente llegará muy tarde para los trabajadores religiosos actualmente en espera del ajuste de estatus.”

Acosta dijo que en la Diócesis de Salt Lake City dos sacerdotes activos se ven afectados por este cambio y su estatus es incierto.

“Está en nuestros planes recibir a más sacerdotes internacionales, pero a menos de que las pólizas inmigratorias cambien, la esperanza de que llegaran pronto puede no ser realidad,” dijo Vialpando.

La  carta de USCCB/Catholic Legal Immigration Network realiza varias recomendaciones para tratar el problema, pero ninguna parece haber sido establecida por los servicios Inmigratorias y de Ciudadanía de los Estados Unidos. Los oficiales diocesanos están animando a que los católicos en Utah contacten a sus representantes congregacionales para animar a que se apliquen tales sugerencias. Para encontrar a los representantes visite:

https://www.congress.gov/members/find-your-member

La carta original  en inglés del USCCB/Catholic Legal Immigration Network puede ser encontrada en: https://bit.ly/3VAS6kj

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