No existe una regla que funcione para los inmigrantes que buscan obtener papeles

Intermountain Catholic

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SALT LAKE CITY — En las pláticas acerca de los inmigrantes indocumentados la pregunta que generalmente surge siempre es: Por qué simplemente no se ponen en regla?, esa pregunta resulto muy frecuente la semana pasada en una audiencia legislativa entre los que apoyan al HB70 del Representante Steven Sandstrom.

La respuesta más simple es que no existe tal regla para la mayoría del gran número de personas que llegaron a Utah sin autorización o agotando el permiso de visas. Una encuesta del 6 de enero del 2011 realizada por el foro de Inmigración arrojó que el 98 por ciento de los entrevistados indicaban preferir vivir y trabajar legalmente y que hubieran entrado legalmente si la oportunidad existiera.

La residencia permanente legal puede ser obtenida por tres medios, esto de acuerdo a la ley de Inmigración de los estados Unidos.

1.Una familia calificada en los Estados Unidos puede pedir traer a familiares extranjeros al país. Un ciudadano nortea-mericano puede pedir la residencia legal permanente para sus cónyuges, padres, hijos o hermanos. Residentes permanentes legales en el país pueden pedir a sus cónyuges e hijos solteros. Para lograrlo el patrocinador de la familia extranjera deben demostrar ingresos arriba del nivel de pobreza y deben comprometerse a apoyar financieramente a sus familiares para que estos no se vayan a convertir en una carga pública. Sin embargo, existen un gran número de limitantes para cada uno de esas categorías con bases fami-liares, lo que da como resultado en entradas que tardan desde 5 hasta casi 20 años.

2.Inmigrantes que sufren de persecución política o de un muy bien fundamentado miedo o de una persecución debido a su raza, religión, membrecía a determinado grupo social, por opinión política u origen nacional, pueden buscar asilo político en los Estados Unidos o pueden calificar como refugiados. Estas personas deben presentar varias evidencias y aún así, existe un inusual número de admisiones de refugiados a los Estados Unidos el cual típicamente esta entre los 70 y los 80 mil. La mayoría de los inmigrantes en Utah huyeron de la pobreza de sus países de origen, no por persecuciones políticas y es por eso que no califican para el asilo.

3.Existen varias categorías inmigratorias para los trabajadores patrocinados por un empleador en los Estados Unidos. Estas categorías están limitadas a ejecutivos multinacionales y profesores con títulos avanzados y trabajadores que están definidos muy estrechamente. La gran mayoría de los indocumentados que viven en Utah no califican en esas categorías. La demanda aquí es para agricultores, empacadores de carne y servicios de jardinería así como para la industria de la construcción. Tan sólo e-xisten 5 mil green cards disponibles cada año en todo Estados Unidos, para trabajadores experimentados.

4.Los programas de visa H-2ª (agricultura de temporada) o la H2B( no agricultura de temporada) son alternativas. Los requisitos para la visa H-2ª son muy pesados y para las visas H-2B se dan 66 mil anualmente en todo el país. Ambas visas solo dan un status temporal para trabajar en los Estados Unidos por un año. Son insuficientes para cubrir la demanda en tales labores.

Así es que realmente no existe una regla para los indocumentados que viven entre nosotros. Y aún así necesitamos de su trabajo y que vivan sin miedo ni opresión, in

cluyendo la opresión económica. Es por eso que me uno a mis compañeros de Los Obispos católicos de Los Estados en apoyo a una Reforma migratoria a nivel federal. Creemos que nuestros inmigrantes deberían venir al país legalmente pero seguimos puntualizando que nuestras leyes actuales no permiten que las familias sean reunidas en una manera efectiva y rápida y no reflejan nuestra demanda de trabajos laborales. Mientras tanto necesitamos hacer saber a nuestros legisladores estatales que el aprobar una aplicación de ley simplemente agrega cargas a aquellas personas cuya labor verdaderamente ayuda a nuestra economía. El tiempo de nuestros legisladores podría ser mejormente empleado en presionar en Washington para lograr una reforma migratoria comprensiva. Creo que leyes como la SB 1070 de Arizona sólo hace que las cosas sean peores ya que crean más miedo entre la población de inmigrantes, haciendo una brecha entre las entidades de ley locales y la comunidad, castigando a las personas que apoyan nuestros estilos de vida y envuelven al estado en cuestiones que son propiamente jurisdicción del gobierno federal. Espero que Uta "se ponga en regla" con los otros estados en un esfue-rzo para persuadir que Washington actué en este tema.