Mitin para la Unidad da voz a los derechos humanos para todos

Friday, May. 05, 2006
Mitin para la Unidad da voz a los derechos humanos para todos + Enlarge
Archie Archuleta introduce al Alcalde de Salt Lake City ?Rocky? Anderson en el mitin el 10 de Abril. foto del IC por Barbara Lee

SALT LAKE CITY — Para los activistas Católicos, los puntos predominantes de los mítines y marchas de los dos días, no se refieren tanto a los derechos de inmigración o a los derechos de los hispanos, sino más bien se refieren a los derechos humanos – los derechos que todos los individuos merecen porque todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Cuando el Padre Michael Sciumbato, párroco de la Parroquia de San Francisco de Asís en Provo, se subió al podio en el Edificio de la Ciudad y Condado de Salt Lake el 10 de abril para representar a las voces eclesiásticas, él habló elocuentemente acerca de las experiencias de su propia familia como inmigrantes Italianos en los Estados Unidos.

«Nos llamaban WOPs», le dijo a la multitud de 5,000 personas. «WOP quiere decir "without papers"» (sin papeles).

El mitin de la tarde del lunes fue diferente a la histórica Marcha por Inmigración del día anterior. En el Día Nacional de Acción para los Derechos de los Inmigrantes, los presentadores discutieron soluciones a los problemas que enfrentan no solo los inmigrantes sino todos aquellos que trabajan largas horas con salarios muy bajos, quienes no pueden pagar guarderías para sus hijos, y quienes se enfrentan con decisions tales como comprar medicinas que se necesitan o alimentos para sus familias. Los presentadores urgieron a la muchedumbre que se informen acerca de los problemas claves de la pobreza en América, que se registren para votar y que hagan que sus voces se escuchen.

Los asistentes al mitin bailaron, cantaron, agitaron carteles, y gritaron entusiasmadamente cuando Rebecca Chavez-Hauck les urgió a que «se unan a aquellos a través de todo el país en el Día Nacional de Acción para los Derechos de los Inmigrantes. Estos problemas no pueden ser ignorados en nombre de la conveniencia política. No pierdan la esperanza. Podemos vivir mejor… Debemos continuar luchando por la seguridad, la prosperidad económica, y por la compasión para toda la gente de este gran país.»

En un inspirado discurso, el Alcalde de Salt Lake City "Rocky" Anderson urgió a los participantes a quitarse las ataduras de la «hipócrita legislación» actual que favorece a la gente que se beneficia de los trabajos con sueldos bajos, y que no ofrece beneficios a aquellos que trabajan por esos sueldos. El les pidió a los participantes que sean buenos vecinos, que se ayuden los unos a los otros, y que «creen un sentimiento de agradecimiento... urgiendo reforma con compasión y cuidado».

El Padre Sciumbato, dirigiéndose a la multitud tanto en inglés como en español, les habló a «toda la gente del Libro», y a «la gente de todas las fés» para que «vivan los mandamientos de Dios de amor; cuiden de las viudas, los huérfanos y los extraños entre nosotros.»

Él les dijo que amen a todos con un corazón abierto, en el nombre de Cristo. Asegurándoles a aquellos presentes en el mitin que llegará el día cuando todos los Americanos estén juntos «en la paz y la justicia de Dios».

«Estos problemas no son problemas de Latinos; no son problemas de inmigrantes. Son problemas de justicia», dijo el Padre Sciumbato. «El día vendrá cuando la justicia lloverá del cielo. Ruego para que ese día llegue pronto.»

El Juez Raymond Uno de la Corte del Tercer Distrito de Utah, jubilado, quien recibió en 2005 el premio Espíritu de Excelencia e Inspiración que otorga la Comisión de Diversidad Racial y Étnica en la Profesión de la Asociación Americana de Abogados, compartió la conmovedora historia de como su padre, un veterano condecorado de la Primera Guerra Mundial, murió cuando tenía 47 años de edad en un campo de internamiento para Japoneses. La madre del Juez Uno, una mujer con una licenciatura que vivió y trabajó por 72 años en los EE.UU., «murió como una extranjera porque nunca se le permitió obtener la ciudadanía».

El Juez Uno les dijo a las gentes presentes en el mitin que él y otros Asiático-Americanos apoyaban 100 por ciento la cruzada por sus derechos. «Nadie debe sufrir la suerte de mi madre.»

Dee Rowland enlace entre la Diócesis de Salt Lake City y el gobierno y directora de la Comisión Diocesana de Paz y Justicia, agradeció a los participantes «por todos los sacrificios que hicieron para poder asistir al mitin y por su valor en unirse para luchar por sus derechos.»

Su declaración: «Las Escrituras, así como también la enseñanza social Católica forman la base de la posición de la Iglesia (en reforma migratoria). Juan 4:19-21 nos dice, "cualquiera que dice ‘amo a Dios’ y odia a su hermano es un mentiroso"», originó grandes aplausos y gritos. Rowland pidió por una reforma legislativa que incluya la discusión de las causas que crean la inmigración, la obtención de la legalización y programas temporales de trabajo con protecciones, y restauración del debido proceso para inmigrantes.

«Caminamos con inmigrantes vibrantemente presentes en nuestro país y fantasmagóricamente ausentes del suyo», dijo Rowland. «Necesitamos un desarrollo económico sostenible, un intercambio justo, y políticas económicas que tomen en cuenta las dificultades de los trabajadores con poca preparación. Cualquier apoyo debe incluir la conciencia clara de que este no es un problema nacional. El mundo entero está crujiendo con la migración de su gente. Nuestra política nacional debe incluir esta verdad más profunda – somos un mundo, una gente interconectada.»

Pidiendo el silencio de la muchedumbre, Rowland cerró su discurso con

una oración.

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