#UTCATS

Friday, May. 24, 2013
By Special to the Intermountain Catholic

Hace algunos días tuve el privilegio de conocer a un extranjero quien me dejo una gran impresión. Su nombre es Steve. Lo conocí en el que fuera su último día en Salt Lake City. Unos días antes había llegado de St. Paul Minnesota.

Llegó a Salt Lake City con un boleto de autobús. Viajaba con sólo $30 dólares en su cartera y con una pequeña valija. No conocía a nadie en Utah, así es que paso su primer noche durmiendo afuera de la Catedral de la Magdalena. Cuando en la noche le dio frío, se levantó a caminar. Verdaderamente era un extranjero en una tierra nueva, un hombre sin cama en donde dormir, sin amigos ni familia a quien acudir. Steve vivía como las personas indigentes que vemos a diario, pero el no lo era. Actualmente Steve estudia para ser un sacerdote jesuita y estaba en un peregrinaje de 30 días por el país.

Su primer mañana aquí acudió a la iglesia Episcopal. La congregación le dio la bienvenida y le dieron grandes muestras de hospitalidad. Después del servicio de oración, le ofrecieron café y pasaron una hora platicando con él. Más tarde acudió a la misa católica pero no fue igualmente bienvenido. De hecho, dijo que la mayoría de las personas que lo vieron lo ignoraron. Cuando le pregunté por qué consideraba que había sido tratado así rápidamente contestó "porque pensaron que era un indigente". Eventualmente llegó al Centro Newman de Saint Catherine of Siena, en donde fue bienvenido, albergado y alimentado durante su estancia.

Se preguntaran por qué comparto esta historia con ustedes. Bueno el haber conocido a Steve y escuchado su historia hizo que la escritura que dice "No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles" (Heb 13:2) tomara vida. Frecuentemente observamos personas indigentes o que lo parecen y los juzgamos. Frecuentemente asumimos que son personas solteras culpables de su situación debido a las drogas, alcohol o flojera. El asumir esto nos ayuda a racionalizar por qué no les ofrecemos ayuda.

Sin embargo esto es falso. De acuer-do al Reporte de indigencia del 2012 Utah Comprehensive, 45 por ciento de los indigentes tienen familias, y 9 por ciento están entre las edades de 15-24 años.

Las probabilidades son que algunos de sus compañeros sean indigentes. Este mismo reporte dice que en cada 150 niños en edad escolar en Utah no cuentan con un lugar fijo en donde dormir.

Estos números representan a los Steves de nuestra vida diaria, los extranjeros en las sombras que frecuentemente ignoramos. Son nuestros Hermanos y Hermanas en Cristo. Merecen que les demos hospitalidad, así es que la próxima vez que caminen por las calles, sonrían a las personas, defiendan al niño al que le hacen burla, ya que este puede ser un ángel.

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