Una familia canta sus alabanzas mientras sirve al Señor

Intermountain Catholic

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El coro hispano de la parroquia de santa Rosa de Lima durante una de sus participaciones en la Misa de los domingos.

LAYTON – En el 2003 José y Norka Jorges llegaron a Utah junto con sus dos hijas procedentes de Venezuela como parte del equipo de la fuerza aérea venezolana a la Base Aérea Hill Force ubicada en Layton. Después de terminar con su asignación asignación para la que habían sido enviados recibieron una invitación para quedarse a realizar modificaciones y arreglos en los aviones la cual aceptaron.

"Los problemas que había en Venezuela fueron un factor por el cual decidimos quedarnos en Utah y aceptar la invitación", dijo José. "Dios nos trajo aquí".

Como católicos su fe los ha ayudado a mantenerse muy unidos y a crecer espiritualmente.

Desde que llegaron han sido feligreses de la parroquia de Santa Rosa de Lima.

"La búsqueda de Dios, orar y estar en constante comunicación con El nos ha ayudado en este camino", dijo Norka. "El ser parte de esta parroquia nos ha ayudado en la lucha que todos los migrantes tenemos cuando vivimos en otros países".

Los Jorges comenzaron su servicio en Santa Rosa en el coro ya que sus dos hijas acudían a este para recibir lecciones instrumentales.

"Cuando hubo uno de los cambios de sacerdotes como que se hizo un hoyo en el coro", dijo José, "así es que decidimos unirnos a nuestras hijas y como familia participar en el coro.

El servicio que los Jorges prestan en la iglesia no ha pasado por desapercibido ya que ahora ellos se hacen cargo de asegurarse que tanto las necesidades del coro como las de su director sean cubiertas. "El compartir con nuestras hijas, además e estar cerca de Dios, son elementos que nos han ayudado a estar muy fuertes como familia", dijo Norka.

Además de estar involucrados en el coro los Jorges participan en casi todas las actividades que se realizan en la pa-rroquia. No importa si es llenando bolsas de comida, pidiendo por donaciones, decorando la iglesia o ayudando a organizar misas especiales y eventos, los Jorges siempre están ahí.

"El poder servir como familia nos ha unido más", dijo José. "Esta es una forma de estar siempre con Dios. Estamos muy agradecidos por todas las cosas que nos ha dado y esto es solo una pequeña forma de regresarle todos estos regalos".

"Este estar en constante comunicación con Dios nos ha ayudado a ser más fuertes", dijo Norka.

La iglesia se ha convertido en su segundo hogar y las personas del coro en su segunda familia. "Es muy importante seguir cultivando siempre nuestra fe", dijo José.

"Me gusta como podemos estar juntos y estar cerca de Dios como familia", dijo María Laura, la hija menor de los Jorges. "El poder participar aquí [en la iglesia] nos ha acercado a Dios".

"Los Jorges son un muy buen ejemplo de lo que servir a la iglesia significa", dijo Ana Martínez, secretaria parroquial.